Retrato de una obsesión (Fur)
Sinopsis de la película
En contra de los deseos de su adinerada familia, Diane Arbus (Nicole Kidman), una mujer tímida, se enamora de Lionel Sweeney (Robert Downey Jr.), un enigmático mentor que la introducirá en el mundo de los marginados, y que la ayudará a convertirse en una de las más prestigiosas y originales fotógrafas del siglo XX.
Detalles de la película
- Titulo Original: Fur: An Imaginary Portrait of Diane Arbus aka
- Año: 2006
- Duración: 122
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Opinión de la crítica
Película
5.4
92 valoraciones en total
Si habláramos de esta película como si lo hicieramos de una foto diría que está desenfocada, que el ancho de campo es demasiado estrecho y que la luz escogida es erronea por opaca. El resultado final es que la foto se ve borrosa.
Esto se produce debido a una Nicole Kidman que parece buscar un oscar más que actuar, con lo que su interpretación resulta impostada, con una mala elección del marco histórico, pues hay momentos mucho más interesantes en la vida de Diane Arbus que el que se nos cuenta, un intento de retratar el mundo interior de la Arbus a través de simbología onírica cercana al universo Lynch que fracasa porque donde debería haber sutileza hay metáforas e imágenes de manual, y sobre todo por la alucinante aparición de Chewacca. Supongo que después de rodar el episodio III no quiso verse abocado al paro y ha decidido intervenir allá donde le propongan. Un triste final para un wookie.
Lo mejor: A pesar de todo hay química entre Nicole y Chewacca.
Lo peor: El falso lirismo que quiere impregnar la película.
…y se fumó unos petas con Chewbacca. Cuando a los pocos momentos de comenzar el metraje aparecían amenazantes los títulos de basado y homenaje a una desconocida artista fotógrafa beatificada a heroína americana se olía que el tostoncete podía ser de los que hacen época. ¿Un biopic de quién?¿Que Diane qué?¿Pero que me éstas contando?
Luego resulta que nada más lejos de la realidad… lo que descubre el vecino de arriba más raro de la historia a nuestra protagonista, es una aparente realidad alternativa oculta a su apastelada y monótona vida, y cualquier parecido con lo que debió ser la vida de esta santa mujer debe ser mera coincidencia.
Como una metáfora de… ¿la inspiración?¿el descubrimiento del arte?, en fin, de sabe Dios qué, lo que se nos narra tiene unos tintes de cuento fantástico de amor imposible cercano a lo que podría ser el mito de la bella y la bestia. Lástima que para ello tengan que pintar a la protagonista como lo que en ocasiones parece una aficionada al sexo extremo, exhibicionista y putera, que por muy Nicole Kidman que sea le quita bastante encanto y da lugar a escenas tan chocantes que lejos de la reflexión o lo que deban sugerir, lo que causan más que otra cosa es el descojone más estrepitoso (si, lo admito, quizás la metáfora y el fondo real si es que lo hay es tan sutil que no lo he acabado de pillar).
En cierta forma es también una historia sobre la soledad, la autorepresión y el miedo a morir solo… lo que está claro es que los que fueron engañados al cine a verla pensando encontrar otra cosa se rasgarían las vestiduras, y que cualquier excusa ya ni siquiera es buena con tal de verle las tetas a la Kidman de refilón.
Viendo Fur enseguida se comprende el Imaginary del título original, no porque lo que se cuenta no haya podido suceder exactamente tal cual si no porque toda la película está sumergida en un entorno de cuento fantástico, de amor imposible, con un aire de bendita y estrafalaria originalidad. El intento absurdo de los traductores del título en España y hasta de ciertos carteles cambiados pensados ambos como para vendernos un thriller llevarán la cara de asombro (y porqué no desesperación) a muchas personas que no obstante ya habrán pagado su entrada. Lo que Shainberg realiza no es ni por mucho un biopic, Arbus está allí, es un personaje real, pero lo que se cuenta es sólo el descubrimiento de un mundo aparte estimulante que arranca a Diane de su acomodada y rutinaria vida. Kidman a lo mejor sobreactúa en su excesiva utilización de sus, por otra parte, maravillosos recursos dramáticos. Downey Jr. tiene uno de esos papeles que no se olvidarán con facilidad de su filmografía. Y aunque Fur no vaya a ser una joya memorable sí que merecerá la pena volver a ella de vez en cuando en cuanto a su condición de film aparte, mezcla aparentemente imposible de fantasía en la realidad, semilla romántica única en un mundo de tópicos uno tras otro.
