Ricos y extraños
Sinopsis de la película
El contable Fred Hill y su esposa Emily darían lo que fuera por cambiar su monótona existencia de familia de clase media. Cuando un tío suyo les regala una gran cantidad de dinero, emprenden un lujoso viaje en barco por todo el mundo. Pero durante la travesía surgirán conflictos conyugales.
Detalles de la película
- Titulo Original: Rich and Strange aka
- Año: 1931
- Duración: 83
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Opinión de la crítica
Película
5.5
99 valoraciones en total
Fred (Henry Kendall) y Emily Hill (Joan Barry) son un tímido e inocente matrimonio de clase media, están pasando por un momento de aburrimiento y monotonía, pero un tío rico le obsequia un viaje en crucero por Oriente con todos los gastos pagos. Durante la travesía Fred y Emily se divierten muchísimo, pero pasan por una inesperada crisis matrimonial, esto traerá como consecuencia serios contratiempos en su viaje de regreso.
Fred y Emily se dieron vida de ricos durante el viaje en crucero, pero eran extraños por qué no se conocían como matrimonio. El film aborda la infidelidad matrimonial, para principios de la década de los 30s el divorcio era un asunto tabú que se trataba con mucha discreción y confidencialidad, pero los tiempos han cambiado y Alfred Hitchcock se atrevió a tocar el tema en el cine.
Para el año 1931 las técnicas del cine eran bastante rudimentarias, pero Alfred Hitchcock siempre fue un gran innovador. En este film tuvo que recrear un barco de tamaño original en un estanque de agua, además de nuevas técnicas con diferentes cámaras y composiciones de tiro.
Rich and Strange era una de las películas más queridas por su propio director, Alfred Hitchcock. Este largometraje juega con metáforas personales del director británico y su mujer Alma Reville. Entiendo el aprecio de Hitchcock hacía este proyecto, porque sin duda, creo que es una película con buen ritmo y personalidad.
Muy posiblemente, el trabajo técnico del filme es el más flojo de todos. Incontables errores de sonido y montaje (que a día de hoy envejecen fatal). A mi parecer, es un punto negativo crítico para la valoración del filme. Creo que es de las peores películas a nivel visual de la extensa filmografía hitchcockiana.
La escena inicial es un buen experimento cinematográfico y el barco inundado del final tiene su trabajo y dedicación (eso se aprecia). Quitando todo eso, creo que es pésima en términos generales, puramente experimental.
La historia es simple pero divertida. Muchas escenas atrevidas y plagadas de un humor negro (y también verde) inteligente pero sutil. Se aprecia teniendo en cuenta que ya va a cumplir los 90 años de antigüedad.
Los personajes tienen buena química y las actuaciones son aceptables para el principio del cine sonoro (eso conlleva a la sobreactuación en algunas ocasiones).
Entretiene decentemente, animándose en la última mitad, que se transforma extrañamente en una película de piratas aventurera.
Comedia dramática de alto contenido sexual (de manera indirecta), con una sátira del matrimonio y con toques de suspense, con algo de racismo y bastante de machismo. Extrañísima. Aún así, podemos ver una muestra de cine indirecto, mostrando sin mostrar, a base puertas que se abren y se cierran, hombres y mujeres que van y vienen con panorámicas a un lado y a otro, para que podamos comparar, personajes femeninos cómicos, que intentan aportar la verdadera comedia donde solo hay tragedia. El inicio es de una velocidad explosiva, con un montaje que te impide ver mucha información del plano (lo que determina la velocidad de un film) y la parte de la travesía aplica momentos de repetición, también comparativos, para las dos parejas. El montaje final vuelve a acelerarse y concluye de una manera ciertamente radical, impensable hoy en día. Es una película muy extraña, con momentos basados en Ernst Lubitsch, contemporáneo y admirado por Hitchcock.
