Samurai Rebellion
Sinopsis de la película
En el Japón de 1725, durante una época de paz, Isaburo, un samurái veterano, miembro de un clan local, lleva una vida apacible con su hijo y su esposa. Pero un día, su honor y sus principios morales entran en abierto conflicto con los de su clan. El enfrentamiento es inevitable y tendrá inesperadas consecuencias.
Detalles de la película
- Titulo Original: Jôi-uchi: Hairyô tsuma shimatsu (Samurai Rebellion) aka
- Año: 1967
- Duración: 128
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Opinión de la crítica
Película
8.2
61 valoraciones en total
A la sombra de Ozu, del inmenso Mizoguchi y por supuesto de Kurosawa, persiste la figura de este inconmensurable director. Kobayashi tiene varias películas entre las primeras 20 de japón (hablo de los ránkings de Filmaffinity), pero siempre con un número de votaciones bajísimo, sólo supera los 100 en un caso, mientras que Ozú o Mizoguchi pasan fácilmente de los 1000 y Kurosawa incluso de los 10000.
Poseedor de una estilo limpio y elegante, la espectacularidad de sus películas no la alcanzaron nunca los dos primeros (no digo tampoco que lo intentaran, Ozú de hecho probablemente lo evitase). El tercero, Kurosawa, sólo lo logró 20 años despúes, en la década de los 80 con Ran y Kagemusha. Es pues en los aspectos técnicos un superdotado avanzado a sus tiempos, una especie de Bella Tarr japonés de los 60.
Si técnicamente destacó, en la narrativa no lo hizo menos. Su estilo es ameno, lejano a la quietud del cine asiático, espectacular a veces. Sus películas de bellos paisajes, de planos estudiados mil veces, bien las podría firmar Houston, por poner un ejemplo.
Defensor de valores morales como el amor, la familia, el honor. Amante de la historia y la tradición, en su caso japonesas, su cine creo que tiene todo lo necesario para llegar al gran público. Es un cine que se entiende y que entretiene, en este aspecto estaría en la línea de las películas más conocidas de Kurosawa o John Ford.
En resumen, que desconozco los motivos que mantienen a este director en círculos reducidos cuando debería ser un best seller del cine japonés, como lo son Huston y Ford en el estadounidense. No sé si se trata de prejuicios frente al cine asiático o si simplemente se debe a desconocimiento, pero creo que mucha gente se está perdiendo una filmografía de la que seguro disfrutaría.
Y, como hay que hablar de la película, decir que han puesto en la coctelera un combinado dramático a base de amor eterno, sueños frustrados y abusos de poder servidos en un siglo de traiciones y tradiciones milenarias. Vamos que están todos los argumentos para componer la gran historia que efectivamente acabamos viendo.
Segunda peli que veo de Kobayashi y segundo nueve que este pedazo de cineasta se lleva de calle. Con la gorra, vamos. Y ello me induce a pensar que, nuevamente, he logrado hallar un filón cinematográfico de muchos quilates. Algo que no había experimentado desde hace muuuchos años, cuando cada nueva peli de Hitchcock, Kubrick o Lean me parecía tanto o más buena que la anterior.
Me sorprende enormemente, pues, que un cineasta como MASAKI KOBAYASHI (sí, así en mayúsculas) no haya logrado obtener, con el tiempo, el prestigio y la consideración de la que sí gozan otros paisanos suyos como Kurosawa, Mizoguchi y Ozu. Me sorprende, y mucho, porque Kobayashi no tiene nada que envidiarles. Nada en absoluto. Pero bueno, dejémonos de lamentos y permitidme justificar por qué le he adjudicado nueve puntazos a Samurai Rebellion y por qué Masaki Kobayashi me parece un cineasta absolutamente excepcional.
Así pues, si honestamente considero que Samurai Rebellion se merece esas nueve estrellitas es porque su comunión de fondo y forma resulta, a mi juicio, total y absoluta. Un objetivo que muchos cineastas persiguen a lo largo de sus carreras y que muy pocos consiguen. Fundamentalmente, porque para lograrlo no basta con ser director de cine. Para lograrlo es necesario ser artista. Una cualidad que no todo el mundo posee y que le otorga a su acreedor la posibilidad de componer algo (en este caso, una peli) cuya forma y cuyo fondo formen un todo indisoluble y rayen a un altísimo nivel. Algo que, sin lugar a dudas, constata Samurai Rebellion. Una peli sin un puto mal plano en la que la exquisita elegancia de sus imágenes y la trascendencia de su mensaje (el amor, la dignidad y la lucha contra la injusticia) se ven enriquecidas por una cadencia, una intensidad, una tensión y una emotividad verdaderamente extraordinarias.
