Rampart
Sinopsis de la película
Historia de un escándalo real de corrupción policial en el que participaron miembros de la división Rampart de la policía de Los Ángeles: desaparición de droga incautada, creación de pruebas falsas, malos tratos a los detenidos, escuchas ilegales y toda clase de corruptelas constituían la vida cotidiana de los policías de Rampart.
Detalles de la película
- Titulo Original: Rampart
- Año: 2011
- Duración: 102
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Opinión de la crítica
Película
5
62 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Anne Heche
- Audra McDonald
- Ben Foster
- Brie Larson
- Bryan Rasmussen
- Chuti Tiu
- Cynthia Nixon
- Deadlee
- Dominic Flores
- Don Creech
- Francis Capra
- Harriet Sansom Harris
- Ice Cube
- Jon Bernthal
- Jon Foster
- Leonard Kelly-Young
- Matt McTighe
- Ned Beatty
- Robert Wisdom
- Robin Wright
- Ruben Garfias
- Sigourney Weaver
- Sophie Kargman
- Stella Schnabel
- Steve Buscemi
- Tim Russ
- Woody Harrelson
Leyendo el argumento y los actores que protagonizan Rampart, cualquier persona puede pensar que tiene que estar mínimamente interesante. Lamentablemente, al salir del cine numerosas personas reclamaban que le devolvieran el dinero de la entrada en tono jocoso, pero con ese sentimiento de que has tirado el dinero en algo que no merecía la pena.
Pensaba que sería una película llena de acción, intriga………pues es un rollo y no hay quien la aguante. Es increíble que con las posibilidades que tenían de mostrar esta historia, se hayan decantado por el drama sin sentido. Por favor, se trata de policías corruptos con líos de dinero, drogas, violencia…….. ¿Cómo puede ser que la película sea aburrida?
Lo mejor: La actuación de Woody Harrelson y la escena en la que aparece en la tele pegando a un tipo.
Lo peor: La familia moderna y la lentitud de la historia.
Basada en una historia real recogida en un guión de James Ellroy y del que es su director, Oren Moverman, en su segundo largometraje tras The Messenger, que contó con un par de nominaciones a los Oscar, Rampart es una cinta independiente que se embarca dentro del subgénero del drama policial. En su reparto una retahíla de actores de sobra conocidos: Woody Harrelson, Robin Wright, Ned Beaty, Sigourney Weaver, Cynthia Nixon, Anne Heche, Brie Larson, Ice Cube, Steve Buscemi, Ben Foster y Jon Bernthal.
1999, Dave Brown (Harrelson) es un policía corrupto de Los Angeles que se ve envuelto en varias demandas contra él debido a su violento comportamiento cuando está de servicio (asesinatos, agresiones, chantajes, robos). A ello sumarle que es mujeriego, racista, homófobo y un mal padre de familia, como lo demuestra la mala relación que tiene tanto con sus dos ex-mujeres (Nixon y Heche) como con las hijas que tiene con ambas (Larson y Sammy Boyarsky).
Un omnipresente, pasado de vueltas y también algo cansino Woody Harrelson es lo mejor de Rampart, un Woody Harrelson del que incluso se habló para una posible nominación al Oscar. Yo pienso que no es para tanto, si bien es cierto que interpreta uno de esos personajes excesivos que tanto gusta de premiar a la Academia (como por ejemplo Nicolas Cage en Leaving Las Vegas). Rampart es el descenso a los infiernos y la decadencia del personaje que él interpreta. Más allá del retrato que se hace del tal Dave Brown no hay mucho más que cuente la película de Moverman. Se trata de mostrar como de peligroso y violento es, y cuan jodido se encuentra cierto sujeto. En cuanto a la trama de corrupción que envuelve al protagonista, decir que resulta ser solo un esbozo de guión con tan poco peso que no tiene ni una resolución clara, sumándole a ello una ausencia de clímax, consiguiendo que todo quede muy en el aire, y siendo realista, sin que nos importe lo más mínimo qué le va a pasar a su protagonista.
No ayuda la aportación que le da su director, un Oren Moverman que le da a la película un distante tono documental, cámara en mano, con un abuso de planos sostenidos y movimientos de cámara gratuitos y poco lúcidos, amén de contar Rampart con una de las escenas más lamentables que recuerdo en el cine moderno, como la que sucede con el personaje de Harrelson en la discoteca sadomasoquista, momento videoclipero barato, donde tanto el encargado del vergonzoso montaje como el de la llamativa y fosforescente fotografía deberían haber sido despedidos de inmediato. El despropósito es mayor aún cuando citada escena no añade información alguna a la trama, innecesaria.
