Riverdale (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2017-Actualidad). 5 temporadas. 77 episodios. Al mismo tiempo que un nuevo año escolar da comienzo, la ciudad de Riverdale aún está reponiéndose de la trágica muerte reciente de Jason Blossom. Por otro lado, durante el verano Archie Andrews (K.J. Apa) se ha dado cuenta de que quiere ser músico. Además a Archie aún le pesa haber roto su amistad con Jughead Jones (Cole Sprouse). Mientras tanto, Betty Cooper (Lili Reinhart) está ansiosa de ver a Archie, de quien está enamorada, pero aún no está lista para revelarle sus sentimientos. Cuando una nueva estudiante, Veronica Lodge (Camila Mendes), llega a Riverdale desde Nueva York junto a su madre, nace la chispa entre ella y Archie. Pero Veronica no quiere poner su nueva amistad con Betty en riesgo. Cheryl Blossom (Madelaine Petsch), la chica más popular de Riverdale, es feliz removiento las situaciones alrededor de Archie, Betty y Veronica para causar problemas. Pero Cheryl es una chica que guarda muchos secretos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Riverdale (TV Series)
- Año: 2017
- Duración: 45
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes obtener una copia de esta película en formato HD y 4K. A continuación te citamos un listado de opciones de descarga activas:
Opinión de la crítica
6
46 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Asha Bromfield
- Ashleigh Murray
- Barclay Hope
- Camila Mendes
- Casey Cott
- Charles Melton
- Cole Sprouse
- Colin Lawrence
- Hart Denton
- K.J. Apa
- Lili Reinhart
- Lochlyn Munro
- Luke Perry
- Mädchen Amick
- Madelaine Petsch
- Marisol Nichols
- Mark Consuelos
- Olivia Ryan Stern
- Rob Raco
- Ross Butler
- Sarah Habel
- Shannon Purser
- Skeet Ulrich
- Tom McBeath
- Vanessa Morgan
El tenebrismo está de moda (exitosas producciones como las de It y American Horror Story son prueba de ello), los 80 están de moda, qué duda cabe a estas alturas, y las historias sobre asesinatos misteriosos también vuelven a ser populares, si es que alguna vez han dejado de serlo. Warner Bros Televisión aprovecha estas tendencias y las fusiona con acierto para proyectar un mundo en el que los típicos enredos de instituto, el puritanismo estadounidense y la estereotipada imagen del sueño americano reciben una radical vuelta de tuerca.
RIVERDALE es una ciudad que despunta por su tranquilidad y su civismo. La imagen inmaculada de la típica vida americana que allí transcurre entre inocentes bailes de instituto, eventos deportivos con los uniformes de los jugadores y las animadoras a juego, idas y venidas a Pop’s para tomar hamburguesas y batidos, y eventos conmemorativos en los que ciudadanos modelo se agrupan para celebrar esa calma, capitaneados por una sonriente y siempre bienintencionada alcaldesa. Pero un día aparece en el río el cuerpo flotante de Jason Blossom, el exitoso estudiante cuya familia controla la economía local gracias al negocio del sirope de arce, y la atractiva máscara que recubre a Riverdale empieza a quebrarse, sacando a la luz una realidad mucho más desagradable.
Así comienza esta historia que nos irá narrando la voz en off de Jughead Jones, una suerte de Truman Capote adolescente, decidido a llegar al fondo del asunto hasta las últimas consecuencias. Al propósito de Jones se unirán la perfeccionista y repipi Betty, la explosiva Ronnie y el deportista modelo Archie, que últimamente se encuentra en una encrucijada personal por no saber cómo afrontar su prometedor futuro.
Aparentemente, esta es una historia que ya nos han contado de muchas formas. Pero el mérito de la serie consiste precisamente en mostrarnos lo que ya conocemos (y sabemos que funciona) de un modo que nos parezca sorprendente y cotidiano al mismo tiempo, sobrenatural, pero común, ajeno y cercano, como lo es el mal que, por mucho que siempre intentemos dirigirlo a una sola dirección, en el mayor número de casos todos solemos participar de él, ya sea directa o indirectamente. Más aun en este tiempo de relativismo en el que vivimos, que los guionistas han sabido captar a la perfección sin menospreciar ese regusto retro del que bebe Riverdale, con paisajes al más puro estilo Twin Peaks y unos personajes basados en los célebres cómics de las aventuras de Archie.
Hablando de personajes, resulta refrescante ver caras nuevas en la ficción americana. Lili Reinhart (Betty Cooper), K. J Apa (Archie Andrews) y Camila Mendes (Verónica Lodge) debutan cumpliendo sobradamente con la complejidad de interpretación exigida por sus papeles. Mención especial para el regreso a la ficción de Cole Sprouse, el que será siempre uno de los gemelos rubios de la serie de Disney Channel Hotel dulce hotel, que da al controvertido Jughead Jones una buena dosis de carisma, dejando entreabiertas las puertas de una carrera que se avecina exitosa.
