Red 2
Sinopsis de la película
Frank Moses (Bruce Willis), agente retirado de la CIA, vuelve a reunir a su peculiar equipo de élite para emprender la búsqueda de un dispositivo nuclear portátil desaparecido. Durante la operación tendrán que enfrentarse a un ejército de implacables asesinos, despiadados terroristas y oficiales del Gobierno enloquecidos por el poder. Todos ellos están ansiosos por hacerse con el arma letal, pero no son conscientes de lo que significa enfrentarse al equipo de Retirados Extremadamente Peligrosos y sus tácticas de la vieja escuela.
Detalles de la película
- Titulo Original: Red 2
- Año: 2013
- Duración: 116
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Opinión de la crítica
5.4
75 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Adam Shaw
- Aleksandar Mikic
- Andrew Byron
- Anthony Hopkins
- Bentley Kalu
- Bianca Bellange
- Brian Cox
- Bruce Willis
- Catherine Zeta-Jones
- Dan Jeannotte
- David Thewlis
- Emilio Doorgasingh
- Eric Davis
- Garrick Hagon
- Georg Nikoloff
- George Georgiou
- Helen Mirren
- John Malkovich
- Kevin Woodhouse
- Khalid Laith
- Kirris Riviere
- Lee Byung-hun
- Martin Sims
- Mary-Louise Parker
- Michael Hearn
- Mitchell Mullen
- Moe Jeudy-Lamour
- Nathalie Buscombe
- Nathan Wiley
- Neal McDonough
- Paul Hopkins
- Penny Bunton
- Philip Arditti
- Rob David
- Steven Berkoff
- Thomas Thoroe
- Tim Pigott-Smith
- Titus Welliver
- Tom Hodgkins
- Tom Wu
- Tony Pritchard
- Tristan D. Lalla
- Vincent Hoss-Desmarais
- Vlasta Vrana
- Wahab Sheikh
- Waj Ali
- Xavier Laurent
Como viene siendo habitual en Hollywood, tras un éxito viene una secuela, y el éxito cosechado por Robert Schwentke y sus jubilados a principios de 2011 no iba a ser menos. Ese reparto encabezado por Bruce Willis y al que le seguían actores del nivel de John Malkovich, Morgan Freeman o Helen Mirren, sorprendió con una película que mezcló a la perfección comedia y acción, una adaptación de un cómic desconocido para gran parte del público que conquistó gracias a su excelente reparto y sus golpes de humor. Un magnífico entretenimiento, que sin pretensiones logró evadir al espectador durante casi 2 horas de delirante acción.
Este año le ha tocado salir a la luz a su secuela, que cuenta con prácticamente todo el reparto de la primera parte y que cambia al director que le llevó al éxito, nominación al Globo de oro por mejor película de comedia incluida, por un director inédito en el género de la acción como Dean Parisot. El resultado que uno puede esperar a primera vista es similar al del inesperado éxito de 2011, y en la primera hora es así, la cosa fluye y funciona, los nuevos fichajes no hacen más que aportar un mayor atractivo con su nombre en el cartel, el director parece que no ha cambiado o que al menos ha intentado seguir con la fórmula triunfante de la primera parte y el espectador parece que va acudir a una gran cita donde acción y comedia se mezclan para ofrecer un gran espectáculo, una digna sucesora. Pero eso es sólo en la primera parte, tras una amena presentación del film, donde vemos a Bruce Willis y Mary-Louise Parker reencontrándose con John Malkovich, y unos primeros minutos donde balas, chistes y el desvarío se fusionan para crear una atmósfera propia de este tipo de films, el espectáculo empieza a decaer, lo acontecido con anterioridad se desvanece a pasos agigantados por cada vez que cambian de país, la correcta dirección de los 60 primeros minutos se vuelve ardua y monótona y el guión empieza a pecar de previsible e insatisfactorio. En el momento que nuestros protagonistas dejan París la película es abandonada y es el momento justo para que el espectador abandone la sala (o el DVD si es que la alquilan). El resultado final es decepcionante, por lo tanto, el sabor que deja es bastante agrio, lo dulce del principio se vuelve amargo en un segundo acto frustrante, donde el atractivo aroma de las balas del principio se cambia por un show decadente de bajo nivel con estrellas de primera.
