S.W.A.T. Operación especial
Sinopsis de la película
Transferido a Detroit para entrenar a un equipo SWAT local a través de un duro régimen, el teniente Paul Cutler -policía de Los Ángeles- se termina metiendo entre los planes de un genio homicida que está protegido por funcionarios del gobierno.
Detalles de la película
- Titulo Original: S.W.A.T.: Firefight (SWAT: Firefight)
- Año: 2011
- Duración: 85
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Opinión de la crítica
Película
4.4
95 valoraciones en total
S.W.A.T. (Special Weapons And Tactics) fue una exitosa serie de televisión que duro en el aire dos temporadas (37 episodios, 1975-1976) con Steve Forrest (1925–2013), Robert Urich (1946–2002), Rod Perry, Mark Shera y James Coleman.
S.W.A.T. fue creado en 1965 por el Departamento de Policía de Los Ángeles y llegó a ser reconocido como la fuerza de elite permanente para responder a todas las situaciones extremas de especial dificultad y peligrosidad.
Sus miembros deben superar muchas pruebas de selección y entrenamiento especial de gran rigor y dureza, tanto a nivel físico como mental. Su entrenamiento es para responder a situaciones de alto riesgo con rapidez, contundencia y eficacia
Precisamente de esto trata el film, la rigurosidad de su entrenamiento, pero con una ingrediente que esta fuera de liga, un sofisticado y entrenado desquiciado que les hace la vida imposible. Las actuaciones del reparto son bastante creíble, aunque la parte fuerte del film es la acción continua de principio a fin.
No sé a qué vienen esas notas tan bajas, porque a mí la película me ha gustado bastante. No es que sea una revolución, pero es una obra de acción sólida y coherente.
El protagonista es Paul Cutler (Gabriel Macht), un policía de Los Angeles que tiene que entrenar a un equipo de SWAT de Detroit para pasar un examen. Cutler, en medio de una operación en la que muere un rehén, se convierte en el objetivo de un psicópata bipolar muy bien preparado. No es que se vaya a llevar el Oscar al mejor guión, pero consigue mantenerte interesado y entretenido durante los 90 minutos.
El elenco de actores encaja a la perfección, y aunque no actúen de forma magistral, sí que lo hacen bien. Tiran de los tópicos personajes, pero tampoco se nota mucho, porque apenas se profundiza en los compañeros, sólo en el protagonista.
En definitiva, S.W.A.T. Operación especial es una película que gustará a los amantes de la acción, en la que se ve muy bien cómo trabajan los SWAT y cuenta una historia entretenida.
Una de las prácticas cinematográficas que más me revienta consiste en hacer comprar los derechos sobre el nombre de una película de cierto éxito y generar falsas secuelas a partir de ella. Me toca las narices que haya oportunistas que quieran aprovecharse del trabajo de otros para lucrarse y por eso intento ensañarme todo lo posible en las críticas, más por principios que por necesidad de advertencia… ya que en esta época de internet es difícil engañar a nadie y es muy raro encontrar incautos espectadores que no sospechen de una presunta segunda parte de una peli de éxito (SWAT) en la que no hay ni uno solo de los protagonistas iniciales, no hay un solo protagonista conocido y no se anuncia en TV.
Tengo la sensación de que si no lo denuncio, fomento estas actividades que no son exclusivas del cine. El mundo del artisteo y de la falsa kultura (con k) en general se presta mucho a esto. Sin ir más lejos, el otro día en el Museo del Orsay, una oportunista llamada Deborah Robertis se aprovechó del cuadro El origen del mundo de Gustave Courbet para autopromocionarse saliendo en los periódicos con la coartada de su interpretación particular de lo que es arte. Empecemos con el cuadro en sí no es santo de mi devoción, un desnudo de 1866, de la corriente realista, con un enorme (y realista) primer plano de una vulva. No es, como digo, santo de mi devoción, pero oye, en su época fue transgresor y sin duda es arte. Como la garrapata que es, la ciudadana Robertis tuvo la ocurrencia (y aquí ya cito la noticia de ABC) de: Con un vestido corto de lentejuelas doradas y sin ropa interior, De Robertis se sentó ante la famosa obra, abrió las piernas y, con ayuda de sus manos, mostró su sexo a los visitantes durante varios minutos.
No sé qué es más estremecedor:
• La poca vergüenza de algunas frikis.
• La explícita descripción de que la petarda se ayudó de las manos para enseñar el chirri como Dios manda.
• Las declaraciones posteriores de la payasa Mi obra -bautizada Espejo del origen- no refleja el sexo, sino el ojo del sexo, el agujero negro. Mantuve mi sexo abierto con las dos manos para revelarlo, para mostrar lo que no se ve en el cuadro original. ¡¡¡Que valor!!!.
En fin. SWAT 2 es del estilo de Deborah Robertis: una patochada, descomunal, una cutrez absoluta sin algo parecido a una traman, sin presupuesto y sin acción digna de ese nombre que intenta atraer incautos a los videoclubs (ya dudo de si llegó a estrenarse en cine) fingiendo una la segunda parte.Sólo ganaría algo si introdujese en su argumento a los SWAT retirando cuidadosamente a Deborah y su potorro del museo.
Nivel de truño: Retortijón traicionero.
Grata sorpresa la que me llevé al terminar de ver una película de la que me esperaba un estilo similar al de un documental sobre un cuerpo de élite de la policía y que, sin embargo, se pareció más a la adaptación de un videojuego de policías a la gran pantalla.
De poder ser una narración de la apasionante vida de los miembros de una unidad policial tan importante como son los S.W.A.T., habernos mostrado las dificultades de ingreso en un cuerpo de élite tan selecto, su día a día, su comportamiento, sus reacciones, su compenetración con el resto de unidades de la policía… a ser un conjunto de escenarios o misiones (algunas de ellas sin tener nada en común) que asemejan a niveles de un videojuego y que van aumentando de dificultad según avanza el film, hasta llegar lógicamente a la misión final contra el enemigo más peligroso.
En ese aspecto, la película de Benny Boom gana en entretenimiento, acción hay y mucha y tensión y emoción no faltan desde el primer minuto. Los personajes son excesivamente planos, no se profundiza en ninguno de ellos salvo en el protagonista principal, del que conocemos algún dato más, y al cual el director pretende acercarnos bastante más que al resto. Por lo demás, contamos con pinceladas que nos muestran parte del entrenamiento de la unidad, algún aspecto (pero pocos) de la vida privada de alguno de los protagonistas, y, sobre todo, misiones en progresiva dificultad (como si de un videojuego se tratara) que tendrá que ir superando nuestro equipo de S.W.A.T.
A pesar de todo, la película no está nada mal y es perfectamente recomendable: las escenas de acción convencen y es entretenida hasta el último segundo, requisitos fundamentales que no deben faltar en una película de acción de este estilo.
Que nadie espere una versión nueva de los Hombres de Harrelson o algo por el estilo. Lo único que les une es la unidad en la que trabajan.
Me ha gustado la idea de traer a un alto cargo de los SWAT con el fin de probar a los hombres de otro estado y en el caso de que estén aptos, certificar su documentación. Siempre aparecen los mismos estereotipos de agentes, el guaperas, el chulo, el comilón, el negro. Los tenemos a todos y unos nos caerán más simpáticos que otros, y claro está, también tendremos la parte romántica y erótica, en menor medida, pero la hay.
Poco más que decir de esta entretenida película de acción, donde se nos narra los métodos de entrenamiento de un equipo de élite.