Sácame de dudas
Sinopsis de la película
A sus 45 años, Erwan descubre que el viejo lobo de mar que le crió no es su padre. Tras la búsqueda, se encuentra con su progenitor, un hombre octogenario, y cae bajo su hechizo, así como bajo el de la impetuosa Anna.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ôtez-moi dun doute
- Año: 2017
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
5.9
27 valoraciones en total
Tener dudas personales en la edad madura puede llevar a enredos inesperados, donde la balanza entre el bien personal y el común se contraponen. Sólo la entereza llevará a buen fin la búsqueda de la felicidad, compaginando todo. Una bella película sobre relaciones humanas, con su toque de drama y comicidad tan característicos del cine galo. Otro guión habría sido quizás predecible, pero el director lleva al espectador a través de la historia de manera amena, hasta conmovedora. Muy Recomendable.
La vida de Erwan (François Damiens), un hombre viudo de mediana edad, con una hija embarazada y un negocio de desactivación de bombas, da un vuelco al descubrir que su padre no es tal, por lo menos si se tiene en cuenta la consanguinidad. Por cosas del azar, Erwan acude con su hija embarazada al médico, para asegurarse de que el bebé no sufra una enfermedad familiar, y allí descubre que entre el ADN de su padre y el suyo no hay coincidencias. Este es el aparentemente convencional punto de partida de Sácame de dudas (CarineTardieu, 2017), aunque a lo largo de sus dos horas de metraje, lo que por cierto resulta excesivo, la cinta se va a hacer fuerte gracias a un guion trabajado en el que se intenta sorprender al espectador y alejarse de los lugares comunes.
Porque a primera vista el tema del descubrimiento de la verdadera identidad paterna parece muy poco novedoso, pero aquí se intenta reflejar de la forma más natural y con el menor dramatismo posible. Es muy interesante como tras conocer a su padre biológico, Erwan parece dejar atrás su identidad escindida y recupera la iniciativa. Iniciativa para lanzarse en el terreno amoroso, aunque después le pueda crear quebraderos de cabeza, y en su labor como padre. Su hija, Alice, está decidida a ser madre soltera, pero el descubrimiento fortuito de Erwan hará que éste intente por todos los medios que Alice no le niegue a su hijo la posibilidad de tener un padre, por muy inmaduro que éste pueda parecer.
Eso sí, todo esto no quita para que Erwan quiera y se preocupe por Guy, el que ha sido su padre desde que nació y el que le ha cuidado y educado para ser la persona que es. Hay una secuencia muy bonita en alta mar en la que por un lado, se resume el preciosismo paisajístico que reina en la cinta y por el otro, se escenifica la complicidad entre padre e hijo. Un padre y un hijo que en apenas unos segundos recuerdan, con nostalgia, un pasado familiar plácido y feliz. Más allá de pruebas biológicas está la demostración de los afectos y en eso Guy, a su manera varonil, siempre ha respondido.
En Sácame de dudas son precisamente los hombres los que tienen que hacerse cargo de la familia y de la gestión de las emociones, una parcela que suele estar reservada para los personajes femeninos. De este modo Erwan tuvo que sacrificar su carrera profesional para cuidar a su hija, tras la muerte de la madre. Un hecho del que apenas se hace hincapié, pero que puede también explicar el extrañamiento inicial en el que vive el personaje. Aun así puede que la vida sea sabia y haya guiado a Erwan por un camino alejado de la primera línea, sabedora de que era una bomba familiar la que requería de su ayuda.
Laura Acosta.
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Nuestro protagonista es un desactivador de minas y obuses de la segunda guerra mundial, algo simbólico le ocurre en su vida como en su profesión, al buscar en el pasado escarbar y al final acabar estallando. La directora Carine Tardieu se inspiró en lo que le ocurrió a una amiga suya al fallecer su madre que tras hacerle unas pruebas de ADN se enteró que su padre no era su padre.
La película juega muy bien con el enredo entre los dos padres, la hija de el y una hermana, todo un soplo de originalidad consiguiendo una película tierna, conmovedora y divertida porque últimamente el cine francés en cuanto a comedias no está en su mejor momento.
François Damiens (La delicadeza, La Bailarina) interpreta muy bien a Erwan y Cécile de France (Alta Tensión, Más allá de la vida) consigue con su presencia llenar la pantalla. Los dos padres son Guy Marchand y André Wilms (Le Havre) quienes dan el toque sentimental al film.
La historia está muy bien llevada y el tema resulta muy interesante. Película recomendable por ser ligera y profunda a la vez.
Destino Arrakis.com
Sácame de dudas (Ôtez-moi dun doute)
Nadie como los franceses para entender la vida, desdramatizarla, elegir la variante más elegante y civilizada para evitar el peligro de un campo minado o el camino menos espinoso para recoger de la existencia sus mejores frutos. Sácame de dudas es una comedia con un inevitable transfondo de amargura, sí, pero la mirada sensible, inteligente y profundamente humana de la directora francesa Carine Tardieu la convierte en una enternecedora lección de fraternal sabiduría. Y lo hace sin caer en sentimentalismos, en el delicado terreno de la sobria contención y con el difícil equilibrio de una narración que elude precipitarse por el melodrama cursi y ramplón al uso. Y es que, en ocasiones, la comedia y el drama caminan de la mano sostenidas tan solo por la frágil resistencia de una red carcomida por la decepción y el cansancio.