En lo hondo a cinco brazas
Sepultado está tu padre,
Sus huesos se hacen corales,
Vuélvense sus ojos perlas,
Nada de él se desvanece
Sino que el mar lo transforma en algo rico y extraño…
La tempestad de William Shakespeare (Canción de Ariel: Acto I Escena II)
Tiene un interesante arranque esta película del director Alfred Hitchcock, haciendo una suerte de homenaje a La salida de los obreros de los Hnos Lumiére, pero la situación vista desde adentro, y con el personaje protagónico Fred Hewitt (Henry Kendall), enseñándonos la suerte de tonto-infortunado que tendremos de aquí en adelante.
Inspirados en la obra, Rich and Strange (1930) del australiano, Dale Collins, el guión lo tomaron a cargo Hitchcock y su esposa, Alma Reville, con la colaboración de Val Valentine, y según contara el mismo director, lo hicieron inspirándose en su luna de miel llevada a cabo en 1926, tras un feliz matrimonio. De aquí que los personajes se llamen, Fred (por Alfred) y Emily (variación de Alma). Hasta el apellido Hewitt bien podría ser en alusión a Hitch.
LO MEJOR ES LO MALO CONOCIDO (título que se le puso en español para conformidad de los maridos regularcitos, a lo cual también apunta el filme), fue hecha en tono de comedia, pero… los apuntes son casi todos tan flojos, que el filme casi da grima. Se salva por uno o dos momentos románticos entre Emily y el capitán Gordon y por un par de truquitos que consiguen resultar simpáticos (el reloj de pared que gira cuando Fred mueve su reloj de pulso y las palabras que saltan del menú dando cuenta de la fiebre del cornudo).
Como intérpretes, Hitchcock eligió a Henry Kendall, actor que parece que tuvo mejor suerte en el teatro que en el cine y que aquí no conmueve en absoluto. Y para el rol de Emily, se decidió por Joan Barry, una linda rubia que había prestado su voz para doblar a Anny Ondra en la película Chantaje y que, en pocos años, dejaría la carrera porque su marido (un machista banquero), la reclamó para que se dedicara como toda buena madre a cuidar a los niños de ambos (elegante manera entre los actores, y otros pobres diablos, de camuflar la verdadera razón que son los celos).
No obstante que la historia hace agua por donde se la mire, a Hitchcock se le abona que ésta es una de las más sinceras comedias autobiográficas que hayamos podido ver, pues él se recrea a si mismo y a su mujer, como una pareja del montón, con algunos pelos de tontos, y sin nada que nos haga sentir inferiores en manera alguna, pues, hasta el dinero con el que aquí hacen el crucero, les cayó literalmente del cielo, sin exagerar ni un ápice.
Creo que, entre los personajes de comedia a la americana o a la inglesa, Fred Hewitt y la doncella de gafas que también viaja en el barco, podrían estar en la lista de los tontos menos graciosos de la historia del cine.
Hay dos maneras de contemplar una película de una fecha ya tan remota como 1931: como un clásico o como una parte de la historia del cine. En este caso nos encontramos con una película interesante para aquellos que tengan interés por las primeras películas de Hitchcock o por el primer cine sonoro británico, pero no una película que haya resistido el paso del tiempo. Si no tiene, por tanto, un interés cinéfilo y/o histórico, directamente olvídese de este título.
Personalmente sí me he aproximado a éste temprano título del gran director por interés en su filmografía inglesa. Y me he encontrado una comedia fina y sutil, con momentos de drama, y llena de algún golpe de genialidad donde se reconoce las marcas del futuro maestro del cine.
Un matrimonio hundido en una rutina que en el fondo les mantiene unidos se ven enmarcados en una aventura por el mundo que en un determinado momento se convierte en otro tipo de aventura… ambos deberán pensar bien quiénes son realmente y qué ven en el otro para que sus vidas tengan sentido…
El tiempo ha pasado por esta cinta, pero se deja ver. Correctas interpretaciones y algunos momentos de sorprendente profundidad. Incluso en una cinta dominada por la comedia (que se encuentra mezclada en sus películas de suspense siempre, pero en menor grado) Hitchcock demuestra su enorme intuición psicológica.