Rubicon (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2010). 13 episodios. Will Travers (James Badge Dale) es un analista que trabaja para una empresa sin ánimo de lucro en cuestiones sociopolíticas. Su pasatiempo preferido son los crucigramas publicados en el New York Times. Un día, descubre una extraña combinación en los crucigramas que lo lleva a sospechar de sus jefes, sospechas que se acentúan con la misteriosa muerte de su suegro David (Peter Gerety). Pero lo más inquietante es que, al ocupar el cargo de David, Will se coloca, sin saberlo, al frente de una conspiración.
Detalles de la película
- Titulo Original: Rubicon (TV Series)
- Año: 2010
- Duración: 50
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Opinión de la crítica
7.2
59 valoraciones en total
Que Rubicon es una serie lenta, sí. Que no tiene acción ni giros inesperados, si. Que puede ser aburrida para muchos, lo es.
Rubicon no es para vosotros, los que necesitáis acción constante, giros y giros, y una línea argumental sencilla al entendimiento. No, no me considero listo o inteligente, no mejor que nadie, pero esta serie es Literatura, lo que Victor Hugo, Balzac o Pérez Galdos a la narrativa actual (véase Reverte, sin ofender). No se trata de relatar una historia, se trata de entenderla, de ver los perfiles psicológicos de los personajes y de entender el entorno social (contexto) en el que se mueven.
Rubicon no va sobre la brillantez de los servicios de inteligencia, o fuerzas especiales, no, esta serie nos adentra y enseña a ver quienes analizan la información, donde está el principio de todo, quienes pasan desapercibidos a nuestros ojos, a los medios…. Cómo hombres y mujeres conocen los detalles de las vidas que quieren controlar, y deciden sobre su obra y vida, de como pueden ser personas simples, o complejas, con aspiraciones o no de poder, de abusar de la información y hacer dinero (vamos la historia de la humanidad).
Rubicon nos muestra el camino de algo que sucede y no vemos, con tal tranquilidad que preocupa y abruma, tanto como los informes de Wikileaks desentrañan la podrida diplomacia mundial. Esta serie no puede gustar a todos, porque no todos quieren que les muestren la sociedad mediocre en la que vivimos, y además nos la expone con mucha, mucha literatura o arte.
Rubicon, vista y entendida nos enseña, mueve consciencias. Motivo por el cual no ha sido renovada.
Yo, Claudio.
Comencé a ver Rubicon después de leer en internet que era una serie sobre política, espionaje y conspiraciones. Me encanta esta temática. Hubo otra cosa que me sedujo: la comparaban con The Wire. La erección fue instantánea, saltó como un resorte, lo admito. Total, que me puse a verla. Acabo de terminar el último capítulo de la primera temporada, y esta es mi conclusión.
Es una buena serie. Puede que muy buena. Es madura y requiere un cierto nivel de atención y de inteligencia por parte del espectador. No es, por otra parte, una lección de geopolítica, y aunque a mí me encanta el asunto, reconozco que sería un coñazo para la mayoría de espectadores exponerse a todo el galimatías de la política global, por lo tanto, he ahí otro punto a favor.
Tiene un buen nivel con los personajes, con la virtud de aproximarse a ellos desde un punto de vista mundano, tratando de mostrar a los analistas de inteligencia como personas normales y corrientes (*1, en spoiler) que, lejos de ser superhombres, comen cereales del super entre los descansos. Algunos de ellos destacan sobremanera, como Khay, pero en general todos rayan a un nivel más que aceptable.
La trama es buena, considerando que necesita administrar el suspense y revelar con cuentagotas, creo que consigue su propósito. La sensación es muy buena al final, porque todos los cabos finalmente conectan (*2, en spolier) satisfactoriamente. Está a la altura de lo que se espera de ella.
El ritmo es pausado, reflexivo, incómodo para los que necesiten acción y sorpresas constantes. Los habrá que les guste esto más o menos, pero en cualquier caso, hay que tener en cuenta que forma parte del estilo propio de la serie, parte de su personalidad. Y eso, a fin de cuentas, es una virtud: tener personalidad, ¿no?
Bastante buena, recomendable sin duda. Seguro que la próxima temporada irá a más. Ahora bien. Que no me digan que es The Wire. Truxton Spangler y cía tienen que comer aún muchos cereales para parecerse a ella. (*3, en spoiler).
