Scanners 3
Sinopsis de la película
Los hermanos Helena y Alex Monet esconden un secreto ante el resto del mundo: poseen poderes especiales, son Scanners… Como consecuencia de ello, Helena, bella e inteligente, sufre fuertes y constantes dolores de cabeza. Desesperada ante el sufrimiento que esto le provoca, decide experimentar con una nueva medicina. El dolor desaparece pero, a la vez, su personalidad se transforma de la noche a la mañana y sus poderes aumentan. Mientras, Alex, refugiado en un santuario en Tailandia desde hace tiempo, recibe la noticia de la muerte de su padre y del extraño comportamiento de su hermana. A pesar de haber prometido no salir nunca más del templo, los hechos le hacen reaccionar y decide que es el momento de volver a enfrentarse al mundo. Tercera y última parte de la saga Scanners , iniciada por David Cronenberg en 1981.
Detalles de la película
- Titulo Original: Scanners III: The Takeoveraka
- Año: 1991
- Duración: 101
Opciones de descarga disponibles
Si quieres puedes conseguir una copia la película en formato 4K y HD. A continuación te citamos un listado de posibilidades de descarga disponibles:
Opinión de la crítica
3.2
98 valoraciones en total
Si ya en Scanners II Christian Duguay había tergiversado el concepto de los scanners, convirtiéndolos no sólo en personas con poderes telepáticos sino también telequinésicos (mover cosas con la mente), en esta película filmada inmediatamente después se llega al completo ridículo.
Esta vez el protagonista principal es una mujer. Ya saben lo que pasa cuando se altera una mujer… imaginen si es una scanner, imaginen si además usa el nuevo EPH-3 que la libra de las molestas voces en la cabeza y va por ahí explotando todo lo que se le cruza por el camino.
Pero si algo hay que señalar como positivo de este film es que tiene bastante humor (doy un ejemplo en spoiler), aunque por eso mismo queda como una bizarra película que es una gran mescolanza de una neurótica, amputaciones, explosiones y gente volando por el aire, mucha acción de mala calidad, humor, efectos especiales que dan para la risa, y la última innovación en los scanners que es su poder para transmitir sus poderes a través de la televisión. Pero no Duguay, no nos reímos contigo sino de ti.
Y por si fuera poco con esta nueva falta de respeto a la película original y a todos los que nos acercamos a verlas, en 1994 y 1995 se hicieron nuevas películas, ahora centradas en un Scanner Cop… ¡por Dios, hasta que punto pervierten y tiran por el inodoro buenas ideas!
La primera película de la saga, para mi gusto, era regulera, y la segunda fue una grata sorpresa. Animado por ella, me decidí a ver la tercera y última. Entiendo que quizás fuese estirar mucho el chicle, y que el productor pensara que aquí había más de donde sacar, pero esta película termina por desvirtuar la historia y eso no gusta a los espectadores.
Aquí se abusa de la telekinesis de empujones. Tanto que cansa. Han querido darle un aire de thriller erótico, pero con el resultado de esos thrillers cutres de principios de los años 90. En cualquier caso, no se abusa de ese aspecto, y se agradece ver los encantos de una mujer hermosa como era Liliana Komorowska.
El montaje y las actuaciones son manifiestamente mejorables.
Esta tercera entrega ya decae ostensiblemente en calidad narrativa. La cinta termina desarrollando situaciones muy improvisadas donde falta la sobriedad y la solidez en la consistencia literaria.
Dicho en otras palabras, el argumento se alborota mucho y termina siendo un espectáculo circense más que una efectiva cinta de terror.
En esta tercera parte la historia nos cuenta cómo un científico genera una droga para calmar las dolencias de los scanners. Pero el problema radica en que como es un medicamento experimental, tiene nocivos efectos secundarios tales como el acallamiento de la conciencia por lo cual los individuos que son tratados con la droga se vuelven despiadados.
El clima del filme poco a poco va perdiendo la seriedad para desembocar en un producto con toques cómicos y cierto aire sexual con bastante cachondeo que le resta contundencia y eficacia.
Si bien el filme no es aburrido, no tiene ya el atractivo que las dos primeras entregas poseían.
Las interpretaciones en los protagónicos están en manos del liderazgo de la actriz Liliana Komorowska, quien no deja de hacer caritas de libidinosa para darle algo de pimienta a un filme que no tiene alternativas potables desde la solidez.
El personaje principal villano es el de una joven scanner que cae bajo los efectos de la droga, pierde la conciencia y se lanza a una voraz carrera por dominar la sociedad mediante las influencias que posee al ser millonaria.
A ella se contrapone su hermano, un scanner de iguales poderes que deberé compensar tanta maldad con el típico heroísmo que vemos en cintas de esta índole.
Se intenta suplir las falencias argumentales con la jocosidad y el aire sensual, lo cual en determinados pasajes parece funcionar al combinarse con la mala leche y la truculencia que siempre está presente en esta saga.
Si algo de positivo esta tercera entrega posee es que conserva la maldad y el retorcimiento en los asesinatos, pero lamentablemente están mechados con algunos toques de humor negro que no tienen la astucia ni la calidad necesaria desde la elaboración como para acompañar en forma armoniosa la impronta malsana del relato.
Me extraña sobremanera cómo un mismo director (Christian Duguay) produce obras tan disímiles en calidad en estas continuaciones de la obra de David Cronenberg, ya que esta tercera entrega ni por asomo se acerca a la interesante segunda parte que nos deleitaba con tanta intensidad y tensión narrativa como la versión de los ochenta.
Si hablamos de la parte técnica, no hay que dudar de que la cinta tiene el corte y el carácter propio de la clase B, donde abundan los efectos especiales de mediocre factura visual.
En fin, un bajón muy pronunciado en la saga. Esta tercera entrega no vale la pena, pierde mucha contundencia y se dedica más a desplegar alternativas tontonas que a generar zozobras bien concebidas.