La deficiente e ineficaz dirección de Parisot, que nos propone un oasis en medio de nada, es salvada en gran parte por un lujoso reparto de veteranos. Bruce Willis, que pese a no estar ya al nivel de antes, nos da una decente actuación, la mejor suya del año, no parece disfrutar tanto como lo hiciera con la primera parte, su cara lo refleja, pero al menos no vemos al Willis de la Jungla de Cristal 5, para bien de sus seguidores. Mary Louise-Parker, vuelve a reencarnar a Sarah, siendo el suyo el papel de chica tonta, alocada y aventurera de la cinta, y ofreciendo un personaje tan divertido o más que el de la primera, aunque algo deteriorado y mal tratado al final del film, siendo el suyo un personaje con una evolución absurda, donde pasa de chica normal a casi superagente 007. John Malkovich, vuelve a ser el amo y señor de la película, el secundario en la sombra que conquistará de nuevo con su peculiar simpatía y naturalidad, su trastornado y entrañable Marvin vuelve a hacer de las suyas, aquí no hay teorías conspiratorias que le emparanoyen tanto como antaño, aún así sigue con la mosca detrás de la oreja ofreciendo diversión y explosiones alrededor suyo. Helen Mirren es la cuarte en discordia que vuelve a repetir en su secuela, no hay nada malo que decir en cuanto su actuación, aunque sí, y mucho, de lo mal dibujado de su personaje, dejándola más de lado y quitándole peso de encima, una lástima que no sea la Victoria de 2011. En cuanto a los nuevos empezaré hablando de Catherine Zeta-Jones, la femme fatale de la película, la chica que hará rabiar a Sarah y dejará a Frank Moses con cara de idiota en un par de ocasiones, su aparición es más corta de lo esperado, haciendo un eficiente papel. En lo que a Anthony Hopkins se refiere, ¡Hay Anthony, Anthony, que gran actor eres, que gran presencia la tuya y que chapuza de personaje han creado para ti! Si es que al final estaba claro que un director como Parisot no era la mejor opción para lidiar con tanto gran actor y hacer un reparto justo de minutos.
En un verano plagado de propuestas atractivas Red 2 es uno de los films más tapados de la cartelera, y la verdad es que ese es su lugar, una segunda fila detrás de los zombies, de los robots y los superhéroes que están arrasando en taquilla este verano. Si el significado de espectáculo es entendido y mostrado sólo a medias, la lucha por convertirse en la película del verano se convierte en utopía. Una jubilación a tiempo no hubiera sido una derrota.
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Y luego se quejan del fracaso de la taquilla. ¿Cómo no va a fracasar una película que intenta imitar con brocha gorda un éxito que tampoco es que fuera para tirar cohetes? De acuerdo, la primera parte tenía su gracia, al ver a un grupo de exagentes de la CIA jubilados que tienen que salvarse de una purga, y además el alemán Robert Schwentke supo darle un toque de espectacularidad en la narrativa cercano al cómic de DC en que se basó la historia. Pero al cambiar de realizador, y dárselo a un obediente artesano de estudio, Dean Parisot, se ha despersonalizado todo hasta niveles realmente increíbles. Es lamentable ver a actores de la talla de Anthony Hopkins, Catherine Zeta Jones, Helen Mirren o John Malkovich bailar como un perrito de feria y aguantar hacer el tonto (ojo, una cosa es hacer comedia, y otra hacer el ridículo) por un cheque.
