Rollerball
Sinopsis de la película
En el año 2018, el mundo se encuentra agrupado en seis corporaciones: Energía, Alimentación, Lujo, Vivienda, Comunicación y Transporte. La tranquilidad social es absoluta, pero la gente carece de libertad. Se desahogan con el Rollerball, un violento juego que pone en peligro la vida de los jugadores.
Detalles de la película
- Titulo Original: Rollerball aka
- Año: 1975
- Duración: 128
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Opinión de la crítica
Película
5.8
53 valoraciones en total
No me extraña que no haya unanimidad sobre esta película. Vista como narración para entretenerse o emocionarse resulta algo tediosa, con un guión largo que parece no saber a dónde va, un montaje que abusa de las escenas del deporte inventado para la película, y personajes fríos.
Sin embargo, si se contempla como ciencia ficción con mensaje resulta destacable y muy creativa. Vista desde la perspectiva de 2008, me parece fascinante la propuesta de organización del mundo que se plantea. Si hay una evolución sibilina (pero cierta) de los países desde entonces hasta ahora es la que se muestra en Rollerball, aunque afortunadamente estamos muy lejos (por ahora).
Para matizar el primer párrafo, he de decir que una vez que se identifica claramente quién es quién y qué amenaza al protagonista, la historia se vuelve más amena. Recomendable si te gusta el cine por algo más que entretenerte.
Una de mis películas favoritas es esta, y lo sería aún más si no sobrase alguna carga puramente de espectáculo que se hizo en su día para ampliar el círculo de posibles consumidores de la cinta.
Esta es una película diferente, verdaderamente fantástica y filosófica al mismo tiempo, de una tristeza y melancolía inimitable y un auténtico canto a la rebeldía y a la lucha contra el autoritarismo, además de un amor a la cultura, el conocimiento y a los libros. Rollerball es una joya, injustamente olvidada y que no conozco un retrato más acertado del futuro que esta película y eso que está hecha en 1975.
Las nuevas ciudades-megalópolis, que sustituyen paulatinamente a los estados, ligas mundiales, corporaciones que dominan el mundo, desprecio por el libro y el conocimiento, sociedad de la imagen y la comunicación, sociedades multirraciales, hombres-masa, el fin de las religiones, lujo y calidad de vida unido al snobismo artístico que vemos ya tan a menudo en nuestras galerías de arte y museos…etc
En esta película casi todo funciona, desde la espléndida dirección del canadiense Norman Jewison que venía del escándalo de rodar Jesucristo Superstar y que era ya un tipo de prestigio y premios desde que triunfó con aquella película En el calor de la noche con Sidney Poitier.
Y sobresaliente para las piezas musicales escogidas como el adagio de Tomaso Albinoni, tal y como Peter Weir haría también en su magnífica e inolvidable Gallipoli, a lo que hay que sumar la partitura de Pyotr Ilyich Tchaikovsky que nos deslumbra al principio y al final de la cinta.
Impresionantes fotogramas del británico Douglas Slocombe (El baile de los vampiros, El león en invierno o la saga de Indiana Jones) que nos lleva al submundo de los clubes deportivos como nunca se ha hecho y que nos regala imágenes inolvidables como aquellos patinadores-jugadores saliendo por el tunel del vestuario.
Una mención para la increíble dirección artística de John Box a lo que hay que sumar unos decorados extraordinarios.
La historia es magnífico escrito por William Harrison, que haría otro buen guión con Las montañas de la luna, película que también recomiendo y que nos transmite todas las dudas existenciales que un hombre como el protagonista tiene a lo largo del film como muy pocas veces se ha hecho.
Si además tenemos una de mis debilidades como es Maud Adams, una de las mujeres más bellas de todos los tiempos, chica Bond por partida doble, poco se puede pedir más.
Pero sobre todo quiero destacar a un James Caan que en la década de los setenta era uno de los mejores actores de todo el mundo del cine y que lamentablemente desapareció en los ochenta haciendo subproductos que no le ayudaron en nada. Pero puedo decir que su interpretación aquí, es una de las más convincentes y profundas que recuerdo.
Completamente de acuerdo con ese crítico crepuscular, de sombrero y el poncho deshilachado, que cabalga siempre en solitario por Filmaffinity, uno de mis favoritos, Vicenguetorix. Una pelicula de ciencia-ficción de las que llaman distopías. Nada que ver con lo que puede imaginarse uno por el poster de la película, o por el remake (espantoso) que hicieron hace unos años.
