Relato policíaco
Sinopsis de la película
El inspector Nogués cuenta a sus alumnos de la Escuela General de Policía dos casos opuestos vividos por él, sobre el uso de las armas de fuego. Sin alardes de espectacularidad, explica cómo se desarrollan las investigaciones hasta la identificación y detención del criminal.
Detalles de la película
- Titulo Original: Relato policíaco
- Año: 1954
- Duración: 80
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Opinión de la crítica
Película
4.9
63 valoraciones en total
Glorificación del cuerpo de policía que, vista con la perpectiva que concede el paso del tiempo, queda en algo casi inocente teniendo en cuenta la desintegración actual de las estructuras de los estados contemporáneos, en los cuales sus más sólidos órganos carecen del valor ejemplarizante, que trata de inducir el film, y ya no generan confianza o respeto alguno.
Pese al título, la película consta en realidad de dos historias totalmente independientes. Ambas sirven de ejemplos ilustrativos de la vida profesional que espera a los agentes más brillantes de la última promoción de la Escuela General de Policía. El inspector y profesor de la Escuela, un Conrado San Martín por aquel entonces muy metido en papeles policíacos, introduce ambos relatos, el primero ambientado en la Terra Baixa catalana y el segundo entre Cataluña (entrañables vistas de la Plaza Cataluña de Barcelona y del valle de Núria) y nada menos que París.
Las imágenes de la España de carreteras antiguas y el París de entonces, totalmente alejados de las aglomeraciones, tanto de automóviles como de personas, tienen valor documental y la película se ve con interés. En este mismo sentido, y a título anecdótico, resulta llamativo, para nuestra época de imágen y despilfarro, que se aproveche la estancia de un agente de luna de miel en la capital de Francia para endilgarle las pesquisas de un caso con ramificaciones en esa ciudad, o que se use el mismo coche de una detenida, en una carretera, para conducirla a la comisaría de donde la reclaman y, de paso, interrogarla por el camino.
Al estilo de esas películas policíacas americanas de aquellas fechas sobre los Cuerpos policiales y de seguridad del Estado que empezaban como auténticos documentales, explicando en off el sistema de elección de los agentes (por regla es la oposición o el concurso-oposición), la instrucción en las Academias y luego el caso criminal correspondiente, generalmente basado en auténticos existidos, ya fueran casos de contrabando de joyas, robos, contrabando de droga o de distribución de moneda falsa, aquí Isasi-Isasmendi, gran aficionado a este cine, nos cuenta el caso de unos aspirantes en su última etapa en la Academia, visto que han superado todas las pruebas durante el periodo de aprendizaje. El aire se ve que es totalmente fidedigno y real.
Queda muy bien la teórica que les echa el inspector encargado cuando ya dejan de ser aspirantes y pasan a ser agentes de lo que se denominaba antes La Secreta, con entrega de las placas y la pistola. Muy auténtico, claro, porque está basado en lo que es y cómo es, antes y ahora y aquí y en todos sitios.
La teórica va sobre la utilización del arma y la responsabilidad que conlleva su uso. Para ello la película nos relata dos casos y a pesar de ser imágenes titilantes y sonido no muy bueno, los dos casos tienen su atractivo y están bien interpretados, aparte de ser la película un curioso testigo del pasado con escaso panorama poblacional, viejas de negro que corren asustadas, gente directa sin átomos de empatía y de métodos escuetos, flojo tráfico, paisajes casi desolados y estaciones de trenes que parecen estar en un apeadero de la Luna. La película está bien y ya está, además porque Isasi-Isasmendi fue un auténtico profesional.