Quinceañera
Sinopsis de la película
Unos meses antes de celebrar su 15º cumpleaños -fecha que las jóvenes latinas celebran de forma especial con una fiesta-, Magdalena, una adolescente hispana de un barrio de Los Ángeles, se queda embarazada y su padre, un hombre de profundas convicciones religiosas, la echa de casa. Va a vivir con su tío abuelo Tomás, con el que ya vive otro sobrino, Carlos, al que también han echado de su casa por ser gay y fumar maría .
Detalles de la película
- Titulo Original: Quinceañera
- Año: 2006
- Duración: 86
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Opinión de la crítica
Película
6
76 valoraciones en total
Wash Westmoreland y Richard Glatzer tejen una bonita historia en la que el interé no decae. No obstante empiza con gran fuerza explícandonos la sociedad hispana en EEUU, sobre todo la del barrio Echo Park y se queda a medias.
Intenta contar mucho pero al final acaba contando muy poco.
Una bonita película, con buenas intenciones sí, pero que desde luego podría haber dado mucho más de sí de lo que da.
Otra vez será.
Disfrutaremos con lo poco que se nos cuenta, pero bien contado por lo menos.
Si nos fijamos en la plantilla del (docu)(melo)drama social moderno que han depurado producciones europeas con apoyo de la crítica y festivales (hermanos Dardenne y Grbavica), Quinceañera se puede ajustar a su versión americana-latina:
– Drama paterno-filial. » Tenemos al padre intransigente y a la hija enfrentada con la idea de que sigue siendo virgen aunque esté embarazada. En este aspecto existen numerosas reminiscencias con una de Rohmer, La marquesa de O. También se añade la trama generada por otro personaje, Carlos, y el rechazo de su familia por ser homosexual.
– Un secreto que poco a poco va aflorando y abriendo heridas pasadas. » Este es el punto flaco de Quinceañera. Ni las heridas pasadas resultan desgarradoras ni están explotadas como debieran.
– Problemas económicos para subsistir o hacer frente a un inevitable gasto extra. » Aquí aparecen los problemas para pagar el alquiler y buscar una nueva vivienda.
– Fondo de una situación político-social. » En este caso la de los latinos en un barrio de Los Ángeles y cierta incursión en la comunidad gay.
– Mensaje y tema para concienciar a las masas. » La esperanza de llegar a un acercamiento por la incomunicación y barreras religiosas a través de un milagro.
O lo que es lo mismo, la historia de (Maria) Magdalena y su virginal embarazo.
Y Quinceañera funciona y flaquea como esta crítica por omisión, dejando que el espectador anude las emociones que se le presentan.
Pese a resultar bastante superficial y no profundizar del todo en la herida para desgarrar a los personajes se deja ver con facilidad y sirve de contrapunto para mostrar el lado latino de una ciudad americana.
Lo mejor: La belleza en algunos planos que depara la nostálgica historia de Tomás y el retrato de los mejicanos que viven o han nacido en EEUU, apartados de drogas o cualquier clase de violencia callejera en forma de bandas sin obviar dichos temas.
Muy buena película de dos directores de apellidos no precisamente hispanoamericanos, quienes elaboran un filme estupendo con inicio y fin bajo la Marcha triunfal de Aida . Muy bien logrado, sobre todo la forma de vida de los estadounidenses de origen mexicano, aunque igualmente representativa de gran parte de los americanos de lengua española. Quizás se deba a mis años vividos en Centro América y Las Antillas (de los mejores de mi vida) donde trabajé muy directamente con pre y adolescentes, que esta película me hace recordar esas celebraciones de quinceañeras, en las cuales se hacen centro de atención y presentación a las muchachas recién llegadas a la pubertad y que ya comienzan a sentir las incertidumbres de la etapa adulta. Sin duda que todos esos recuerdos han pesado para que esta película me encantase.
Mas parece ser que les encantó también a mucha gente en el festival de cine independiente de Sudance, pues la premiaron y aplaudieron con ganas. Además con toda la razón, pese a que no le haya parecido gran cosa a algún compañero crítico como a Javier Ocaña del Diario El País .
Estos dos directores sorprenden de veras por lo bien que nos han transmitido el ambiente de una familia de centroamericanos en USA. Formidable igualmente el hecho de rodarla en un inglés entralazado con el español, tal y como sucede en la realidad del idioma que hablan los latinos en California. También es notorio y magnífico el papel actoral que hace el joven Jesse García ( Carlos en el filme).
En cuanto a las canciones escogidas para la película, todo un acierto, sobre todo en lo que respecta a la titulada y que da nombre a la cinta «Quinceañera», escrita por A.Dávila & M.Méndez y cantada sensualmente por la cantante mexicana Thalía, una canción que ya forma parte en todas las fiestas que celebran las familias acomodadas hispanoamericanas para sus niñas cuando éstas llegan a esa edad. ¡Y a partir de ahora, más si cabe! «Quinceañera: que de repente hoy se siente tan diferente, que su cuerpo ha cambiado y siente que ya no es la misma, que ahora despierta en ella la mujer que dormía y poco a poco se muere la niña que existía, que empieza la aventura de la vida, que se enciende como un sol enciende a la primavera y que los sueños se le convierten en promesas, porque le ha cambiado el corazón de quinceañera» (Cf.).
¡Oh, el final!, con lo difícil que es hacer un final magistral, aquí los directores lo bordan con matrícula de honor en sencillez y belleza. ¡Precioso final donde los haya!
Fej Delvahe
Quinceañera es un film que se hace simpático. Nos presenta vidas cotidianas, con problemas que reconocemos, situaciones y conversaciones de todos los días, propiciados por los conflictos de la adolescencia. La película funciona espléndida como retrato de una sociedad integrada y segregada a partes iguales en un país que les es tan ajeno como propio. Casi documental en la descripción de la tradición que origina el film, despertará sonrisas en todo aquel que haya pasado por ese trance y curiosidad en aquellos que no tengan esa costumbre. Pero por debajo de todo ello, donde la película adquiere su máximo interés es en la narración de cómo una cultura se va impregnando de otra, en la naturalidad en la que se mezclan estilos de vida e idiomas, en la sutileza en la que se rechazan individuos y comportamientos y en la descripción de la cultura resultante, tan híbrida, tan curiosa. Los protagonistas, mexicanos de origen, conservan su fervor religioso, pero el papá de la niña es pastor protestante, ya no católico, sin embargo siguen los altares, perdura el machismo y la homofobia. Las madres mezclan arbitrariamente inglés y español, imagen de mujer moderna en una realidad volcada a sus esposos, es en el retrato de esta nueva identidad cultural donde la película triunfa.
Quinceañera desgrana una historia sencilla, quizás tópica, pero muy digna de ver para aproximarnos a los modos de vida de los hispanos en el corazón del Imperio. Curiosamente, este retrato nace de la inquietud de dos documentalistas anglosajones que han tenido la curiosidad, y la sensibilidad suficiente para poder introducirse en un mundo ajeno y describir problemas, sueños y frustraciones que le queda muy lejos a la mayoria de los WASP… o no tanto, porque en el fondo hay inquietudes universales, y esas son las que refleja esta película. Las interpretaciones (creo que salvo la protagonista el resto son amateurs) son más que digna, la narración fluye con buen ritmo y visualmente es bastante pulcra, por lo que no puedo sino recomendarla si cae en sus manos, y aunque tampoco es un análisis sesudo es bastante reveladora.