Y sí, esta es una serie fundamentalmente de personajes, del tipo del que el espectador termina odiando al que fuera su predilecto desde el primer capítulo, o todo lo contrario. Porque, ya sea por necesidad o pura naturaleza, estos terminan revelando su lado oscuro o desprendiéndose de la coraza para dejar aflorar una gran sensibilidad. En la ciudad de Riverdale nunca se sabe. La corrupción y la mentira siempre están acechando entre sus calles y cuando salen a la luz en forma de desgracia podemos estar seguros de que nadie está exento de culpa, pero tampoco nadie es totalmente culpable. Se agradece esa difuminación de la frontera entre el bien y el mal, sin moralinas que nos aleccionen sobre el saber estar y las buenas intenciones.
El creador de la serie, Roberto Aguirre Sacasa, parece haber cogido esa teoría propia del sueño americano como base para mostrarnos una visión propia de su manifestación, en la práctica. Y la práctica se compone de familias disfuncionales, adultos que no son capaces de controlar su propia vida pero que exigen ese control por duplicado a sus hijos, y adolescentes que han crecido con el imaginario del éxito, de la vida perfecta que para ellos han fabricado sus progenitores, pero que realmente no saben como alcanzar, ni si están realmente dispuestos a hacerlo. ¿A qué nos puede sonar esto? sí, a la generación millenial y sus conflictos identitarios.
(CONTINÚO EN SPOILER)
Bueno, estando ya sobre el final de la segunda temporada me veo capaz de analizar de aquella manera esta serie, aunque si tengo que ser sincero, viendo como se ha desarrollado, bien la podría haber hecho al finalizar la primera temporada o los primeros capítulos de la misma.
La serie empezó en su primera temporada como un producto más de la cadena norteamericana The CW, es decir, una serie para adolescentes, con una ristra de carácteristicas que llevan prácticamente el 100% de sus series, a saber: actores superatractivos todos, amoríos gratuitos a más no poder, al mismo tiempo baile de parejas en dichos amoríos, tramas de instituto norteamericano, etc. Pero si, hay que ser honestos, la serie tiene su misterio, sus secretos y tal que la hacen amena (aunque no aguante un revisionado ni de coña).
Dicho esto la serie, analizándola, me decepciona. Si, es una serie que todo lo que hace lo hace bien, los actores, la trama, las situaciones y demás es todo cliché pero bien, la factura es buena, la ambientación es buena, la musica bien, etc, pero qué es lo que pasa cuando, aunque lo que veas sea perfecto, tengas la sensación de que no deja de ser más de lo mismo. Y no es porque yo pida que a estas alturas de la película espere que las cadenas y las productoras reinventen sus series, pero por dios, un mínimo de originalidad, algo que sirva para identificar Riverdale , porque de momento lo único que se puede decir de la serie es que la serie tiene los personajes y demás del comic de Archie (cosa que fuera de Estados Unidos, en concreto en España, conocen 4 gatos y de oidas), que es lo mismo que decir que la serie vive de las rentas del famoso comic.
Yo me esperaba algo más original, como lo fue por ejemplo la serie animada Los misterios de Archie en la década de los 90, o una especie de Pretty little liars en sus primeras temporadas, es decir, algo que sin ser del todo nuevo no esté tan explotado.
En cualquier caso aunque no la recomiende del todo es una serie que se deja ver y, de todos modos, como ya está renovada por una tercera, siempre podrá mejorar.
Nos enfrentamos a una serie de jóvenes, Algo ha ocurrido en una pequeña ciudad (un pueblo para los Estados Unidos), y va a trastocar la vida de todos los que viven ahí.
¿Qué ofrece esta serie? Nada. Nada de nada. Nada nuevo bajo el sol (es un lema latino), pues aquí no hay nada nuevo en la televisión. El argumento no es original. Nada en esta serie es original. Y lo peor de todo, es que lo que diferencia a esta serie de las demás, el universo Archie, no aparece. No hay nada de esos tebeos o esa serie de dibujos animados.
Las actuaciones son normalitas. Nadie sobresale por encima de otros, ni por debajo. Están en su sitio para una serie juvenil.
¿Tienes algo que hacer? Pues hazlo en vez de ver la serie. No merece la pena.
Navegando por internet iba escuchando cositas de esta serie basada en las historietas de Archie. Desconozco los cómics y solo tenía una noción de lo que era a través de referencias en otras series y películas pero, para que os hagáis una idea, narra las aventuras de instituto y conflictos amorosos entre distintos personajes bastante estereotipados.
Lo curioso es que utiliza las historietas originales para crear un producto nuevo, combinando esos personajes y con una historia noir que esconde secretos inconfesables, un asesino, femme fatales, etc.
