Salomé
Juan el Bautista está prisionero de Herodes, por criticar la boda de éste con la esposa de su hermano. La hija adoptiva y sobrina de Herodes le seduce para que le entregue la cabeza del Bautista en una bandeja de plata, aunque luego intenta salvarle la vida.
La representación de una de las escenas más espeluznantes y tristes del Nuevo Testamento vista a través de los ojos de Óscar Wilde, el escritor que mejor conocía al ser humano, tal y como es la muerte de Juan Bautista por petición de Salomé, la sobrina incestuosa de Herodes.
Adaptación indie y ochentera, la película cuenta con un reparto menor y un diseño de vestuario tan ridículo como el escenario, pero que transmite el análisis de los últimos días de Juan el Bautista con una teoría en la que nunca había pensado: Salomé enamorada de Juan, al igual que Herodes está deslumbrado, por aquel que viene a allanar con su muerte voluntaria el camino de Cristo, el Salvador, quien tras él redimirá a la humanidad.
Juan lo sabía, y así actuó, aunque ésto significara su final.
Los actores han sabido plasmar la admiración hasta el despecho más apabullante que Juan despierta.
El resto es recomendable saberlo viendo la película porque aunque rodada con un bajo presupuesto llega a sorprender desde luego a los que no se hayan leído a Wilde en este tema.
Existe otra adaptación más reciente de Jessica Chastain, pero en ella no se ve el arrebato de en esta primera.
Han sabido hacerlo bien.