Ruzhaye sabz (Green Days)
Sinopsis de la película
Ava, una chica iraní que sufre de depresión, culpa a los recientes acontecimientos políticos iraníes de su estado mental y acude al psicólogo. Éste le aconseja ejercicio físico y, más tarde, que actúe en una obra de teatro. Sin embargo, la obra, inspirada en la realidad y la problemática social, es prohibida. Llegan las elecciones y la ciudad revive. Una nueva ola de esperanza empuja a la multitud a participar, a votar contra el actual presidente. Se canta y se baila en todas partes ante la visión vibrante y apasionada de un futuro muy distinto para el país. Pero Ava no cree que vaya a llegar el cambio. Sale de casa y habla con la gente de la calle en un intento desesperado de reavivar su propia esperanza.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ruzhaye sabz (Green Days)
- Año: 2009
- Duración: 72
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Opinión de la crítica
5.2
99 valoraciones en total
Hana Makhmalbaf sorprendió hace un par de años con la sensible Buda explotó por vergúenza , un drama intimista en la línea del cine iraní costrumbrista, que relegaba el protagonismo en una milagrosa niña capaz de interpretar como si llevase en sus venas, más que sangre, celuloide en estado líquido. Desgraciadamente, la joven iraní vuelve a la dirección con el documental Green Days , un ejercicio correcto y nada más, que habla de algo muy importante pero que no es capaz de explotar y exprimir de forma correcta.
Alternando momentos dramáticos con otros de documental, es en las escenas reales cuando la película se vuelca y adquiere calidad, valor, en extractos grabados con móviles durante los turbios días que se narran en la historia: un duelo político en el que la gente de Teherán seleccionó a su nuevo presidente, generándose revueltas y manifestaciones por las calles. Estos añadidos, que remiten al fantástico Iraq Short Films , son los únicos que de verdad llegan a ser interesantes en la obra de Hana, quedándose cojas las escenas en las que se recorre la calle para preguntar a la gente su opinión, bastante insustanciales en realidad. Más le valdría a Hana recoger la semilla de su familia (especialmente la de Mohsen) y volviese a la ficción, que directores para reivindicar causas perdidas ya los hay… y mejores.