El formidable y reconocido grupo de actores galos que compone el elenco, entre el que resulta complicado señalar favoritos, contribuye a dotar este maravilloso guión de entrañable ternura para ofrecernos una ejemplar lección de amor y comprensión. Una serie de casualidades y encuentros fortuitos darán lugar a una deliciosa comedia de enredos resueltos con admirable eficacia por mor de la lucidez y sensiblidad de Tardieu que nos muestra cómo el talento transforma en oro todo aquello que toca.
Y mientras paladeamos esta deliciosa película, Eric Slabiak deleita nuestros oídos con una acertadísima selección musical: nos seduce la vibrante mandolina de Vivaldi, estimula y recrea el Pa-pa-pa-papagena de La flauta mágica del maestro Mozart, levanta y alegra el ánimo el Chiribim Chiribom de las Barry Sisters o el romántico susurro del gran Serge Reggiani en su irrepetible Ma fille.
Existen cosas en la vida que valen la pena. Y pienso que, tal vez, Sácame de dudas es una de ellas.
Emilio Castelló Barreneche
Tras una cita con el médico para comprobar si existe el riesgo de padecer una vieja enfermedad que atenaza a su familia, Erwan descubre una verdad todavía más dolorosa: aquel que durante toda su vida creía que era su padre, realmente no lo es en el sentido biológico. Comienza entonces el desafío de hallar a aquel hombre con el que comparte ADN, una tarea que no resulta nada sencilla dada la avanzada edad que a esas alturas tendrá ya el progenitor. Sin embargo, Erwan cuenta con la inestimable colaboración de su hija Juliette, una mujer de elevado espíritu a la que, igual que su padre, la vida no le ha terminado de conducir por el camino esperado.
Con Sácame de dudas, la directora Carine Tardieu intenta acabar con ciertos prejuicios en temáticas a priori interesantes como la relación padres-hijos, la importancia o no de obtener la verdad a toda costa u otros asuntos sociales como el cuidado de los mayores y los jóvenes parados sin cualificación. Una maraña de temas que la cineasta trata de resolver a golpe de comedia siempre que la ocasión se presenta. El propio argumento de partida ya se ve impregnado de un claro tono cómico pese a que el asunto pueda ostentar cierta solemnidad, pero la sucesión posterior de escenas que completarán las dos horas de metraje no se aleja en absoluto de esta perspectiva. El trabajo de Erwan como desactivador de explosivos, ciertas amistades de Juliette, la forma en la que el protagonista se encuentra con Anna o el misterio que se cierne sobre el padre de esta son algunos de los capítulos que componen el guion de la obra y todos ellos se abordan desde un punto de vista humorístico y poco informal, por más que su trasfondo ostente connotaciones no del todo amigables.
En línea con esa actitud de chascarrillo que Sácame de dudas muestra en la mayor parte de su metraje, la cinta también posee un evidente espíritu buenrollista. Aunque este adjetivo suele utilizarse en tono peyorativo, muestra de la escasa profundidad de una obra o de su predilección por un discurso almibarado, en este caso se trata más de una virtud que de un pecado. De haber perseguido la película un relato serio, es muy probable que el resultado hubiese devenido en fracaso, ya que el planteamiento inicial invita más a analizar las cuestiones planteadas a modo desenfadado que tratando de abrir directamente un debate sobre el contenido del guion. El perfil de los protagonistas contribuye a reforzar la idea, en este sentido, se puede decir que ambos intérpretes clavan sus registros habituales. François Damiens, al que hemos visto en cintas como La delicadeza, mantiene una actitud bonachona que contrasta con su aspecto físico. Cécile De France, por su parte, encarna con garantías el rol de mujer racional y preocupada por temas sociales.
El problema de Sácame de dudas es que, una vez finalizada la obra, es fácil pensar que el film realmente se queda en muy poca cosa. Sí, es una película amena de ver y narrada con corazón, pero su calado en aquellas temáticas que trata se reduce al mínimo. Además, no resultan del todo creíble ciertas cosas que suceden en forma de encuentros casuales o exageración de personalidades, entre otras secuencias que inicialmente pueden aceptarse por el mencionado tono poco serio de la obra pero que, aun considerando esta circunstancia, terminan por alejar en exceso a la película de su núcleo temático. Con todo, no se puede negar que Tardieu en verdad consigue componer una comedia que cumple con bastantes de sus objetivos, esencialmente basados en contar cosas profundas y apegadas a la realidad social desde una perspectiva bastante más relajada.
Álvaro Casanova – @Alvcasanova
Crítica para @CineMaldito