¿Quién mató a Kurt Cobain?
Sinopsis de la película
El 8 de abril de 1994 un electricista encontró el cadáver del músico Kurt Cobain. Junto a él había una pistola, una jeringa y un gran charco de sangre. Desde ese momento comenzó la polémica: ¿Suicidio o asesinato? Inmediatamente las informaciones sobre la muerte del ídolo grunge comenzaron a circular por la incipiente Internet, hasta que acabaron en el libro ¿Quién mató a Kurt Cobain? escrito por los canadienses Max Wallance y Ian Halperin, y en la película Kurt & Courtney , dirigida por Nick Broomfield. Motivado por todas las dudas que había detrás de la muerte del cantante Kurt Cobain, Broomfield comenzó en 1997 a recopilar material para realizar su película. Contactó para ello con familiares y amigos del guitarrista de Nirvana. El film desarrolla, desde distintos puntos de vista, la vida del líder de Nirvana, la tumultuosa relación que mantuvo con su esposa Courtney Love y su polémica muerte.
Detalles de la película
- Titulo Original: Kurt & Courtney
- Año: 1998
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
5.4
27 valoraciones en total
Parte de una hipótesis o teoría interesante (según para quién, claro está), que se manifiesta ya desde el título: que podrían habernos colado con vaselina la historia del suicidio, que es la causa oficial que consta en el certificado de defunción del emblemático líder (dudo que le agradara el término) de Nirvana.
Lástima que se quede en un amasijo de entrevistas e imágenes inconexas que sugieren más bien poco y aportan más bien cero… La impresión que queda es que Nick Broomfield es un cobardica y un cutroso, pero claro… a ver quién tiene huevos de tocarle los mismos a la chalada de Courtney y editarlo en video para su escarnio público (que por otra parte, ya se lo busca ella sin ayudas) y después sufrir sus posteriores represalias, por no pocos conocidas. Cuanto menos, que te coja de los pelos y te arrastre de esta guisa hasta dos calles, cual fregona, como le ocurrió a una periodista de Vanity Fair. La pobre mujer se atrevió a insinuar que aquí la colega no paró de chutarse ni en estado de buena esperanza (bueno, quizá esta sí se lo merecía… je, je… que perra).
El caso es que una compi y yo hicimos un trabajo para Documentación, en 4º de E.S.O., centrado en el mismo tema que le da mil vueltas a este mal llamado documental. Respondía al asombrosamente ingenioso, a la par que ilustrativo, título de No soy como ellos. Vida y muerte de Kurt Cobain. Tragedia de toda una generación (¡¡……..!!) y su extensión era de 142 páginas. Unas 132 eran fruto del ilustre ejercicio del plagio, que nos proporcionó el primer y (probablemente) último 10 de toda nuestra trayectoria formativa. Cuatro tardes, que podrían haberse condensado en cuatro horas, nos llevó sacarle 4.7 puntos de ventaja a la nota media actual que tiene en Filmaffinity esta mediocridad, que en cualquier caso siempre será más entretenida, interesante y digna que ese soporífero ¿tributo? de Gus Van Sant en Last Days.
Todo esto viene a señalar cuán prescindible (por no decir inútil) ha resultado el trabajo de Broomfield, que no parece sostenerse ni aun contando con la presencia y apoyo de Tom Grant, el supuesto detective que se ha pasado media vida enfrascado en analizar minuciosamente las extrañas circunstancias que rodearon la muerte Kurt.
Si realmente las pruebas indican que fue asesinado y las autoridades prefieren hacer oídos sordos, estamos ante una injusticia de las miles que quedan por resolver en este mundo, pero en cualquier caso el mal ya está hecho y es irreversible. Además, si el caso aún no se ha reabierto, no se reabrirá jamás.
Mejor dejémonos de teorías conspiratorias, frustrantes e infructuosas, y disfrutemos del maravilloso legado que nos dejó Kurt y que nadie nos puede arrebatar: el recuerdo de su fascinante figura, sus demoledoras declaraciones y, por encima de todo, su música.
Pues eso. Me senté en el sofá dispuesto a ver un documental sobre Kurt y por desgracia, inevitablemente también sobre Courtney, y en lugar de eso me encuentro con un documental de poco presupuesto, con unos cámaras que van de casa en casa sin avisar a sus respectivos dueños para entrevistarlos, una cámara a la que se le acaba la batería en uno de los momentos más importantes (¿casualidad?) , un entrevistador de incógnito (Al) al que perfectamente se le podría aplicar el dicho perro ladrador poco mordedor , partes que fácilmente se podrían haber omitido, como la segunda visita a Amy… y para colmo, la gran parte del documental está únicamente centrado en Courtney.