Rubicon se desarrolla en el mundo de los analistas de inteligencia. La ambientación del Instituto de Política Americana está magníficamente lograda. ¿Qué es este instituto? ¿Es acaso una agencia pública que depende del Gobierno de Estados Unidos o es tan sólo un think tank independiente que recibe encargos o contratos de este gobierno? En cualquier caso, nada de ostentación ni gran aparato. Si la guerra tiene enemigos invisibles (Al-Qaeda, talibanes), si a los enemigos se les encarcela en limbos jurídicos (Guantanamo), ¿por qué no un anodino y aparentemente inofensivo Instituto de Política Americana llevando a cabo sus ambiguas funciones desde una callejuela de Nueva York?
Estos analistas, con pocos medios técnicos y malpagados, estudian, contextualizan, descodifican, entran en contacto con la miríada de agencias de inteligencia, se concentran en unir los puntos, atentos a datos que parecen anecdóticos, buscan el relato: Los puntos están ahí fuera, en el mundo. En pequeños trozos de información, en miles de señales y signos que podemos exprimir del embrollo de datos. Un hombre esperando el autobús en Caracas, una mujer comprando verduras en un mercado argelino, unos adolescentes fornicando en un sótano de Liverpool. ¿Cuál es la conexión? ¿Cúal es el relato?
La trama de la serie se desenvuelve lenta, requiere paciencia. No importa, podemos esperar. Intuimos una gran conspiración que se está activando, intuimos un cuarto poder que acecha en la sombra. ¿Los militares?
Los analistas no tienen aparentemente poder, no toman decisiones sólo escriben informes en los que se efectúan recomendaciones, las cuales a veces son atendidas y a veces no. Se toman en serio lo que hacen, su trabajo tiene un riesgo, conllevan irreversibles o daños colaterales, pero es todo abstracto e intelectual. En cualquier caso ninguna carrera de alto funcionario entrará en peligro cuando es una entidad de medio pelo, en la frontera entre lo público y lo privado, entre lo para-académico y la inteligencia, quien se moja.
AMC esta demostrando desde hace unos años que es una de las cadenas de TV con mayor criterio y buen gusto en las pocas series que produce, logrando meter varia entre las mejores que se emiten en este momento. Y su última aportación, Rubicon, puede presumir de, ante todo, ser un producto honesto, cualidad cada vez más extraña en la oferta más comercial de las cadenas. No pretende ser tan ambiciosa como Mad Men o Breaking Bad. Es un thriller de intriga. Desde el principio lo deja claro y en su posterior desarrollo no se desvía de su propósito ni engaña a nadie con giros increíbles o expectativas engañosas. Es una historia contada con calma, construyendo solidamente las dos tramas principales y a la vez a los personajes que rodean al protagonista, ganando todos en interés y entidad de forma progresiva, enriqueciendo y aportando dignidad al resultado final. Su acabado es impecable, con un trabajo de fotografía y de música original destacados. Y por supuesto viniendo de AMC también puede presumir de tener un conjunto de actores espléndido, sin excepción, con especial mención para James Badge Dale como Will Travers (que ya me llamó la atención en The Pacific) y sus ambiguos superiores, interpretados por Arliss Howard y Michael Cristofer (gran monólogo el de la corbata). Me ha encantado ver una serie que busca entretener y que no solo lo consigue, sino que lo hace de forma elegante y sin hacer trampas, cuyas principales armas son el talento y la profesionalidad. Espero con ilusión que se autorice una segunda temporada y que los datos de audiencia no nos priven de esta magnífica serie. Una grata sorpresa.
Rubicon es a mí parecer una de las mejores series producidas en los últimos tres años. ¿Lenta? Si, gracias a ello se permite dibujar escenarios con maestria, hablar sin diálogos con calidad y darle un ritmo conseguidos con silencios que mas quisieran para sí comedietas aventuradas que podemos ver todos los días con una gran audiencia. Esta serie como lo fue Mad Men y Breaking Bad es arriesgada, creo que la audiencia (En general) no está aún preparada para productos de tanta calidad, sin tiros y con una muy buena trama que hay que seguir (si estoy diciendo que el espectador tiene que trabajar un poquito), a cambio se obtiene un producto que trasmite sensaciones, que te produce sed de mas y mas mientras parece que el día se acaba y no ha sucedido nada relevante. Es una lástima que el presupuesto necesario para realizar series de esta calidad requieran después de unas cuotas de audiencia muy elevadas que generalmente no alcanzaran con un público idiotizado con series de 30 minutos, donde todo sucede como tiene que suceder con los ingredientes medidos al milímetro sin la más mínima sorpresa. Aún estoy asombrado del éxito cosechado por Breaking Bad, Lo mismo pensé de Mad Men, En menor medida paso igual con Smith o Life . Es gratificante ver que hay algunos productos de calidad que aun se salvan de la quema. Gracias AMC por estos 13 capítulos, ha sido un placer.