Aún así, Samurai Rebellion es una peli que, indudablemente, requiere cierta paciencia. En parte, por sus profusos diálogos y, en parte, porque se trata, incuestionablemente, de una peli que va de menos a más. Como debe ser, vaya. Eso sí, cuando escuchéis a Isaburo (Toshiro Mifune) pronunciar la frase que encabeza mi crítica, ataos los cinturones. Lo que vais a ver a continuación es una auténtica lección de cine. Avisados quedáis.
Junto con Los amantes crucificados de Mizoguchi, quizás Rebelión Samurai sea el film que mas transmita sobre la fuerza del amor, como en el típico drama japonés, los intereses de un Clan se imponen a los del individuo, trayendo consigo el dilema de acatar las órdenes que emanan de la jerarquía superior del Clan aunque estas afecten al honor personal o familiar.
No voy a revelar nada de la película, hay que verla, porque cada escena transmite fuerza, nada sobra, toda ella bien hilada, llegando a hacernos sentir participe de la tragedia que se esta viviendo, como nuestra, a pesar de la distancia tanto física como en el tiempo respecto a los hechos.
La lucha interior de los protagonistas, la impotencia y consiguiente firme decisión de ir en contra de los mandatos de un clan cruel que olvida o simplemente prefiere ignorar los sentimientos de una mujer que es tratada como objeto, trayendo consigo la posterior tragedia, junto con la presencia de Toshiro Mifune, son un reclamo mas que suficiente para hacer de Rebelión Samurai una cinta casi obligada.
Película de máxima calificación. Si es de el 1 al diez, es de DIEZ, si es del 1 al 100, es de 100.
Cierto que en el cine japonés, tratándose del tema de samurais, hay grandes obras cinematográficas, por ejemplo Los 7 samurais , de Akira Kurosawa (Japón 1954), la trilogía de Samurai I, II y III de Hiroshi Inagaki ( Japón 1954, 1955 y 1956), Yojimbo y también Sanjuro (Japón 1961 y 1962) del ya mencionado Akira Kurosawa, Eleven Samurai , de Eiichi Kudo (Japón 1966), además de otras más recientes como El ocaso del samurai , de Yôji Yamada (Japón 2002), La espada del samurái , de Yojiro Takita (Japón 2003) o La espada oculta (Japón 2005) también de Yôji Yamada.
Pues bien, reconociendo que algunas de ellas son tan excelentes como esta que nos ocupa hoy de Masaki Kobayashi, admitiendo que por ejemplo Yojimbo o La espada del samurai son igualmente de elevadísima categoria, la película de hoy Samurai Rellion , es la mejor de todas. Yo así lo proclamo, pues esta historia original de YasuhikoTakiguchi es verdaderamente sublevadora, cautivadora, extraordinaria dentro de las narraciones que abundan sobre samurais, además resulta explosivamente honorífica y reivindicativa como ninguna otra del concepto DIGNIDAD, algo que mucha gente (quizás por sonarle a viejo, clásico, conservador o pretérito) no sabe qué es eso. Bien, pues quien no sepa lo que es DIGNIDAD que vea esta película, seguro que no necesitará de libreta para tomar apuntes ni pagar una incripción por curso o profesores, nada de eso, aprenderá de una vez con la sola contemplación de este altísimo filme el significado real del valor DIGNIDAD.
Grandiosa película, sin lugar a dudas, y para mí repito la mejor de todas las habidas sobre el tema de samurais. Razones para esta relevancia tan definitiva: por la historia tan impactante que cuenta (tremenda y cruel, al estilo de las inolvidables tragedias griegas), por su imantador desarrollo o también por el duelo interpretativo y de espadas samurais entre los magníficos actores Toshiro Mifune y Tatsuya Nakadai.
Difícilmente insuperable. Todo el filme se resume en aquella otra frase y lema de años más tardes expondrá Yôji Yamada en su también gran película de samurais La espada oculta (Japón 2005): «Hay cosas que un samurai (un ser humano consciente de su dignidad) no debe aguantar.»
Fej Delvahe
Hay dos tipos de rebelión: las que se hacen con la cabeza y las que se hacen con el corazón. Las primeras casi nunca ganan. Las segundas no ganan nunca pero luego, con el paso de los siglos, son las que se recuerdan.
Kobayashi sólo sabe rodar con el corazón y sus luchas son generalmente, impulsivas. Cuando alguien me dice que los zooms del director son demasiado abruptos yo le suelo responder que Kobayashi no usa zooms, lo que percibe como zooms, no son más que violentos golpes de rabia que expresan sus personajes.
Por todo ello en Samurai Rebellion sobran las palabras. Las rebeliones, si son sinceras, no se tienen que explicar porque se sienten muy adentro. Y esta, además, no ganará jamás.