Psycho-metry
Sinopsis de la película
El detective Yang Chun Dong (Kim Kanh Woo) está a cargo de un caso de asesinato y secuestro de una niña. Durante el caso, se da cuenta de que en la escena del crimen está el graffiti misterioso que vió una vez en la calle y empieza a rastrear a Joon (Kim Beom), su autor.
Detalles de la película
- Titulo Original: Psycho-metry / Psychometry (The Gifted Hands)
- Año: 2013
- Duración: 107
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Opinión de la crítica
Película
5.7
77 valoraciones en total
El cine surcoreano parece que está de bonanza y son muchos los estrenos que traspasan continuamente sus fronteras. Aún es pronto para predecir el futuro comercial de Psycho-Metry, pero la película cuenta con algunos detalles interesantes, que le auguran un futuro próspero al director de la obra, Kwon Ho-Jung, que se estrena en la gran pantalla con esta película.
A priori y leyendo la sinopsis de la película puede parecernos que Psycho-Metry es otro de esos crudos thrillers que tanto abundan en la producción coreana, como The Chaser (2008) o Memories of a Murder (2003) (en honor a la verdad hay que decir que tampoco se acerca al nivel de estas, pero claro eso resulta difícil) pero la verdad es que la película que nos ocupa varía bastante el rumbo en cuanto a la tónica general de los thrillers citados. Psycho-Metry no explora tanto la venganza ni la dura violencia como si lo hacen las comentadas películas, sino que en muchos momentos las películas roza el tono cómico, sabiendo y siendo consciente de que el espectador puede estar hastiado de que sean siempre los mismos temas los que ocupan del thriller coreano.
De hecho la película introduce un factor que puede llegar a chocar al público y que ciertamente no estila con la mayoría de thrillers, no sólo coreanos sino en general. Psycho.Metry introduce un elemento fantástico en la película, la capacidad psicométríca según la cual uno de los personajes principales puede entrar en contacto con la mente de las otras personas, con sólo el contacto, hablo del personaje interpretado por Kim Beom, una estrella para adolescente y que la película utiliza en parte como reclamo comercial (sólo hay que ver el papel de personaje misterioso que le han dado) . Tampoco crean que la película pierde el tiempo en explicaciones o en otros argumentos que lo único que provocarían sería que el producto resultará dañado. El director sabe que evidentemente el tema es endeble (me refiero a la capacidad pseudopsíquica) y va directamente al grano, buscando más la intriga y el misterio que no un efecto de fascinación ante semejante idea en el espectador.
Así pues la película se convierte en una rara avis del género desde el primer minuto, en una secuencia bastante cómica en la que se presenta nuestro singular detective. En cierta manera que los elementos humorísticos hayan entrado en la película la hace mucho más ligera y agradable, también porque no cae en la sal gruesa sino que los toques están bien aderezados y ni mucho menos significa que estemos ante un Agárralo como puedas. El humor está en la sutileza, en nuestro protagonista principal, que es un auténtico chapuza y se convierte en la antítesis del personaje que tanto se estila en los thrillers coreanos que parece tener siempre un as en la manga. Es el claro caso de inspector con buenas intenciones pero con pésimo talento para la investigación criminal, no es nuevo pero funciona, en parte por la interpretación de Kang -Woo Kim. En el caso de Psycho-Metry se demuestra todo lo contrario. También hay, durante unos momentos, una interesante revisión de la pareja típica de las películas de Buddy movie americana. El símil más adecuado para la película sería relacionarla con The Host (2006) una película que también parodiaba su género, aunque lo hacía a muchas millas de calidad de esta.
Evidentemente el asesinato está ahí, al igual que una trama que también nos muestra asesinatos y violencia, aunque ciertamente el director trata de diluirla, quizá tratándose de acercar a los máximos públicos posibles.
El máximo problema es que detrás de las cámaras falta mucho talento. Los primeros compases de la película funcionan correctamente pero al director se le denota incomodo en cuanto tiene que hacer avanzar la acción. De hecho el desarrollo de la película funciona a trompicones y observamos como de un plano a otro han pasado treinta días sin que el director haya subrayado bastante bien este avance. Tampoco consigue crear una secuencia realmente destacable o que haga que la película se grabe en la retina de los espectadores. Los encuentros del protagonista con el joven psicométrico resultan bastante decepcionante pese a que podrían resultar escenas bastante interesantes pero es que Kwon Ho-Jung no sabe dominar las atmósferas. Sólo hay que fijarnos en los momentos nocturnos (que parecen todos iguales, cortados por el mismo patrón) o absolutamente todas las escenas de acción, en que el director simplemente recurre a grabar cámara en hombros y sin más inventiva que unos planos demasiado recurrentes. En líneas generales, a la película le falta chicha.
http://neokunst.wordpress.com/2013/07/23/analisis-filmico-pyscho-metry/
El terror coreano no puede encontrarse en mejor momento de salud. A mediados de estrenarse el siglo XXI hubo una proliferación clara del cine de gangsters en las que se incluía el componente melodramático que antes reseñábamos. Pero en los últimos años hay un regreso a los orígenes, a las películas definidas, al terror puro y al cine violento y cruel con algunas de las mejores cintas de todos los tiempos. Thriller y terror siguen avanzando juntos cogidos de la mano en producciones que ya no son desdeñadas en su país, sino que copan los primeros puestos en las listas y reciben premios y galardones allá por donde van, reflejando argumentos duros, muy crueles, donde no se pasa por alto el uso de la violencia física sin dejar de tratar temas actuales terribles como el hikikomori, esa tendencia adolescente terrible, el suicidio adolescente, el mal como parte de la naturaleza humana, alejándose en cierto modo del tipismo fílmico occidental.
Es evidente que el horror japonés está de moda desde hace años pero habría que señalar que los coreanos pueden dar miedo, mucho miedo, también. De hecho el K-Horror, cuidadísimo, tanto técnica como argumentalmente es superior generalmente en los últimos tiempos al japonés en casi todos sus aspectos, pero sobre todo en la capacidad de provocar esa angustiosa sensación que tantísimo amamos. Es un cine que nos obsequia con momentos verdaderamente espeluznantes, giros inteligentes de la trama y genuinas emociones agridulces que a menudo faltan en el resto de películas de terror. Observamos patrones victorianos claustrofóbicos, tanto en ambientaciones oscuras y sombrías como en argumentos, obsesiones, ausencias y silencios nerviosos, a los que los personajes suelen hacer frente con los bastiones de la confianza y la esperanza. De entre los directores de terror coreanos podemos destacar a Eu Pho Jin-Gook, Bong Joon-ho, Kim Dong-bin, Park Ki-hyeong, Kim Ji-Woon, Kong Su-chang y mi admiradísimo Park Chan Wok.
En este caso la cosa no es como para tirar cohetes. Mezclando humor y suspense nos cuenta la historia de un policía con bastante mala fama en el cuerpo que por casualidad descubre un graffiti antes de que se produzca el asesinato de una niña secuestrada.
La relación entre el poli, y el grafitero, con el don de la psicometría, ver a través del contacto, ayudará aresolver el caso de un asesino en serie.
Lo mejor: Su estética gamberra. La niña del silbato rojo
Lo peor: Algunos gagas demasiado idiotas
Más crítica al coreano: http://www.ojocritico.com/miradas/mis-terrores-favoritos-1/
http://www.ojocritico.com/miradas/mis-terrores-favoritos-2/
http://www.ojocritico.com/miradas/la-mujer-y-el-cine-negro/