Rango
Sinopsis de la película
Rango es un camaleón que llega por accidente al desierto de Mojave. Allí se encontrará en el poblado de Dirt , donde asola una grave sequía. De nuevo por accidente, se convierte en sheriff del pueblo. ¿Solucionará Rango el problema del agua? Film de animación del director de Piratas del Caribe , con las voces originales de Johnny Depp (Rango), Abigail Breslin, Isla Fisher y Bill Nighy.
Detalles de la película
- Titulo Original: Rango
- Año: 2011
- Duración: 111
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Opinión de la crítica
Película
6.4
89 valoraciones en total
¿Es Rango un Buscando a Nemo al otro lado de Pixar? ¿Al otro lado de ese gran desierto de ideas (y copias) con ese oasis que incluye títulos Toy Story 3 o Up?
‘Todos tenemos que hacer nuestro propio viaje’, nos cuentan en la película y también el espectador realiza un viaje, en esas carreteras llamadas cine de animación, en el que cada vez aparecen más hoteles peligrosos (seguramente regentados por un Norman Bates renderizado) en los que parar, repostar, fijarse y disfrutar se convierte en una tarea prácticamente imposible.
Rango tiene truco y narrador que nos cuenta una historia por escribir. La pluma, por lo tanto, es libre y el juego de actuación inicial invita a la rareza, al descoloque y al juego metaficcional. La película del director de Un ratoncito duro de roer es una historia que arranca desde la búsqueda de otra sin trampa ni cartón (aunque con sobredosis de LSD). Puede ser vista como una trascripción del propio pueblo americano: raro, extranjero y sin identidad propia. Erigido y esculpido desde la ley del oeste, pulido por el western a nivel cinematográfico, y creador de falsos héroes y mitos por el boca-a-boca. Poco-a-poco ese manifiesto imperialista quedó relegado, como vimos en Pozos de ambición, al capitalismo solitario a golpe del futuro bien universal: el agua contante y sonante. En sueños en el espejismo del desierto. ¿Es ese guiño al Tatooine de Star Wars del enésimo énfasis del cine comercial americano? ¿El de la espectacularidad como entretenimiento de alcanzar el corazón de los espectadores? Toca corromper los géneros a golpe de spaghetti western, de la parodia de la referencia y de cantar en vez de narrar. Ese así como se consigue el estilo propio y como se consigue hacer una película para todos los públicos perpetrada con oficio e inteligencia.
Aquí la etiqueta sobra porque se juega al beneplácito de la rareza sugestiva a golpe de referencias y agudeza por los secundarios. Las aventuras y el reciclaje, la paranoia de lo ambiguo y la actuación como salvación. Rango es cine de entretenimiento inteligente puesto al servicio del camaleónico star-system y de la sobredosis de agilidad en la acción. Pura delicia entre ojos saltones y aves incorregibles de corral. Moldeado al guante de su carismático y cambiante protagonista que se funde con ese Johnny Depp digitalizado que da vida por movimientos a su álter ego animal: el gatillo más rápido de un oeste reciclado y reinventado.
Cuando se hizo público el primer teaser tráiler de Rango, no podía creerme lo que estaba viendo: un plano fijo de un desierto por el que cruzaba un pez de juguete. Cincuenta segundos servían para descolocar a un servidor y no saber qué diablos iba a ser aquello, aunque el hipnótico avance ya había cumplido su objetivo: me había interesado. Meses más tarde el interés creció cuando se liberó un ‘behind the scenes’ en el que se mostraba el proceso de creación del film de Verbinski. Mi siguiente paso fue el lógico: acercarme al cine con ganas de pasar un buen rato y disfrutar del que es el mejor largometraje animado americano (Pixar al margen) de los últimos años, junto a pequeños ejercicios de ingenio como Cloudy with a Chance of Meatballs (Sony Pictures, 2009) y Kung Fu Panda (Dreamworks, 2008). Pango no es una película de animación per se: se nota que detrás de la cámara hay un director de imagen real, que selecciona encuadres y planos con la facilidad de un virtuoso. Es sencillamente impresionante lo que han logrado Verbinski y el equipo de IL&M, no sólo a nivel técnico (que es brillante), sino también conceptualmente, convirtiendo la experiencia en algo único.