Ese mismo adjetivo, innecesario, me sirve para definir parte del reparto que pulula por el film a excepción de su protagonista. Hay tantos personajes y la mayoría de ellos está tan poco tiempo en pantalla que es difícil decir que aporta cada uno. Solo el personaje de una de las hijas, Brie Larson, y el de Robin Wright tienen algo de peso, si bien el de esta última podría haber quedado fuera del montaje final y no haberla echado de menos, aunque desde luego no es culpa del trabajo de la intérprete.
Una cinta independiente de esas que llegan de vez en cuando a las pantallas presumiendo de haber estado en el certamen de tal y cual festival, con un director pretencioso en su labor, un actor creyendo hacer el papel de su vida, y con el buen nombre de un guionista/escritor como James Ellroy, que lo clavó en una obra maestra como L.A. Confidential y un notable film como Dueños de la Calle.
Caótica e incoherente es RAMPART, así de sencillo. Ni te engancha ni te entretiene. Es una película sórdida aunque sin pegada y desaprovechando a un Harrelson que cuando el guión le ayuda puede lucirse, que no es el caso de ésta inefable película. No se tiene muy en claro los casos de corrupción policial ni siquiera las ambiguas y complicadas relaciones familiares alrededor del protagonista. El final es predecible y soso, la verdad es que no hay mucho que decir de una película que sencillamente no nos ha gustado.
Oren Moverman, tras ya trabajar con Woody Harrelson en su bien considerada The Messenger, retoma esta colaboración en la discutida película Rampart, que compitió en la sección oficial a concurso del 59 Festival Internacional de Cine de San Sebastián pasando totalmente desapercibida y con más pena que gloria.
Rampart es el nombre de una división policial de Los Ángeles, y la película toma los hechos reales en ella acontecidos como referencia para narrarnos una historia firmada por el propio director y el afamado James Ellroy (que ya escribiera L.A. Confidential –con batante más acierto, todo sea dicho-). Falsificación de pruebas, violencia injustificada con los detenidos, incautación de droga y robo de la misma… todos los tipos de corrupción se dan la mano en el agujero negro de Rampart.
Llena de caras conocidas, como Robin Wright Penn, Anne Heche, Ice Cube, Steve Buscemi, Ben Foster, Sigourney Weaver… la labor de este coral reparto se pierde en el océano de confusión que es esta película lastrada por un guión y un montaje que generan un barullo de situaciones gratuitas e incomprensibles que confunden al espectador, le implican de una manera nula con la historia y sus personajes generando nula empatía y absoluto desinterés. Quizás sea el trabajo de Woody Harrelson el único a salvar de la quema (de hecho fue nominado como mejor actor por este trabajo en los Independent Spirit Awards) que no su personaje, que de puro sórdido y retorcido deja de ser creíble, como el resto del cuadro que pinta el director.
Pese a todo se entrevé un director con fuerte personalidad propia y sin miedo a temáticas, denuncias o políticas correcciones, lo que es de agradecer, pero aún bastante verde en formas. Pudo ser y no fue. Prescindible.
-Enoch-
Rampart es un bodrio estético. Me explico. En la película abundan encuadres feos y el descuido por los elementos que integran el plano. No se nota en ella ningún cuidado fotográfico. Cuando la cámara decide girar sobre los personajes en un diálogo no se percibe ninguna razón que sustente esa decisión. Lo arbitrario parece dominar la técnica.
Esto podría no ser malo, de hecho The Shield o Traffic usan recursos parecidos, pero aquí el tono cuasi-documental constituye más un obstáculo para la historia y no el medio natural por el que fluir. Los personajes de Anne Heche y Robin Wright están deslavazados y no constituyen un papel claro en la vida del protagonista. Ice Cube y Ben Foster no pintan mucho, pero esto algo que también noto en Serpico, y en general, en las pelis de corrupción: mucho secundario sin ninguna función.
Pero a pesar de todo, funciona a ratos. El guión de Oren Moverman basado en una historia de James Ellroy tiene cierta fuerza, y esta se apoya básicamente en el personaje de Woody Harrelson. Lo caótico de su vida hace un binomio con el caos formal de la película (pero esa es una excusa demasiado fácil para no currarse la fotografía). Él es el punto álgido de una película que lleva la irregularidad por estandarte.