¿Quién la ha visto morir?
Sinopsis de la película
Dos niñas aparecen muertas en el mismo lugar donde hace cuatro años fue brutamente asesinada otra menor. Los desolados padres de una de ellas, comenzarán a investigar los sucesos. Muy pronto, las niñas pequeñas dejarán de ser el único objetivo del asesino…
Detalles de la película
- Titulo Original: Chi lha vista morire?
- Año: 1972
- Duración: 91
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Opinión de la crítica
Película
5.5
66 valoraciones en total
Pobre, lamentable, absurda, ridícula, bochornosa, insoportable, mareante, chapucera, insultante y endeble producción de terror y suspense que presenta la historia de una investigación llevada a cabo para dar con el responsable de la muerte de unas niñas.
Los responsables de la película no son capaces de desarrollar una trama interesante, dejando espacio para prolongados espacios de tiempo en los que no se descubre nada sobre el caso, rellenando gran parte del metraje de la película de escenas de relleno que no llevan a ninguna parte.
Pobre y limitada producción en los apartados técnico e interpretativo, haciendo que todo lo ofrecido en ella no reciba buenos calificativos.
Los responsables de la película ofrecen una trama irregular y endeble sin dirección acertada, haciendo que resulte muy complicado soportar su visionado sin liberar algún que otro bostezo.
No quiero ser muy duro con el trabajo y la ilusión depositada por hacer una película, pero peca de falta de originalidad y de ser verdaderamente mediocre y lamentable. No he encontrado puntos fuertes para poder defender de la quema a semejante producto confeccionado para aburrir..
En este momento yo me atrevo a lanzar una pregunta inquietante que no busca respuesta: ¿quién la ha visto sin bostezar?
Aun siendo un giallo canónico en lo discursivo, sin la estilización visual de los maestros del género se queda un poco árida y sin ingenio. Ni el atractivo visual de las calles de Venecia, ni la omnipresente banda sonora de Ennio Morricone, logran imponerse sobre un guión vago, una cierta torpeza en lo técnico y unas interpretaciones pobres.
Aun así, no es del todo deleznable, el aficonado encontrará cierto placer en la repetición de las señas características de este subgénero del horror italiano.
Este giallo de Aldo Lado parte de una idea que en realidad es muy sugerente y atractiva.
Con unos minutos iniciales estremecedores protagonizados por el contundente asesinato de una niña y la música de Morricone, la película en poco tiempo se vuelve más siniestra de lo habitual en este subgénero italiano, aún más que las sombrías películas de Argento.
Y es también atractiva porque reúne todas las características esenciales del giallo. Asesino cuya identidad solo conocemos en el clímax final de este tipo de películas, planos subjetivos del mismo mientras acecha y asesina a sus víctimas (dejándonos ver sus guantes negros, que son también una característica importante del giallo), cierto erotismo en algunas escenas y desnudos (cómo le gusta eso a los italianos), espacios opulentos con muchos decorados y colores muy vivos, esa sangre tan característica de color rojo claro y ese gusto por la sangre y el ensañamiento en los asesinatos, y la música que suele empezar a sonar cuando el asesino está cerca o hay peligro de muerte para algún personaje (en este caso es de Morricone).
Respecto a las películas giallo cabe aclarar que están más próximas al terror que al suspense, y esto es motivo de confusión para muchas personas que se disponen a ver alguna película de este subgénero tan particular.
Es cierto que hay un trasfondo policíaco, que los personajes investigan los crímenes que conocemos de primera mano en la película y que estas películas en general siguen la misma estructura que las detectivescas de intriga y misterio, pero son consideradas películas de terror porque enfatizan en el horror de las víctimas y de los asesinatos, normalmente inmersas en una ambiente hostil o tenebroso, que es lo que las convierte en películas de terror y las separa de las policíacas, que se focalizan en el proceso de investigación de un crimen si poner tanta atención en lo escabroso, en el horror, como hacen los gialli.
Señalo esto porque en ¿Quién la ha visto morir? la ambientación me ha gustado mucho. El espacio protagonista es Venecia y esa niebla cegadora, y algunos canales estrechos oscuros juegan un papel muy importante. Además me pareció una combinación muy inteligente. Venecia es una ciudad barroca y el giallo propiamente es un estilo barroco de hacer y ver el cine.
No obstante la película empieza potente y va perdiendo fuerza hasta el final. La música de Morricone y ese coro apocalíptico de niños pasa de ser mareante y siniestro a cansino porque suena una y otra vez y a menudo de forma gratuita, cuando el asesino no aparece.
