Santiago violenta
Sinopsis de la película
Mauro, Noel y Broco son un trío de amigos inseparables desde el colegio, pero sus vidas no son como ellos soñaban. El sistema laboral rutinario los ha consumido de tal manera que no hacen más que esperar el fin de semana para beber en exceso en un camino a la autodestrucción. Un acontecimiento fortuito los sumerge en el turbio submundo de Santiago Centro, teniendo experiencias cada vez más riesgosas y adrenalínicas que los irán acercando cada vez más a esas vivencias intensas e irracionales que tenían en su pasado escolar, esta vez, con un final violento y fuera de control.
Detalles de la película
- Titulo Original: Santiago violenta
- Año: 2014
- Duración: 101
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes conseguir una copia de esta película en formato 4K y HD. A continuación te mostramos un listado de fuentes de descarga directa activas:
Opinión de la crítica
6.2
51 valoraciones en total
Interesante, atractiva y siempre entretenida ha sido la filmografía que desde hace su debut en 2006 ha desarrollado el realizador chileno Ernesto Díaz Espinoza. Su reconocida cinefilia y pasión por los diversos géneros fílmicos se revelan en cada uno de sus trabajos desde su ópera prima, Kiltro , y es así como han desfilado guiños al cine de artes marciales, el spaghetti western, las películas de superhéroes y las de agentes secretos, siempre mezclando la acción con el humor, y de paso una divertida mirada a la forma de ser de los chilenos, como lo consiguió muy bien en 2007 con el que es quizás su título más logrado, Mirageman .
Luego de Tráiganme la cabeza de la Mujer Metralleta , con la que en 2012 abordó una variante de las cintas blaxploitation adaptándolas a estas latitudes como latinxploitation , Díaz regresó con esta Santiago violenta , contando nuevamente con varios de sus colaboradores habituales, incluyendo al reconocido crítico y académico David Vera-Meiggs en el guión, a Rocco en la banda sonora, Nicolás Ibieta en la fotografía e incluso un cameo del protagonista habitual, Marko Zaror. Y en esta oportunidad los protagonistas son Brocoli, Mauro y Noel, tres amigos que pese al paso del tiempo siguen juntándose desde la época del colegio, aunque deben lidiar con las responsabilidades que implica ser adultos: uno sueña con ser cineasta como su admirado Tarantino, pero vive con su mamá y se gana la vida con su productora haciendo videos de matrimonio, mientras el otro lleva una existencia más cómoda gracias a su trabajo en la empresa del adinerado padre de su novia, y el otro debe enfrentar los vaivenes económicos por la situación financiera de su padre.
Los tres amigos no parecen haber madurado demasiado, su sentido del humor y su jovialidad siguen siendo muy adolescentes, y se toman todo como un juego, en especial cuando salen en sus noches de comadrejas y cuando se las dan de actores en los proyectos de películas tarantinescas que desarrolla Brocoli, pero cuando por casualidad se ven envueltos en verdaderos aprietos policiales la situación se pondrá peligrosa, lo que por un lado pondrá en riesgo sus vidas, pero también ofrecerá al cineasta en ciernes la posibilidad de al fin hacer una película de verdad, cuando la realidad se entremezcla con la ficción.
Díaz maneja muy bien el juego del cine dentro del cine, lo que permite que lo que puede parecer ridículo o excesivo funcione bien en ese contexto, además de verse beneficiado con el sentido del humor y la buena química entre los tres protagonistas, cuya amistad se siente creíble y espontánea y están muy bien apoyados por un elenco secundario que incluye la acertada recuperación para el cine de la veterana y emblemática Shenda Román, gran actriz en clásicos del cine chileno como El chacal de Nahueltoro , de Littin, y Tres tristes tigres , de Ruiz. La camaradería masculina a prueba de todo, los sueños de todo artista incipiente y su cruce con los bajos fondos de Santiago de Chile están abordados con ternura, simpatía y buen sentido del ritmo y lo cómico, además de un acertado uso de las locaciones urbanas. Entretiene y funciona de acuerdo a sus propios códigos cinéfilos.