Básicamente Riverdale convierte, a través del tono, una serie basada en el salseo en una novela negra pero con personajes incluso más cliché. Y funciona, aunque en ningún momento renuncie a frases cursis sobre la amistad y el amor.
Puede que esto último sea lo que hace que no me termine de convencer ya que pienso que la película Brick (2005) creó un mismo ambiente mucho más realista y afín a mis gustos. Sin embargo, Riverdale sigue siendo una serie recomendable debido a que sus virtudes pesan, al menos de momento, más que sus defectos.
La estética impoluta, algunos personajes que de repente adoptan actitudes inesperadas y todas las interpretaciones secundarias hacen que valga la pena ver el piloto de la serie. Aunque en mi caso no encaja con lo que más me gustaría ver, su valor creativo es apreciable y puede que se convierta en un must para muchos de vosotros si sois amantes de los enredos amorosos, las animadoras, los amigos gays y un pelirrojo buenorro.
https://cinefalos.com/2017/02/20/por-que-deberias-ver-riverdale/
Esta serie se ha vendido desde el primer minuto con la frase del título.
Una nueva versión, con los infaltables adjetivos adulta y oscura por bandera, que pretende desempolvar la serie de cómics de hace varias décadas.
La cosa es que aquellos cómics eran la esencia de la juventud estadounidense, repleta de batidos en diners de neón, inocentes aventuras en las que Archie y amigos lograban ser astronautas, detectives o vaqueros, y un sentido del humor blanco como la nieve, cuando no definitivamente infantil.
Bastante complicado darle la vuelta a un tópico tan gigantesco, sin cargarse lo que lo hace especial por el camino.
Y pese a todo, Riverdale me ha convertido en el abogado del diablo.
Archie se ha puesto buenorro es una de las primeras frases del primer capítulo, y la probable primera espantada de los que recuerdan a aquel inocente pelirrojo que nunca ha sido el rompecorazones de nadie.
Pero, como cuenta la voz en off, hay bastante más bajo la superficie.
Archie sigue siendo el de siempre, solo que el último verano (ese último verano especial que todos hemos tenido) ha cambiado sus prioridades, haciéndole saber que no tiene que quedarse para siempre en Riverdale donde todas las chicas suspiran por sus abdominales desinteresadamente trabajados, sino que puede aspirar a algo más. Por primera vez, Archie tiene un secreto, sexual y prohibido, que trae la mayoría de edad a una caricatura que a lo mejor no la necesitaba, pero desde luego la hace mucho más interesante.
Betty Cooper también siente ese cambio en Archie, y le hace pensar que quizá sea el momento de lanzarse: cuando la amistad con tu mejor amigo se vuelve incómoda, sabes que quieres algo más que compartir tardes de batidos o inocentes invitaciones al inevitable baile de instituto.
Pero como un romance sería muy aburrido sin una chispa de duda, ahí llega Verónica Lodge, para poner el punto y aparte, o ser la peligrosa manzana prohibida de la clásica duda adolescente: ¿lo bueno conocido, o lo malo por conocer? (salvando las distancias, porque no creo que a Archie le amargue pasar tiempo con ninguna de ellas)
Hasta ahí bien, fidelidad a los cómics salvaguardada.
Pero sucede que, pese a ponerse buenorro , las cosas no han cambiado para Archie: su interés no acaba de ser ni para la rubia ni para la morena, sino que se centra en conciliar sus crecientes dudas adolescentes con la resaca de un último verano donde se toman decisiones que te durarán para toda la vida.
Como dice Verónica: ya basta de la clásica lucha entre artista torturado y jugador de fútbol. ¿No lo podemos ser todo en la era post-James Franco?
Justamente, parece que por tenerlo todo los adolescentes no consigan centrarse en nada, y esa es una reflexión que, si bien no estaba en los cómics originales, a nadie le suena extraña aplicada a ellos en pleno S. XXI.
Pero es que encima, Riverdale tiene el buen gusto de seguir las tradiciones, haciendo que la pareja de Betty y Verónica sea la más atractiva de todas (casi podrían olvidarse de Archie) al bajar la bordería de la morena y la perfección de la rubia, continuando un dilema entre las dos que ya tiene 75 años de antigüedad, y que aquí se vuelve fresco como el primer día.
Y para los que echan de menos los vampiros, las momias y los hombres lobo, aquí hay un misterio a resolver que ha dejado un cadáver con delicioso regusto a Twin Peaks.
Quizá todavía podemos descubrir que sobrevivir a la adolescencia no es lo peor que puede pasar en Riverdale.
¿No trataba Archie y sus amigos de retratar una juventud idealizada con un punto fantástico?
Precisamente.
Quizá de lo que no nos hemos dado cuenta es de que, en su más de medio siglo de cómics, la juventud ha cambiado, y este renovado mundo de Archie no hace un mal trabajo al reflejarla.