Por otro lado, la investigación de Franco, que es el padre de una de las niñas asesinadas (y él sólo quiere encontrar al autor de estos asesinatos), se vuelve repetitiva y hay veces que no sabes muy bien lo que está buscando o tratando de hacer.
El asesino deja de ser tan inquietante como al principio y en general se nota mucha desgana en los actores que interpretan a los personajes, con diálogos sin vida y bastante monótonos. También la vulgariza lo que debería serl el clímax final. La revelación del sádico asesino de niños que conocemos al principio disfrazado y el esperado encuentro final, que en esta película deja mucho que desear y más la forma en la que concluye, que deja sin sabor en la boca, como si hubieras visto demasiado poco en 91 minutos, por bien que estuviera el comienzo y por correctos que fueran los aspectos formales de la película (el maquillaje, la fotografía, la ambientación, etc.)
Aún así, si he de quedarme con algo de ¿Quién la ha visto morir? , me quedaría con la música de Morricone tan solo efectiva en los primeros tres cuartos de hora antes de hacerse cansina y con lo siniestra que es la película al principio con el asesino al acecho de niños.
Y realmente si se mira bien la película se debilita justo cuando el asesino quita su atención de los niños y la pone en los adultos, y particularmente en personajes bastante previsibles, que sabes que van a morir. Ese interés, ese fetiche sádico con los niños que nos enseña la película al principio es lo que la pudo convertir en un giallo muy original si hubiese mantenido ese tono hasta el final. ¿Por qué si no Morricone compondría esa música tan inquietante con el coro de niños cantando alegremente? Simplemente no se corresponde con el asesinato y el terror de personas adultas.
4/10
Un ejemplo más de lo mala que puede llegar a ser una película por culpa de un guión inepto y una realización desangelada. Después de que su hija pequeña sea asesinada del mismo modo que otra pequeña, sus padres empiezan a investigar y los crímenes se suceden. Añadamos al desastre la necedad de los actores: George Lazenby, ex Bond en Al servicio secreto de Su Majestad, curiosamente una de las mejores de la serie, está fatal, incluso feo, y hasta da la impresión de que no se lava demasiado. Anita Strindberg, de quien creo haber leído que era nieta del famoso dramaturgo, no heredó ninguna virtud interpretativa importante de su famoso abuelo, y deambuló más o menos desnuda por las pantallas de los años 70 y 80 hasta pillar un millonario norteamericano y dedicarse al dolce far niente (enseña los pechos unos segundos). Adolfo Celi se lo toma con calma y pone cara de circunstancias. Dominique Boschero también exhibe sus atributos escasos instantes. Morricone no tenía un buen día y suelta una sus consabidas bandas sonoras de coritos, que estremecen hasta decir basta. Aldo Lado, el culpable de tanto desaguisado, firmó algunos gialli que desconozco, pero ahora me da miedo que un día lleguen a mis manos. En fin, allá vosotros.
– El inspector de policía: Con un poco de suerte cogeremos al asesino .
– Periodista: Ustedes no cogerán ni la gripe .
Giallo con psycho killer y algo más, que intenta salirse (o así parece) de la norma en este simpático (sub) género, que tanto predicamento tuvo en los finales de los sesenta y década de los setenta, principalmente en Italia, su lugar de origen.
En esta ocasión, su realizador, Aldo Ladó, que tiene alguna feliz cinta en su haber, filma con elegancia y se beneficia de la extraordinaria partitura del maestro Morricone, aunque se repite algo más de la cuenta la canción que da pie al título del film.
Lo malo de este trabajo es que en su primer tercio parece que será bastante más que lo que muestra en sus siguientes minutos, que no tienen imaginación y resulta por tanto repetitiva y sin chispa, aunque su visión no ofrece grandes dificultades.
Su intriga se soporta aunque al final nada sea para tanto.
Como suelo decir a menudo, mejor que bastantes pero peor que otras con más inspiración.
A veces parece, al menos en estética y espíritu, igualarse al cine de Darío Argento, pero no lo logra.
Y para el recuerdo un diálogo curioso, y es entre el protagonista y una persona a quien le pregunta, mientras juega unos tantos al ping-pong (no es broma) sobre un doloroso asesinato. Al final se enfadan al no entenderse y la persona le dice al protagonista, que se está marchando al no sacar nada en limpio de él:
– ¡Si no sabe jugar al ping-pong no podrá nunca meterse a político! .
E aquí la razón del porqué de los malos políticos que tenemos en España (y en muchos otros lugares también…).
https://filmsencajatonta.blogspot.com