Si eres aficionado a la ciencia-ficción de la seria, de la que va más allá del puro entretenimiento, esta película te fascinará. Incluso me atrevería a afirmar que supera a muchas de las películas del mismo género que están consideradas de culto.
Conclusión: Imprescindible.
El deporte ha sido uno de los temas que más se ha tratado dentro del mundo cinematográfico, de ahí que hayan surgido un sin fin de producciones en base a esta temática, pero dentro del ámbito de la ciencia-ficción apenas se ha visto gran cosa a excepción de una versión televisiva titulada FUTURESPORT (1996) de Ernest R. Dickenson y del descafeinado remake realizado en el 2002 por John McTiernan.
La película está basada en un relato corto titulado LOS ASESINATOS DEL ROLLERBALL escrito por
William Harrinson en 1974, profesor de Inglés de la Universidad de Arkansas llegó a publicar su relato ese mismo año en la revista Esquire y fué nominado al Premio Pulitzer.
Norman Jewison quedó tan impresionado con la historia que contrató al autor para que este escribiera un guión, cosa que hizo durante un mes, mientras Jewison intento verderla a varias productoras. Ambos coincidían en que era una historia fantástica imposible de rodar.
Finalmente sería la United Artist la productora que se interesó por la historia de Harrinson, y posteriormente sería filmada en exteriores localizados en Munich en un periodo de rodaje de 25 semanas aprovechando la infraestructura construida para los Juegos Olímpicos de 1972 para la ambientación futurista.
Destacando la gran labor desempeñada por Jewison en la dirección del film, de su gran intuición para un proyecto de tal envergadura y dotando asimismo al film de un estilo visual y narrativo soberbio, de una rápida sucesión de imágenes en las violentas secuencias de acción del filme filmada con los especialistas, sin olvidar de su brillante guión y de la gran interpretación de James Caan, es sin duda una de sus mejores virtudes que posee el conjunto de la película.
En su momento recibió una críticas muy favorables durante su estreno en el verano de 1975 llegando a recaudar más de 30 millones de dólares en taquilla, con todo esto y mucho más cabe destacar la labor realizada por todo el equipo técnico de la película, el diseño de producción de John Box, la fotografía de Douglas Slocombe, el montaje de Anthony Gibbs y los insertos de música clásica de autores como Tornaso Albinoni, Johann Sebastian Bach, Dimitri Shostakovich y Pyotr Ilyich Tchaikovsky.
Todo el conjunto de la película presenta al espectador una terrorífica y escalofriante visión de un futuro, en el que toda la agresividad del hombre se manifiesta en un ring ultraviolento ¡Sin límites!
Donde los hombres resuelven sus diferencias con puro ocio para el deleite de una audiencia televísiva creciente, al igual que la violencia que emana el propio film siendo según en palabras del propio Jewison, No hay ninguna pieza de violencia gratuita en todo el film, la intención de la propia película es rechazar claramente la explotación de la violencia. Si el film en si mismo es acusado de explotar la violencia entonces yo pregunto, ¿Cómo se puede hacer un alegato sobre la violencia sin mostrar ninguna violencia?
Como si de una película de Kubrick se tratase por su banda sonora fundamentada mayoritariamente en la música clásica (Bach, Tchaikovsky, Albinoni, etc), Jewison nos muestra la sinrazón futurista con el poder de las Corporaciones de ciudades importantes del mundo, las cuales han sustituido a las naciones, y cuyo máximo exponente para disfrute de las masas es el Rollerball, un deporte que mezcla la furia del motor, la vertiginosa velocidad del patinaje o el hockey, la agresividad del boxeo y la fuerza del fútbol americano. Un aparente juego en el que vale todo, incluso cambiar el reglamento si así lo deciden sus promotores, pese a que ello pueda costar la propia vida de los jugadores.
James Caan, actor por entonces en auge gracias a su soberbia interpretación de Sonny Corleone en las dos primeras entregas de la saga de El Padrino , protagoniza esta película de ciencia ficción y deporte extremo, acompañada de la chica Bond de la época, Maud Adams.
Rollerball tiene a su favor las escenas de acción, violencia en la pista y movimientos de cámara, pero la historia es fallida – a pesar de una trama que pretende ahondar en el misterio -por su superficialidad, saltos acelerados en el tiempo y secuencias confusas e intemporales. Además, la cinta toma referencias de otros clásicos del género como Cuando el destino nos alcance (esas píldoras para soñar como el Soylent Green) o Fahrenheit 451 (los libros tampoco existen a su manera en esta película)