La historia no tiene ni pies ni cabeza: resulta que nuestros amigos los superagentes jubilados tienen que volver para solucionar un complot internacional que puede llegar a desencadenar una nueva Guerra Mundial, con la amenaza de detonar una bomba atómica en el mismísimo corazón de Rusia. El problema no es que la historia no sea buena –que en una película de estas características, puede colar…-, sino que su desarrollo es lo más deficitario que hemos visto en años: personajes que cambian de bando (ahora son malos malísimos, y tras una secuencia, son buenos buenísimos, ahora son tontos tontísimos, y de buenas a primeras, son los más inteligentes del planeta… una locura, vamos…) historias que tienen que explicarse a pedazos saltando de ciudad en ciudad sin orden ni concierto… el desastre.
Ni la cara de estreñido de Bruce Willis, el glamour de Helen Mirren o la bis cómica de Malkovich son suficientes para salvar a este engendro que por momentos va empeorando hasta llegar a ser un subproducto que no hay por donde cogerlo, literalmente. Además resulta increíble que Mary-Louise Parker vaya de ingenua-oficinista-recién-salida-de-los-despachos y se reconvierta de golpe en Mata-Hari, cuando además ese toque de ingenuidad chirría con los añitos que ya empiezan a notársele peligrosamente.
Ni siquiera las secuencias de acción están contadas ni la mitad de bien que en la primera parte –que tenía varias realmente impresionantes-. Que no se enteran, señores productores: que no es suficiente con dinero para hacer las cosas. Hace falta talento, creatividad, brillantez, originalidad… y eso difícilmente puede comprarse cuando se pone a un obediente sicario tras la cámara, más preocupado de contentar a los ejecutivos que lo han colocado allí que en hacer una película de una calidad razonable. No vale todo, porque sencillamente, no funciona todo.
Me da muchísima pena ver cómo actores antaño grandes con g mayúscula (véase a Hopkins, ganador de un oscar por El Silencio de los corderos, con varias nominaciones, premios por doquier, o a Helen Mirren, también con oscar, a Malkovich, un verdadero genio, o Zeta Jones, que ha demostrado su talento en Traffic o Crueldad intolerable) se ven reducidos a estúpidas marionetas de un producto no solo olvidable tras su consumo –como era la primera parte, con sus limitaciones, pero con su honestidad intacta a la hora de ofrecer cine-espectáculo- sino manifiestamente hortera, sin alma y realizado única y exclusivamente para aprovechar el rebufo de la primera parte para recaudar dinero en la taquilla (traducción: engañar al espectador para que pique creyendo que va a ver lo mismo que en la primera parte, pero con mejores actores y con la misma calidad y dosis de acción). No vale todo, porque sencillamente, no funciona todo.
Se estrena este viernes 9 de agosto la segunda parte de Red (2010) en los cines españoles, teniendo nuevo director, donde Dean Parisot (Dick y Jane, ladrones de risa, Héroes fuera de órbita) coge el relevo de Robert Schwentke (el cual está a punto de estrenar R.I.P.D. Departamento de Policía Mortal). Aún con el cambio de director, repite el reparto original en su mayor parte.
De esta forma, la historia se reanuda donde acabó la primera, donde el agente retirado de la CIA, Frank Moses (Bruce Willis) vive una tranquila vida con su novia (Mary-Louise Parker). Pero esta apacible vida se verá truncada cuando Marvin (John Malkovich) intenta convencer a Frank de que sus vidas están en peligro, debido a una filtración de WikiLeaks que les incrimina directamente en un incidente internacional y les convierte en terroristas buscados internacionalmente.
Como no podía ser de otra forma y como manual habitual de casi toda secuela que se precie, abandonamos las fronteras de Estados Unidos para realizar una extensa vuelta al mundo por sitios tan dispares como Londres, París, Moscú o Hong Kong. Así las cosas, aparecerán nuevos personajes (como los interpretados por Catherine Zeta-Jones o Anthony Hopkins) y volverán algunos secundarios de lujo de la primera, como Helen Mirren o Brian Cox.
