Rompedientes
Sinopsis de la película
Derek Thompson (Dwayne Johnson) es un popular jugador de hockey sobre hielo, cuyo apodo es Tooth Fairy porque en los partidos siempre acaba saltándole los dientes a algún oponente. Pero un buen día Derek hace añicos las esperanzas de un niño y por ello es condenado a servir como un hada de los dientes de verdad, con alas incluidas, durante una semana. Lily (Julie Andrews), una veterana hada madrina de alto rango es quien tendrá la tarea de supervisarlo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Tooth Fairy aka
- Año: 2010
- Duración: 101
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Opinión de la crítica
Película
3.9
84 valoraciones en total
¿Quién me iba a decir a mí que acabaría viendo Rompedientes en el cine?…..en fin….
Seré breve: No acaba de funcionar, aunque se valore la moraleja, que, por otro lado, es de agradecer en una película que acabarán viendo muchos niños, el resto no se salva… no hay por donde cogerla… es simplona, nada ingeniosa ni original, un tanto lenta y predecible.
¡Qué no engañe a nadie el reparto con Ashley Judd, Julie Andrews o Billy Crystal!
Las comedias familiares no deberían ser tan tontas (no me cansaré de decirlo), los niños son mucho más listos de lo que pueda parecer, y si lo que se busca es pasar el rato, creo que hay mejores opciones que ésta.
NOTA: Para mi sorpresa, hubo muchas risas en el cine, así que lo de siempre: para gustos….
No sé cómo acabé yendo a ver esta película, y encima pagando, pero el caso es que fue así. Últimamente las cintas de este estilo han dejado mucho que desear, y no tenía esperanzas de que esta fuera mucho mejor. El cine estaba lleno de niños menores de diez años, y al ver eso fui realmente consciente de mi error.
La historia que nos cuentan en Rompedientes no podía ser más patética y ridícula. El hecho de afeminar a un supuesto tipo duro simplemente por no creer en el Hada de los dientes (aquí sería el ratoncito Pérez, y no me imagino a Dwayne Johnson convertido en roedor) es de lo más estúpido que he visto en años. Sin embargo, la película cuenta con alguna escena salvable, que te hace sonreír, como cuando el prota se hace invisible para entrar en una casa a por un diente, probablemente los mejores cinco minutos de la cinta.
Las actuaciones no es que sean espectaculares, pero uno se resigna y las acepta así. Los efectos son en muchas ocasiones bastante cutres (imagino que les dará igual, total los niños no se dan cuenta de este tipo de errores). El final, lo más típico que te puedes echar a la cara.
En conclusión, tiene sus momentos de lucidez, pero en líneas generales es de lo más lamentable de lo poco que llevamos de año…!
Una película del hada de los dientes ya es una mala idea, meter a The Rock que inexplicablemente prefiere pulular en tonterías infantiles vestido con tutú a ostiar y reventar cabezas de terroristas como sus ex – compañeros de wrestling en sus respectivas incursiones al cine es algo que no termino de entender, y que además augura uno de los bodrios más dolorosos del año. Pero sorprendentemente Tooth Fairy no es ni de lejos tan mala como aparenta. Es más, sorprende de tan inofensiva e inocentona, por una vez los niños no se ven rebajados a subnormales sin criterio. Claro que no faltan chistes tontos y fáciles, pero por una vez a uno no se le cae la cara de la vergüenza ajena.
Bastante regular pero por encima de tantos subproductos idiotizantes que trauman a los niños de ahora.
Poco a poco Dwayne va haciendo películas peores y peores hasta seguro ser uno de los actores cutres del panorama cinematográfico. En esta ocasión el forzudo actor decide convertirse en el hada de los dientes y con eso espera hacernos reír viéndole afeminado con trajes cursis e intentando formar parte de una familia típica. Nada nuevo, lo malo es ver actores mucho mejores que el protagonista como Crystal, Judd y Andrews participando en una película tan mala. Alguna escena es graciosa a la hora de contar cómo intenta conseguir el protagonista los dientes para que se le pase la maldición que tiene. El hecho de mezclar la trama con el deporte de hockey también es un punto a favor para una cinta totalmente predecible y olvidable. No gasten su dinero en tontadas como esta.
Vale, de acuerdo, lo confieso. Es cierto que a menos que seas padre y tus hijos te obliguen, nunca pisarías un cine para ver una película como esta. Cuando de tu boca salen las palabras 3 entradas para el rompedientes es como si estuvieras viviendo en una realidad paralela, como si de Matrix se tratara. Y más aun cuando al pagar los casi 30 euros de entrada y palomitas solo una palabra ronda por tu cabeza: Emule.
Pero como el delito ya esta cometido solo unas breves reflexiones para analizar un titulo cuya única gracia recae en el trailer.
Rompedientes pertenece a la extraña saga de películas en las que han embarcado al otrora musculoso Dwayne Johnson. Ver esta y Papa Por Sorpresa es repetir el mismo mal viaje. Ni la historia, ni la moraleja, ni el mensaje evidente levantan lo que es una mera anécdota estirada. El único descubrimiento que ofrece este infecto film es ver como se han unido al club del Botox Julie Andrews y Ashley Judd.
Otra reflexión convertida en suplica: Stephen Merchant y por extensión Ricky Gervais, huid de Hollywood. Tanda genialidad no puede haber caído tan bajo en pocos años. Es imposible que los creadores de The Office o Extras se hayan secado tan pronto con productos como este o la mediocridad que supone The Invention of Lying (de la que ya hablaremos cuando se estrene en nuestro país).
Pero volviéndola tema, nada salvable de esta ridícula cinta donde lo único que hace levantar el vuelo a penas dos palmos es la presencia de un Billy Crystal cada vez mas ausente.