Río arriba
Sinopsis de la película
Dos prisioneros se escapan de la cárcel para ayudar a una pareja que, tras cumplir su condena, se instaló en una pequeña localidad para que nadie conociera su oscuro pasado. Ahora la pareja ve amenazada su felicidad por un deshonesto vendedor que quiere implicar al hombre en sus fraudulentas actividades.
Detalles de la película
- Titulo Original: Up the River
- Año: 1930
- Duración: 92
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Opinión de la crítica
Película
6
99 valoraciones en total
Comedia en clave de parodia en la que J. Ford da rienda suelta a su voluntad moralista y ofrece una película llena de buenas intenciones en la que sólo la ingenuidad iguala su talante campechano.
Se agradece la oportunidad de asistir a una de las primeras intervenciones de H. Bogart y de S. Tracy pero se lamenta que, por lo que muestra la pantalla, casi apetece cumplir condena en la idílica cárcel norteamericana.
El humor es el humor.
En cualquier caso, la película pertenece al modo de hacer cine a la antigua y sus recursos formales y de estilo corresponden a la década anterior.
Sencilla, candorosa y llena de buenos deseos.
Una de las primeras películas sonoras de Ford, que como ya apuntaba en su etapa muda, manifiesta una definidísima personalidad temática y artística. Buena comedia con personajes ya habituales en su obra que, a pesar de de contar con un guión irregular, mantiene el brío y el encanto gracias al talento de Ford, los divertidos diálogos y la fuerza de dos de las mayores estrellas de la historia de Hollywood: los incipientes Spencer Tracy como Saint Louis (su primera película) y Humphrey Bogart (su segunda intervención). Solo por ver el carisma que desprenden estos dos monstruos del celuloide desde sus mismos inicios ya merece la pena ver el film. Pero además es una agradable comedia ligera que no aburre en ningún momento y que tiene encanto. No comparto las críticas que recibió en su momento acusándolo de trivializar el mundo carcelario como si fuera un club social. No hay que olvidar que esto es una comedia, que para hablar más en serio de la cárcel ya lo haría en Prisioner of the Shark Island. Esa cárcel no deja de estar muy adaptada al mundo fordiano, tanto por el ambiente predominantemente masculino como por su idealización de esa micro comunidad, en la que el compañerismo y el factor humanista terminan por predominar. Un trabajo menor del director, sin duda, pero enormemente entretenido y con más sutileza de lo que la comedia deja ver en principio. Muy interesante.
Cuando me enteré que John Ford había rodado en 1930 una película con los entonces desconocidos Humphrey Bogart y Spencer Tracy me picó el gusanillo de la curiosidad.
Se muestra la vida en la cárcel y se habla del amor y de la amistad todo ello en tono de comedia.
A mi me ha parecido un poco lenta. Pero quizás sea porque, aunque Ford hubiese rodado un montón de películas de cine mudo, la interpretación con el sonido cambió casi un 100%,así que aún se estaban adaptando.
Eso sí, en esta película he visto muchos detalles para mi característicos de las películas de Ford:
– La importancia de la familia.
– La madre como figura integradora.
– La camaradería entre los amigos.
– La amistad por encima de todo.
– Muchas canciones ( para no ser un musical).
En cuanto a las interpretaciones Humphrey Bogart, aunque no esté perfecto se nota que es un buen actor, y en el caso de Spencer Tracy, parece increíble que sea su primera película y encima, sin tener referentes en este nuevo cine.La mayoría de los actores y actrices del cine mudo no cuajaron en el sonoro, tanto por la voz como por sus interpretaciones demasiado teatrales.
Además tiene una vis cómica impresionante.
Recomendaría esta película:
1._Por ser de las primeras del cine sonoro y mostrarnos esa transición del cine mudo al sonoro.
2._Por ser la primera y la única vez que rodaron juntos Humphrey Bogart y Spencer Tracy.
3._ Por verles tan jóvenes.
4._Porque el director es John Ford.
(Eso sí que nadie espere ver la calidad de Que verde era mi valle , Centauros del desierto etc).
5.Como anécdota, hay una escena muy parecida por no decir casi igual , en El gran McLintock.
Es una divertida parodia sobre la vida en las cárceles americanas que parece como introducida desde el exterior donde la vida no tiene problemas. Es más, se está mejor dentro de la cárcel, donde se juega al béisbol y donde hay mujeres tan buenas, que hasta te puedes enamorar. Curiosamente esta película tiene el gran aliciente de ser la primera película de Spencer Tracy y la segunda de Humphrey Bogart, en dos magníficos papeles que ya apuntan a mostrar que son dos grandes actores. En esta película Ford utiliza muy especialmente su técnica de apuntes graciosos que no son más que toques verbales o de imagen propios para definir un personaje o una emoción. Quien se lleva la mayor parte de estos apuntes graciosos es el actor Warren Hymer que da una gran interpretación de ese personaje que tanto le gusta a Ford, el tonto. Más destaca todavía esta interpretación cuando el oponente listo es su gran amigo St. Louis, papel del que se encarga Spencer Tracy. Ambos ayudarán al joven bueno, guapo y enamorado que interpreta Humphrey Bogart. Como ven, el típico trío de personajes tan característico de las comedias teatrales o del circo. No perderse el detalle de la mascota del equipo carcelario de béisbol.
Asistir al debut de Spencer Tracy y prácticamente de Humphrey Bogart en 1930 de la mano de John Ford es una auténtica gozada. Cine imposible de encasillar como simple comedia porque John Ford se salta los géneros alegremente en esta historia de gangsters que acaban reuniéndose en un presidio sureño, como digo, 1930, así que el sonido es todavía primario, la música bastante rústica, pero la cosa va a todo ritmo y el Ford de 36 años se luce a la hora de narrar historias personales entrañables, es un gran observador, amante de detalles para otros sin importancia, una suma de factores que altera para bien un guión que en el fondo es bastante corriente. Cine ante todo de hombres, de camaradería, de amistad, con unas buenas dosis de humor y de retranca.
Spencer Tracy debuta pues con 30 años, hombre cotizado del teatro, Tracy había hecho pruebas para la Metro, Universal y la Warner, pero le habían dado calabazas, John Ford insistió ante la Fox y, luego de ver el resultado, el estudio le ofreció un contrato de cinco años, estuvo tan convincente Spencer Tracy en Río arriba que luego, en sus inicios, le caían con frecuencia papeles de gangster. Bogart era un año mayor que Tracy, 31 años, y sólo tenía en su haber un cortometraje, poco tardaría la Warner en contratarlo por 550 $ semanales y ponerlo a trabajar a destajo en docenas de películas. Warren Hymer hace su consabido papel de iletrado patoso, como contrapunto de Spencer Tracy, este actor, muy popular entonces, era en realidad diplomado por la universidad de Yale, tenía muchos problemas con el alcohol y más de una vez se había caído redondo en medio de una frase en pleno rodaje, cuando perdía la paciencia era terrible, como colofón de una bronca fenomenal con Harry Cohn, el patrón de la Columbia, le orinó en el despacho, el gesto le costó muy caro y apenas volvió a trabajar, Warren Hymer falleció a los 42 años.
En Río arriba John Ford les saca chispas a todos, incluido a Bond, Ward Bond. Por cierto, no os perdáis la inesperada versión del tradicional Saint Louis Blues que popularizó sobre todo Louis Armstrong, en versión musical carcelaria aquí.