Los primeros veinte minutos de Rango son excepcionales y sirven para presentarnos al protagonista y el tono de la obra que vamos a contemplar. Con la llegada del camaleón a la ciudad, lo que hasta entonces había sido un gozoso ejercicio de surrealismo cómico perfectamente medido se convierte en un homenaje puro y gozoso del western de Sergio Leone, con personajes a cada cual más memorable (la galería de secundarios es asombrosa) y una escena inicial, en una taberna, que es cine del que ya no se hace. El extraño y feista diseño de los personajes le da un valor añadido a una obra que a pesar de tener una historia muy sencilla (aunque con una básica crítica social que los niños pasarán por alto) consigue ser en cada secuencia algo sorprendente. Y que en 2011 podamos ver una película y pensar no hay nada como esto , es casi milagroso. Lo que es para aplaudir hasta quedarse sin manos es el tercer acto, un viaje sobre los pasos recorridos que crece y crece a cada minuto. La animación como medio para narrar cine puro, sin tapujos, hasta llegar a una fantástica conclusión.
Rango ha demostrado una vez más que la animación debe ser un medio y no un fin: debe usarse para contar historias que se adhieran al medio, no únicamente para camuflar tonterías y esperar que no se sea tan duro con ellas. Wanchope explica perfectamente en su notable crítica las sensaciones que yo tuve viendo el film, así que no voy a repetirme. Resumiendo: una de las sorpresas del año, obra de un director que vuelve a demostrar que cuando quiere, puede. Un fantástico ejercicio animado que homenajea (que no parodia) al western a través de personajes hilarantes. Hans Zimmer pone la banda sonora y Roger Deakins se encarga de que cada imagen asegure un orgasmo sensorial. ¡Y todo en glorioso 2D!. No se puede pedir más.
Ya llevaba yo mucho tiempo esperando esta pelicula, por dos premisas en particular:
-un Western de animación.
-el primer largometraje de ILM como estudio de animación.
y la verdad, he salido muy satisfecho del resultado. Hacía mucho tiempo que no salía del cine sin rajar de la peli, o comentar cómo me hubiera gustado que fuese, sino simplemente con una sonrisa de complacencia en la boca. ILM de la mano de Gore Verbinski han entrado por la puerta grande, y por favor, que siga así por muchos años. Su carta de presentación no ha podido ser más acertada.
Para mí hay un indicador que me dice que si continúan por este derrotero triunfarán sin duda, y ese no es otro que el respeto y la admiración por los clásicos. Ya Pixar con su Toy Story lo dejaba claro: El vaquero a la basura y el hombre del espacio de moda, y que mejor forma de explicarlo que con la técnica más novedosa en esos momentos: la animación 3d. Su reivindicación estaba en algo tan sencillo como que por muy moderna que sea la tecnología que se utilice, las pelis no tienen corazón si no es por un buen guión, unos personajes carismáticos y un respeto por lo viejo, dando como resultado algo nuevo.
Lo de Rango es simplemente una ranchera de amor al spaghetti western y a algunas que otras peliculas clásicas, ya sean contemporáneas o viejunas. Incluso se autorreferencian: atención a el light painting que se marcan, impagable. Es también una historia amable, pero no estrictamente para todos los públicos, no por su dureza (que también) sino para su entero entendimiento, un punto ecologista de los que se llevan mucho ahora pero que encaja muy bien, un plantel de personajes desde donde puedes ver Sentencia versión cascabel o incluso a Mattie Ross de Valor de Ley versión ojazos.
Al final lo que van a conseguir va a ser que la categoría de mejor pelicula de animación en los oscars se tenga que eliminar, porque esta gente está empezando a hacer cine de verdad.
