Raphaelismo (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Un retrato íntimo que ahonda en los éxitos, secretos, miedos y sueños del artista, con material audiovisual inédito. Raphael, el artista incombustible, el artista de uranio, el jefe indie , el último artista hecho a mano , según Francisco Umbral, el que triunfa en Eurovisión cuando todavía no había llegado el color, el que siempre está en el mañana y nunca se rinde, el que renace tras un trasplante de hígado in extremis, el que despierta controversias y pasiones… Pero por encima de todo, el único artista español en activo, tras más de 60 años de carrera, que ha conseguido crear un término propio: Raphaelismo . Esta serie documental repasa nuestra historia y la suya a través de imágenes inéditas, recreaciones, archivo nunca visto y entrevistas intergeneracionales, con el deseo de desvelar todas las aristas de este fenómeno escénico arrollador.
Detalles de la película
- Titulo Original: Raphaelismo
- Año: 2022
- Duración: 50
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Opinión de la crítica
7.2
51 valoraciones en total
Quizás nunca de ser fan de Raphael. Lo cierto es que antes lo era mucho más, pero desconecté. Lo hice por un exceso de Raphael en la televisión, las navidades y demás, pero he recordado las razones por las que me gustaba gracias a este gran documental, en el que se te inyecta de nuevo las ganas de escucharlo y de verlo. Es estilístico y musical, pero también artístico y humano. La simbiosis entre Rafael y Raphael la encontramos en Raphaelismo , retrato de luces y sombras del primer gran moderno. Siempre transgresor, diferente y artista. Lo puede ver un fan y algún no fan, y puede gustar por igual a ambos.
Es un interesante repaso de la vida de este cantante, desde orígenes pasando por diferentes etapas y épocas con el uso de sus canciones para crear mayor trasfondo emotivo.
Primer episodio
Es un episodio correcto, bien hecho, podría haber sido mejor, pero hubiera sido abusar del dramatismo, y el documental no quiere entrar por esa línea, prefiere una línea más real, buscando la sensibilidad y la sonrisa, recordando lo bueno y lo menos bueno de él, pero siempre manteniendo los pies en la tierra.
Me ha gustado, así que los fans lo van a agradecer muchísimo y los menos fans, aprenderán algo de uno de los mejores cantantes español, andaluz, de Linares.
*Eurovisión
Ahí comienza el segundo episodio de la serie Raphaelismo. Año 1966, Luxemburgo. El compositor Manuel Alejandro compuso dos canciones de las que se eligió Yo soy aquel. Un gran gancho en toda Europa, aunque no ganara el Festival significó un trampolín hacia la fama y la popularidad, como el propio cantante reconoce.
Quedar en séptima posición se consideró en la España franquista como una afrenta geopolítica, una víctima de Eurovisión. Sin embargo no supuso ningún drama, fue el triunfador moral. De golpe le conocieron millones y millones de personas.
De nuevo lo intentaría en 1967, ésta vez en Viena ya que el ganador de la edición anterior había sido el austríaco Udo Jürgens. Hablemos del amor fue la canción que interpretó entonces. Una canción moderna, poderosa, de las que crecen al final, según la cantante y compositora Vega.
Tampoco ganaría, quedando en sexta posición, pero sería el espaldarazo internacional necesario para lanzar su meteórica carrera: salir en todas las televisiones del mundo. Toda la prensa estaba volcada con él y eso era casi tan importante como haber ganado.
De esta manera comienza su gira por Europa. Su intachable muestra de profesionalidad sería fundamental para un país que comenzaba a cambiar de imagen. Su meta estaba en el Olympia de París, donde los grandes de la música, incluida su venerada Édith Piaf actuaban. Y en tres meses lo consiguió. De hecho iba a actuar con ella pero poco antes de la fecha prevista enfermó, muriendo un tiempo después.
Aquella aparición en la meca de cualquier cantante de la época, estuvo llena de emoción. No sólo porque estuviera cumpliendo un sueño, sino porque su padre viajó hasta allí para asistir. Su felicitación en el camerino ha quedado inmortalizada en una bella foto en la que se aprecia la mirada de orgullo de su progenitor.
*Hasta el infinito y más allá
Según palabras de Alaska, conocidísima cantante y compositora mexicana, vocalista de los grupos Alaska y los Pegamoides y Alaska y Dinarama, Raphael forma parte de la cultura popular. Su amplio cancionero es el responsable de que sus conciertos duren, como mínimo, tres horas porque…¿Qué canción quitas?
Para Lucas Vidal, compositor y productor musical, Raphael demostró ser muy listo a la hora de elegir sus canciones. Mi gran noche puede ser un ejemplo. Y es que la buena música siempre emociona. Los jóvenes las conocen, aunque no sepan el título.
Y no sólo se trata del triunfo de su carrera musical, se atrevió incluso con el cine. Un total de doce películas, de las cuales en nueve sería el protagonista. Habitualmente, su filmografía estaba encaminada a su promoción como cantante. Por ello, la mayoría llevaban el título de sus canciones.
En Raphaelismo nombran su viaje a Argentina en 1968, donde filmó su cuarta película, titulada Digan lo que digan. Una historia de amor y celos entre dos hermanos por la misma mujer.