Pero lejos de bajar la calidad de su predecesora, en esta ocasión es un lujo afirmar que mejora en cantidades espectaculares no sólo la acción, sino también el humor de la cinta respecto a la anterior entrega. Resulta muy gratificante contemplar a Bruce Willis en su salsa, regalándonos no sólo su mejor actuación y película del 2013, sino de los últimos seis años mínimo. Es realmente curioso ver cómo el personaje de Moses posee más cualidades de John McClane que el propio personaje en la insufrible La Jungla 5.
En relación al resto de actuaciones, todos demuestran su categoría y caché acumulado durante años, demostrando tanto en la película como en la realidad que les queda cuerda para rato, y que no se dejarán amedrentar por las nuevas generaciones que intentan entrar con fuerza pero sin respeto por sus mayores. Si hay algún pero a las actuaciones, éste reside en el personaje de Byung Hun Lee siendo una mala copia del mejor Jet Li y un personaje introducido a la fuerza para ganarse en el mercado asiático.
La película es sincera y asume su rol de autoparodia, lo cual arroja de ella cualquier intento de profundizar en la trama y construcción profunda de los personajes, y se deja llevar por la aventura y descontrol. Una vez asumido que no se la puede tomar en serio (aparece pronto ese sentimiento, lo cual se agradece), se disfruta con más ganas, viendo con una carcajada perenne en la cara este agradable despropósito que sorprenderá a la gran mayoría de espectadores.
En resumen, nos encontramos ante una cinta que supera holgadamente a su predecesora, regalándonos múltiples escenas espectaculares y grandes dosis de humor, así como unas actuaciones que ya le gustaría tener a Sylvester Stallone en su saga de Los mercenarios.
Lo mejor: Que prescinde de ser realista y se entrega a la diversión y espectáculo totales, donde no hay escena aburrida.
Lo peor: Se puede decir que es previsible y sin el menor sentido, pero si el objetivo es entretener al espectador, aquí se le perdonan sus pecados.
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Red 2 es muy parecida a su antecesora, Red , aunque esto no es necesariamente negativo. La primera entrega me pareció una película entretenida, con buenas interpretaciones y buenas escenas de acción. Pues bien, en esta nueva entrega los efectos visuales son más espectaculares y los actores incorporados estan bien escogidos, a excepción de Byung-Hun Lee, que, sinceramente, no se que pinta en la historia.
El film es entretenido, tiene acción constante, buenas interpretaciones y unas localizaciones acertadas. Tambien cabe decir que no aporta ninguna novedad respecto a la anterior entrega y el argumento no acaba de convencer , siendo en algunos momentos absurdo, aunque la película tampoco se toma muy en serio a si misma, acercándose más a la comedia que al género de accion.
En resumen, Red 2 es parecida a Red , es decir, una pelicula simpática y entretenida que explota a viejas glorias del cine americano, algo así como Los mercenarios , pero con actores que saben actuar.
Dado lo bien que funcionó Red (una sorpresa sin duda) era cuestión de tiempo que surgiera una segunda parte con, exactamente, el mismo planteamiento: un notable elenco protagonista de bastante más de cuarenta años, explosiones a porrillo, tiroteos por doquier, humor ligero y que agrade lo suficiente a abuelos y niños como para tener algo que ver en alguna reunión familiar. Hay un punto de novedad que es de agradecer pero puede pasar desapercibido: donde realmente hay un crecimiento no es en efectos especiales sino en un guión que se globaliza y se vuelve más ambicioso y, al no tener ninguna restricción en cuanto a credibilidad, la trama se vuelve más espectacular e interesante.
Ninguna segunda parte en películas de este estilo está completa si no introduce un fichaje galáctico. En este caso Anthony Hopkins adquiere en poco tiempo tanta relevancia como cualquiera de los veteranos bordando un papel que se integra estupendamente en la nueva trama.
Le doy la misma nota que a la primera parte, no la mejora sensiblemente pero tampoco contiene ese punto de degeneración tan común en secuelas. Sigue sin gustarme este género. Me recuerda al abuelo Simpson hablando de lo mucho que le gusta Matlock porque defiende a la tercera edad de la juventud y «mete a los jóvenes entre rejas». Y pensar que está basada en un comic (!)…