La carrera de Gore Verbinski va mucho más allá de la exitosa Piratas del Caribe. Desde su debut con Mouse Hunt, una de las mejores para todos los públicos de los noventa, hasta el remake de The Ring, una copia mejor que el original, este cineasta con un innato talento visual siempre se ha caracterizado por dotar de una marcada pero sutil personalidad a cada uno de los relatos en los que se ha inmiscuido, un rasgo identificativo pero variable en el que artesano se adapta al material y viceversa de forma discreta y de tal manera que el uno parece hecho para el otro, y que permite que cada uno de sus trabajos salga ganando en sucesivos visionados posteriores, cualidad al alcance tan sólo de aquellos que verdaderamente saben ser cineastas.
Con Rango Verbinski vuelve a demostrar que su versatilidad y su talento con una producción que nuevamente va más allá de lo que aparenta y ofrece más de lo que cabría esperar. No es una simple película de animación al uso sin dejar de ser un pasatiempo de primera, eso sí, entre otras muchas cosas más en las que, por derecho propio, debemos destacar su perfección técnica, su sentido del humor y, como no, una vez más la composición de un Hans Zimmer en plena forma, porque Rango no es sólo algo más, sino que es de esa clase de films que hacen del cine una experiencia digna de ser comprada a 8 euros la entrada, guste o no su propuesta, porque ofrece algo particular y distinto en buena parte de su metraje, además, es uno de esos films cuyo visionado se disfruta en directo, pero que se engrandece con el paso de las horas y los días.
A pesar del evidente entusiasmo que me suscita, el cual se ha ido labrando a lo largo de toda la semana posterior a su visionado, puede que no sea una obra maestra a pesar de sus innegables virtudes… puede. Sea lo que fuere igualmente estamos ante no sólo una de las producciones animadas más interesantes y disfrutables surgidas en Hollywood en los últimos años, sino que además es de las pocas que verdaderamente dan un paso hacia delante dentro de las convenciones del género. Y si digo animada en lugar de animación no es por casualidad: el interés de Rango no es ser una película de animación, el interés es ser una película hecha mediante animación por ordenador, que no es lo mismo, una animación cuya calidad por cierto cabe aplaudir como sencillamente extraordinaria, de lo mejor visto en una pantalla de cine obra de, atención, la ILM de George Lucas, debutante en esta lídes y que promete tantas alegrías como nos ha dejado en el campo de los f/x.
Que no te engañe el aspecto más o menos amistoso del camaleón ni el simpático pez que agarra en el cartel de la película. Rango es una película que podrán disfrutar los niños pero Rango NO es una película para niños. Sólo hay que ver el diseño minuciosamente realista de los personajes para ver que la película no tiene demasiado cuidado en resultar visualmente agradable para los más pequeños. Precisamente es el diseño de personajes y la fotografía lo más destacable de la película, con un realismo total hasta el punto de que todavía dudo de que los tres seres humanos que aparecen en la película sean dibujos o personas reales con algún efecto animado. Su guión si que respeta alguna de las convenciones del cine de animación como el desarrollo de la trama y los puntos de giro pero los diálogos entre personajes distan mucho de lo que nos tienen acostumbrados en este tipo de películas.
Por su parte, como nota negativa decir que poco después de mitad de la película, ésta cae en interés durante un buen rato y se hace un poco larga, aunque consigue levantarse a tiempo conforme llegamos al final. Quizá 10 o 15 minutos menos de película hubiera sido la duración ideal.
En definitiva, Rango es una película de animación apta para adultos, visualmente espectacular, que se construye sobre una idea brillante pero que en algún punto de la película puede llegar a perder el interés. Pero sólo por el hecho de saber que vas a ver algo totalmente diferente merece la pena pagar la entrada.
Lo mejor: la fotografía y el diseño de personajes.
Lo peor: se puede hacer algo pesada en determinados momentos.