Ya no tenía fronteras: Londres, Puerto Rico, Nueva York, Colombia, Chile, Miami, México, etc. Sería él quien abriría las puertas del público latinoamericano a otras relevantes figuras como Rocío Dúrcal, Camilo Sexto, Rocío Jurado…
En México tendría lugar una anécdota que le llevó a vestir de negro sobre el escenario a partir de entonces. Y es que le perdieron el equipaje en la compañía aérea, dejándolo sin el vestuario que había llevado. Entonces mandó que le compraran un pantalón y una camisa, ambas prendas de color negro. A partir de entonces comenzó a salir con ese atuendo, allí nació su característica seña de identidad.
*Mito viviente
Hombre avanzado a su tiempo. Esto queda patente en el documental seriado Raphaelismo, incluso se ha concebido el término Raphaelista. Un adjetivo que demuestra respeto y cariño hacia este mito viviente. Resulta inevitable querer curiosear acerca de él.
Tenía una gran facilidad para conectar emocionalmente con el público, la sigue teniendo no obstante. Y no sólo latino. El público norteamericano, aún sin comprender las letras de sus canciones, llenaba un día detrás de otro el Madison Square Garden, el Carnegie Hall o el Show de Ed Sullivan. Pertenece al mundo de los grandes de la interpretación: sus gestos, su originalidad no tienen comparación con los artistas de hoy en día.
En Las Vegas estaban Frank Sinatra y Liza Minelli cuando él llegó y su triunfo no tendría discusión. Inmensos carteles rojos con su nombre llenaban las amplias avenidas de la ciudad. Allí iría acompañado de su madre, una pésima idea considerando que las fans no dejaban de perseguirlo en todo momento. Ella lo pasaría mal y también se lo hizo pasar mal a Raphael.
Lo cierto es que ya llevaba varios años de continuas giras, sin descanso. Podía cantar durante cuatro o cinco horas seguidas al día durante semanas. Estaba deseando terminar allí, se sentía agotado. Finalmente, el Palacio de la Música suspendió el recital.
Las especulaciones no tardaron en llegar sobre el lugar de su recuperación. Sin embargo, él estuvo en Madrid, en casa de su amigo Jaime Azpilicueta, renombrado director de teatro. Él es responsable de grandes éxitos musicales como Jesucristo Superstar, Evita, Sonrisas y lágrimas, My Fair Lady y un largo etcétera.
*Su mayor éxito
Mientras corrían rumores de su ocaso, de haber perdido la voz, de no poder volver a cantar, Raphael conocía a la que será su gran y único amor: Natalia Figueroa.
Nieta del Conde de Romanones, escritora y periodista, atrevida y progresista, entró a matar, expresión que usa el propio cantante en Raphaelismo.
Aquellos meses de recuperación sirvieron para que la pareja se fuera conociendo mejor. A pesar de provenir de mundos totalmente opuestos, lo pasaban muy bien juntos. Natalia, con luz propia y una gran inteligencia, le iba dando al artista, en pequeñas dosis, una profunda adoración a la estrella y sincero amor al hombre.
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Escrito por Irene Abecia Navarro
Un niño de Linares, hijo de un obrero de la construcción, se convertiría en un cantante de fama mundial. Esta serie documental nos cuenta como sucedió. El principal arma de Raphael para lograrlo era su portentosa voz, pero también una personalidad única que le hacía disfrutar a su manera en el escenario. Afectado, excesivo, amanerado…era su manera de transmitir su pasión por la música.
Pero, por encima de todo, y eso se puede apreciar en el documental, es una persona sencilla que muestra su agradecimiento a todos aquellos que le ayudaron en su carrera. Es consciente de que solo no lo hubiera conseguido. Algunos años fueron particularmente duros. Hay un espacio para el sacerdote que le animó a cantar en el coro del pueblo y apartados especiales para su representante, Paco Gordillo, y para el compositor Manuel Alejandro.
También está descrita la parte oscura que amenaza a todos los artistas y que estuvo a punto de acabar con él.
En ocasiones el documental es muy emotivo. Comento en el spoiler sus momentos clave.
Cuando yo era niño se podía ser de Manolo Escobar o de Raphael.
Aunque ahora parezca mentira, en los sesenta el cantante de Linares representaba la modernidad.
Él no cambió y la sociedad sí en los setenta y en los ochenta. Por ello quedó pasado de moda.
Pero el tiempo pone las cosas en su lugar y después de 60 años de carrera profesional, Raphael se ha convertido en un mito, en una leyenda.
En sus conciertos, desde hace más de veinte años, hacía una caricatura de sí mismo, exagerando sus gestos y sobreactuando, dando al público lo que esperaba.
Después de ver el documental no puedo por menos que sentir admiración por un personaje que se construyó a sí mismo y que renació después de una enfermedad mortal.
Un trabajador incansable, que se ha convertido en un mito.
Tal vez, la serie documental pase de puntillas por temas escabrosos. Pero que sea bisexual u homosexual tenía interés en la sociedad de los sesenta, pero ahora en pleno siglo XXI, eso ya da (afortunadamente) igual.
Lo confieso. Me he convertido a esa religión que es el Raphaelismo.
Mi puntuación: 7,89/10.
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