Proceso de admisión
Sinopsis de la película
Portia Nathan (Tina Fey), miembro del equipo de admisiones de la Universidad de Princeton, viaja a una granja escuela en New Hampshire para ver a un candidato. Una vez allí descubre que el co-fundador de la escuela, John Pressman (Paul Rudd), fue a la universidad con ella, lo que le trae a la mente el hijo que ella dio en adopción cuando era una universitaria. De hecho, cualquiera de los alumnos de John podría ser su hijo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Admission
- Año: 2013
- Duración: 117
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Opinión de la crítica
Película
4.6
31 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Ann Harada
- Barbara Vincent
- Ben Levin
- Brian dArcy James
- Christopher Evan Welch
- Dan Levy
- Elaine Kussack
- Gameela Wright
- Gloria Reuben
- Jeremy Frutkin
- John Brodsky
- Juliet Brett
- Ken Barnett
- Lily Tomlin
- Lisa Emery
- Michael Genadry
- Michael Sheen
- Nat Wolff
- Olek Krupa
- Paul Rudd
- Robert Sobieski
- Sarita Choudhury
- Sonya Walger
- Tanisha Long
- Tina Benko
- Tina Fey
- Wallace Shawn
- Zachary Unger
Sí, solo eso, denegado o lista de espera para esta película. Y es que creo haber visto algo así varias veces antes. Más allá del tema de la admisión a las universidades en EEUU y toda la injusticia que ese proceso, tan ajeno para mí (¿y para muchos?), parece tener y que intenta mostrarse superficialmente aquí, el género de comedia romántica, que de por sí mismo ya está un tanto decaído en tramas y guiones, en esta película se muestra tan débilmente a mi juicio que en partes de la cinta no podía menos que preguntarme pero… ¿y por qué?!. Si, si, sé que las comedias románticas muestran una protagonista que vive una vida tranquila pero insatisfactoria con una pareja aburrida o insoportable, que aparece alguien que les muestra el camino y/o tiene lo que necesita y, luego de pasar por un periodo feliz y luego uno malo, logran vivir felices para siempre. El punto es que hay películas que toman esta conocidísima línea y en el intertanto te sacan alguna risa, por eso son comedias, pero esta, al menos a mí, me sacó un cuarto de un esbozo de sonrisa, casi me sentí un Monaliso. En fin, para quienes gusten de ese género, creo que cumplirá en algo sus expectativas. No me crean demasiado. Al fin y al cabo, soy un crítico primerizo.
Si echamos un vistazo al reparto, entre Tina Fey y Paul Rudd uno tiene derecho a esperar una comedieta con su toque inteligente y/o gamberril, y Admission llega a coquetear con ambos palos pero mas como disculpa que con ningún propósito serio de embarcarse en esas empresas.
Fey interpreta a una solterona en plena crisis de la mediana edad y funcionaria del servicio de reclutamiento de la universidad de Princeton aburrida de su vida y con una madre exhippy, que se topa con un joven superdotado que podría ser el hijo que dio en adopcion tiempo atrás. Eso, un Sheen desaprovechado y pichafloja y un Rudd retozón afectaran a su modo de ver la vida y todas esas mandangas vitales.
Como digo la vena humoristica de Fey (la de Rudd sería más cuestionable) apenas sirve para edulcorar este dramilla rutinario y cotidiano. Es posible que alguien piense que para que Fey en un papel que podría hacer Aniston, o cualquiera de las señoronas de la romcom, y estará en lo cierto, yo mismo me lo pregunto, para que hacer algo que no añade nada al curriculum ni sabe sacar partido a tus virtudes más notorias.
En resumen, película que trata de ser agradable y dejar buen sabor de boca y que por timorata acaba condenada a la friend zone más desustanciada del genero.
Innecesaria producción estadounidense que parte de una premisa que a priori podría ser interesante pero que es meramente yanki: los procesos de selección de estudiantes para universidades de renombre. Pero reside aquí mismo uno de sus hándicaps, que es la animadversión que puede crear en la clase obrera al ver el elitismo que llena el 90% de estas universidad y que la cinta muestra sin tapujos y que ella misma se empeña en desarrollar de cara a la clase alta. Esta falta de humildad se ve sazonada por una historia falsa, histriónica y con unos actores desaprovechados: la graciosa Tina Fey (Noche Loca) está nefasta y Paul Rudd (Ant-Man) no es Paul Rudd. Se salvan de la quema un sorprendente Michael Sheen (Underworld) y Lily Tomlin (Grandma) en un papel muy cínico que le va como anillo al dedo. En la dirección hallamos a Paul Weitz (Un Niño Grande) que nos aporta poco en esta cinta algo desacertada y que no sabe si tratarla como comedia o melodrama, pues sus líneas se mezclan en demasiados momentos. El tono cómico es leve y cuando quiere hacer sonreír sólo es capaz de dejar el esbozo, exceptuando los contados momentos de Lily Tomlin y su extraña y bruta franqueza.
Lo que podría ser una comedia, no llega a ser ni tan romántica como muestra el cartel que la acompaña, ni tan dramática como cree hacernos ver una vez estamos ante ella. No encuentra un género definido y eso la lastra, aparte de ser una historia poco agraciada por y como la narra.
Desaprovechada comedia que quema los pocos cartuchos de los que dispone en los primeros minutos para luego arrastrarse sin pena ni gloria oscilando entre el humor sin la menor gracia y el melodrama descafeinado. Su excesiva corrección política lastra un guión realmente soso llevando la historia hasta terrenos a los que el espectador le importa un carajo la vida de estos desangelados personajes. No hay empatía, no hay humor, no hay drama, tampoco reflexión. No hay nada aprovechable en este derecho de admisión. Resulta curioso como con unos actores tan dotados para la comedia (Tina Fey, Paul Rudd, Michael Sheen, Wallace Shawn o, Lily Tomlin). ¿A quién diablos se le ocurre meter dinero en un proyecto así donde el guión carece de chipa y la dirección es tan plana como el suelo de una bolera? Derecho de admisión no satisfará ni tan solo a los amantes de las comedias descafeinadas porque esto no se parece ni de lejos a un café, esto es aguachirri sin sabor ni color.
Digamos que pintaba como una peli que se podía disfrutar, Tina Fey trabaja en el departamento de admisiones de una prestigiosa universidad y cuando recibe la información de que su hijo, que había dado en adopción de adolescente, puede ser uno de los candidatos para entrar en la universidad, cambian las cosas. A partir de aquí la película, cae en los lugares comunes, Paul Rudd está bien, es guapo, no encaja del todo mal, pero comparados, pierde por varios puntos contra ella. Muestra mucho la idiosincrasia de los manejos de las universidades americanas, tema que realmente no me interesa para nada, y eso al ser un tema muy de ellos, aburre un poco o por lo menos a mí, me ha aburrido.
Nunca me terminó de enganchar, hay momentos que solo se salvan cuando ella interviene, porque a la vez de ser buena comediante, las escenas dramáticas las hace muy bien. Destacar también como algo positivo, las actuaciones de Lily Tomlin y Michael Sheen, que aunque aparecen poco, sobresalen ante tan flojo guión.
Es una comedia que te entretiene en algunos pasajes, pero con un argumento muy errático y con el tema de la adopción que la verdad, mucho no viene a cuento en el desarrollo, nunca lo compaginan bien con la supuesta historia de amor entre ellos y el tema universitario. Una pena.