Santuario (TV)
Sinopsis de la película
Entre 1984 y 1986, a la violencia de los atentados y asesinatos de ETA, se añadió la de los autodenominados Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), que actuaron principalmente en el País Vasco francés y en la ciudad de Bayona contra miembros conocidos o sospechosos de pertenecer a la banda terrorista y que provocaron el fin del santuario francés, título que hacía referencia al refugio que durante años constituyó Francia para los miembros de ETA. En este contexto, dos hombres, dos adversarios, van a aprender a conocerse y a respetarse el uno al otro a pesar de sus diferencias: Domingo Iturbe Abasolo, alias Txomin, exdirigente de ETA, y Grégoire Fortin, asesor del entonces Ministro de Justicia francés, Robert Badinter.
Detalles de la película
- Titulo Original: Le sanctuaire (TV)
- Año: 2015
- Duración: 87
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Opinión de la crítica
6.1
58 valoraciones en total
El Santuario es una peli interesante. Su director, Olivier Massot-Depasse, hace un planteamiento de la historia de ETA desde el punto de vista francés, es decir, alejado del maniqueísmo tan habitual con el que se trata el tema en nuestro país, por la inevitable carga dolorosa que conlleva. Para mí ha sido muy clarificador ponerme en el otro lado e intentar entender la manera en que veían nuestros vecinos el problema, desde la óptica de los etarras como refugiados políticos y no como terroristas.
Tengamos en cuenta que la ETA de los primeros tiempos jugó un papel importantísimo en la lucha contra el franquismo, y fue entonces cuando en el sur de Francia se creó ese Santuario al que iban a parar los que se consideraban luchadores por la libertad. La cuestión es que con la llegada de la democracia, mientras en nuestro país cada vez se veía más clara la inutilidad de una ETA violenta, nuestros vecinos tardaron bastante tiempo en ver las cosas desde el punto de vista nuestro. De hecho, en mi opinión, el mayor éxito en la lucha contra ETA fue precisamente conseguir que esa condición de refugiados, de perseguidos políticos, desapareciera y que, fuera de nuestras fronteras, se les empezara a considerar simples asesinos, que es lo que eran. La colaboración de Francia y la desaparición del Santuario francés fue lo que determinó el final de la banda, por encima de todas las demás circunstancias.
La película arranca con el asesinato del senador socialista Enrique Casas y la exigencia del gobierno español presidido por Felipe González, gran amigo del político asesinado, de que Francia extraditara a todos los etarras que se refugiaban en el País Vasco francés. Las reticencias de los franceses, acrecentadas por la labor nefasta y contraproducente de los GAL, se unen a las luchas internas dentro de la propia organización, con un Txomin partidario de un acercamiento de posturas frente al ala radical, mucho más violenta y reacia a la negociación, representada por Antxon. Y por si todo esto fuera poco, en medio aparece Yoyes, exdirigente etarra que viene del exilio con la idea de abandonar la banda y rehacer su vida en su tierra. Y ahí se producen los enfrentamientos más duros dentro de la organización porque Txomin entiende el deseo de Yoyes de recuperar una vida normal e intenta protegerla frente a los que la consideran una vulgar traidora, que como es público y notorio, terminarían matándola.
Tengo que decir que me ha sorprendido muy positivamente el trabajo de Juana Acosta en el papel de Yoyes, pensaba que esa muchacha prácticamente se limitaba a pasearse y posar en alfombras rojas con modelazos carísimos de marcas varias, y resulta que no, que cuando se pone a trabajar en serio lo hace bastante bien. Y por supuesto el que está que se sale en el papel de Txomin es Àlex Brendemühl, que es un crack. Supongo que para ambos tuvo que ser especialmente difícil interpretar estos papeles porque gran parte del tiempo se lo pasan hablando en euskera, que no es una lengua precisamente facilita para los que venimos de lenguas romances mondas y lirondas. El resto del reparto en lo que a etarras se refiere creo que es mayoritariamente vasco, así que lo de estos dos tiene su mérito.
En fin, una historia que da bastante que pensar porque narra los hechos desde una visión completamente distinta y contribuye a entender un poco más los acontecimientos tal y como sucedieron y lo complicada que puede llegar a ser la política cuando se enfrentan intereses contrapuestos e incluso irreconciliables.
Un asunto complicado: el momento en que, realizada la transición, la organización terrorista perdió las simpatías y apoyos en el extranjero al negarse a abandonar la lucha armada y las negociaciones con el país galo que se la extradición de terroristas. Pese a lo delicado de los hechos, el director los muestra con objetividad realizando un relato sobrio y creíble. El gran lastre es que el tema en sí resulta bastante plomizo…
Correcto telefilm en el que se muestra una página poco conocida de las negociaciones entre ETA y el gobierno español, todo ello con el trasfondo del GAL y las discrepancias internas existentes en el gobierno francés a la hora de decidir que papel debían jugar. Resulta entretenida aunque, al menos en mi caso, el interés fue decayendo.
Me choca la imagen casi amable de algunos dirigentes etarras frente a los auténticos halcones de la organización (siempre según el telefilm). Dudosa la elección de Juana Acosta para el papel de Yoyes. No es que lo haga mal es que no he podido desprenderme del conocimiento de que es una colombiana haciendo de vasca profunda y esto me ha pesado todo el tiempo.
Dura poco y se deja ver sin sensación de pérdida de tiempo. No es poco en los tiempos que corren. Pero nada más.
Un punto de vista francés de la época en que ETA se debatía entre matar y negociar, amparándose, hasta esos años, en la impunidad que el territorio francés les proporcionaba. Es una producción para la TV y eso se nota mucho en cuanto a medios. El guión quiere abarcar tantos años en tan poco metraje que, inevitablemente, avanza a zancadas descompasadas, demasiado deprisa, saltándose detalles y miradas que, además, el conflicto tenía y tiene por doquier. Mezcla los GAL con los poli-milis, la arrepentida Yoyes (que ya tiene su película, por cierto), con etarras buenos y etarras malos… No obstante, se agradece que nos den un punto de vista distintos y duele un poco ver cómo aún ahora hay cierta equidistancia entre los que matan y los que mueren.
Como si de una carrera contra el reloj se tratara, el ignoto director Olivier Masset-Depasse nos ofrece un breve relato superficial y deslavazado sobre el inicio de las conversaciones de Argel entre ETA y el gobierno de Felipe González Señor X .
Mezclando algunos personajes reales y otros ficticios, somos testigos del acercamiento del Gobierno francés a la banda armada en su refugio de Iparralde. Su papel es hacer de intermediario entre España y el líder etarra Domingo Iturbe Abasolo Txomin a través de un enviado del Ministerio de Justicia galo.
Telefilm descafeinado con un Àlex Brendemühl correcto, una ambientación digna y unos etarras bastante creíbles en comparación con otras películas, aunque hay actores totalmente fuera de lugar, como es el caso de Rubén Ochandiano y Juana Acosta, que interpreta a una Yoyes insulsa y cuya muerte ni siquiera es fielmente representada.
Tampoco se molestan en indagar sobre la tremenda influencia que tuvo la policía francesa en el funcionamiento de los GAL ni en el papel que representaron Vera y Barrionuevo en toda esta trama.