No todo es malo, ya que el documental también tiene puntos positivos (pocos, pero tiene):
– Aparte de entevistar a un montón de yonquis, también se entrevista a gente interesante como el padre de Courtney o el detective Tom Grant.
– Resulta gratificante oír a Kurt cantando con tan sólo dos años.
Una producción de cero credibilidad que parece mentira que tenga el nombre de la BBC detrás. Técnicamente mediocre y con coincidentes presiones externas o faltas de batería cuando algo, supuestamente importante, está a punto de ocurrir o ser desvelado. Rozando la vergüenza ajena en algunos momentos, presenta una serie de rednecks (exceptuando la tia de Cobain) a los que no te crees en ningun momento. Mientras, el director, intenta hacernos creer en su imparcialidad cuando no busca mas que el amarillismo. Ya que Courtney Love no permitió el uso ni de una sola nota compuesta por Cobain, el unico atractivo de este documental es el recorrido por algunos de los lugares importantes en la vida de la voz de la Generación X
La tesis de los presuntos asesinatos de algunos famosos rock star es una constante, sobretodo en los casos (que no son pocos) en que esas muertes se producen en extrañas circumstancias. Aun hay quien dice que Jimi Hendrix fue asesinado, ya siendo un gran consumidor de ácidos no lo era de heroína y sin embargo presuntamente según el parte foresnse, Jimi murió de sobredosis de esa substancia.
En cualquier caso, independientemente de la tesis de la película, hipótesis difícil de contrastar pese a los muchos datos que se vierten sobre el presunto asesinato de Kurt Cobain (y la verdad, es deprimente sobretodo ver a un padre acusar a su propia hija de asesina como es el caso del chalado padre de Courtney), el film tiene diversos focos de interés.
Siempre resulta interesante ver en la pantalla el entorno donde Kurt creció, su ciudad, los garitos donde empezó a tocar, sus colegas, las grabaciones de audio y de super 8 de su tia (que parece que es una de las personas que más profundamente lamenta su ausencia), sus amigos de verdad (por cierto, ¿hay alguno que no sea yonki?). Todo ello nos ayuda a entender a un tio, hijo de una generación de hippies, que no supo adaptarse a un entorno (el de la fama) aún más hostil que el de su Seattle de infancia y juventud, donde pese a la separción traumática de sus padres cuando el tenía 8 años, sus complejos en el instituto por estar demasiado delgado, su obesisón por los fetos, su tendencia depresiva (y quizás autolítica), aún tenía algo en lo que creer, el rock’n’roll.
Después llegó Courtney Love a modo de Nancy Spungen. Según parece hasta ella misma bromeaba con acabar como Sid & Nancy. De hecho, hasta el propio director utiliza el simil, de forma facilona, al llamar al film Kurt & Courtney. Courtney llegó a Kurt con su propia y triste historia a cuestas (abandono familiar, centros de acogida, refomatorios..) y con su total obesión por alcanzar la fama al precio que fuera, la cual cosa para algunos suposo el ocaso de Kurt . Y es que la misoginia, es una constante en el rock, pero a veces con mucha razón de ser…
Sea como fuere, según el director, wel documentalista Nick Broomfield, que se declara gran admirador de Kurt, la película pretende por encima de todo, mostrarnos las dificultades (y la censura) para poder investigar en profundidad a los famosos y su mundillo debido a los muchísimos intereses económicos en juego. Sin duda esa es una posible lectura. Otra lectura puede ser que nadie perdona a Courtney la ambición de ser una estrella y el codearse con el star system viniendo de ser una miserable grupie, streeper y yonki. En cualquier caso yo me quedo con la música de Kurt Kobain y con un movimiento que si bien pudiera parecer algo efímero desde una perspectiva histórica, nos dejó (también) grandes bandas y grandes discos para la historia del rock.
El documental es malo con ganas, no tenía presupuesto ni para contratar un microfonista, se habla de Courtney la mitad del metraje pero ella no aparece entrevistada ni un segundo (incluso hay una parte en la que la van a grabar de incógnito con una videocamara y mira tú que mala suerte, justo cuando van a entrar en su camerino se les acaba la batería!!!!), lo de que Courtney era ambiciosa y trataba mal a su ex-marido es conocido por todos, y es muy fácil señalar con el dedo a alguien que no se puede defender y es muy odiado por los fans de Nirvana.
Resultaría mucho más interesante que se centrara en retratar la vida de Kurt antes del suicidio, sus comienzos, etc. más que mostrarnos a un atajo de yonkis, ex-novios de Courtney e inspectores deseosos de fama.
Seamos serios, que es más probable, ¿qué un yonki con tendencias suicidas se suicide o que haya una conspiración para matarlo cuándo no hay pruebas incriminatorias?