Lo que no entiendo es qué necesidad había de meter el nombre de la maravillosa fotógrafa Diane Arbus en este fregado, pues esta película no tiene nada que ver con ella ni con su vida, pero claro, ya lo advierten: un retrato imaginario…
Por lo demás, me parece una película francamente mediocre, por no decir mala, con una historia que solo daría para un cortometraje, alargada de modo artificial.
A mí, lo que me hubiera gustado es ver una historia sobre la vida de Arbus, su atracción y compromiso con los marginados, así como su triste y prematura muerte por suicidio en su apartamento de Nueva York.
Y frente a eso, ¿qué nos cuentan? Una estúpida historia sobre la frustrada esposa de un fotógrafo y sus relaciones con su cirquense vecino. Pero claro, se supone que en un universo paralelo ella habría podido ser Diane Arbus . ¡Qué se vayan a tomar por el… y me devuelvan el dinero de la entrada! (esto último es una frase retórica pues la vi en DVD por 1 Euro y veinte céntimos, ja, ja…)
Nota: le pongo un dos, porque a nivel visual y técnico la película tiene el empaque de la típica producción de Hollywood, que si no le pondría un cero.
Se necesitaba un director provocativo como Steven Shainberg para abordar un relato siempre al borde de lo que sale de la norma convencional. Con su filme La secretaria (2002), este realizador ya hab¡a incursionado en el universo de personajes dominados por pulsiones inusuales, de ahí que no resulta extraño que se haya sentido atraído por la controvertida figura de Diane Arbus.
La película no es una biografía convencional, sino más bien un ejercicio de la imaginación, que entrelaza aspectos reales de la vida de una de las artistas más enigmáticas del siglo XX, que revolucionó la fotografía con sus excepcionales retratos sobre personajes marginales y deformes.
El guión condensa en tres meses los cambios que la impulsan a convertirse de frustrada ama de casa, en el Nueva York de los años cincuenta, a ser una de las artistas más reconocidas del siglo XX.
El filme prefiere acentuar lo alegórico por sobre lo dramático, combinando fantasías con una estética afín a David Lynch pero también a las imágenes arquetípicas de cuentos tradicionales como La bella y la bestia , pasando por una referencia explícita a la sublimada sensualidad de Alicia en el país de las maravillas.
El suspenso creciente y las atmósferas están muy logradas en la parte inicial del filme, mucho más convincente cuando la protagonista oscila entre su opresiva vida familiar y la excitación del descubrimiento de sí misma, en su irresistible atracción por lo diferente.
Construida con una estética personal y bien estructurada, donde las partes oníricas están resueltas con solvencia y sin desentonar cuando se hace necesario para el discurrir de la historia, esta película puede merecer el rótulo de sorprendente y por momentos exquisita pero es recomendable sólo para los amantes del cine provocativo.
A pesar de que la película elige acentuar progresivamente la alegoría poética y simbólica por sobre la línea dramática, no logra salir totalmente de una peligrosa oscilación entre lo grotesco y la banalización.
Las actuaciones son buenas y la producción es visualmente atractiva, pero el problema es que no se atraviesa el inefable misterio que encierran las imágenes de la Arbus real, pobladas de rostros fascinantes y marginales. Un misterio que ella explicaba en una frase: una fotografía es un secreto sobre un secreto. Cuanto más te cuenta, menos sabes .