Precious
Sinopsis de la película
Clareece Precious Jones (Gabourey Sidibe) es una adolescente negra y obesa de Harlem cuya madre (Mo’Nique) la maltrata constantemente. No sabe leer ni escribir y, cuando se descubre que está embarazada, es expulsada de la escuela. A pesar de todo, la directora del centro la inscribe en una escuela alternativa para que intente encauzar su vida. Su nueva profesora (Paula Patton) es la primera persona que confía en Precious y la trata con respeto.
Detalles de la película
- Titulo Original: Precious: Based on the Novel Push by Sapphire
- Año: 2009
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
Película
6.7
89 valoraciones en total
Acabo de salir del cine de ver esta película y puede que la sobrevalore, pero ahí queda eso.
Repasando mentalmente las últimas películas que he visto en el cine me cuesta recordar más allá de la que fui a ver la semana pasada. Estoy seguro de que eso no me pasará con Precious. Sí, es cierto que juegan mucho con la vena sensible, pero en este tipo de películas abundan los llantos y las lágrimas, aquí sólo hay dos escenas así. La película logra transmitirte su fuerza y su emoción a través de la mirada de la protagonista, sólo con ver la tristeza en los ojos de su actuación contenida te emocionas. Durísimas escenas de violencia doméstica muy bien filmadas que merecen especial mención, sobre todo cuando Precious trata de evadirse en su mundo de fantasía vanal y simplista, pues eso es lo que ella ha visto en la tele y ella misma reconoce.
Mención aparte merece por supuesto Mo´Nique, que se roba la película con un papelón que te hace odiarla desde el primer microsegundo en que la ves, grandes todas y cada una de sus escenas sobre todo la última donde revela todo lo que tiene en su interior, pero también es muy destacable su papel ante la visita de la asistente social y las peleas e insultos que dedica a su hija.
Maravilloso drama desgarrador, le doy un 9 porque se lo merece y porque sé en mi interior que la película no tiene la agilidad necesaria para llevarse el 10, aunque la historia se lo merece de sobra. Deseando volver a verla.
Hace tiempo y hablando de otra película, creo que ya mencioné algo sobre el pornodrama. Como no quería enrollarme demasiado, me quedé con la tesis doctoral a medias. Voy a intentar sacar algo de provecho de ver Precious para completarla.
Veamos. La primera pregunta es: ¿cuál es la razón por la que un género tan obsceno como el pornodrama gana premios y conquista espectadores?
La respuesta está sujeta a variables. Aunque el pornodrama es un género calculador en sus efectos y pretensiones, a veces deriva por cauces inesperados y acaba convirtiéndose en una película distinta y mejor de la planeada. Pero por regla general, existen tres razones para el triunfo del pornodrama y no están relacionadas en absoluto con la calidad del filme en cuestión:
– Por el tremendo grado de tragedia que aflige a los personajes, el espectador puede permitirse sentir compasión sin empatizar. Muy bien.
– Independientemente del tema que traten, los sucesos son tan tremendos y angustiantes que no ha lugar para coartada social ni para hacer que nadie se revuelva incómodo en su butaca.
– Al ser películas que promueven la lágrima fácil mucho antes del nudo en la garganta, permiten una catarsis rapidita y sin dolor, de fácil olvido, como una masturbación de emergencia ante un estímulo repentino y grosero.
El pornodrama además, gusta mucho a directores y actores, pero sobre todo a los segundos. Es seguro de premios a poco bien que lo hagas. Además, las directrices están trazadas. Todos los actores mediocres en un pornodrama siguen una de estas dos escuelas interpretativas:
– La escuela del dolor para actores y actrices blancos: se distingue por el compendio ojos perdidos en un horizonte imaginario y horrible/pelo sucio/nariz enrojecida. Además, dentro de esta escuela hay una subespecialización que como indica Favio_Rossini, consiste en tiritar desaforadamente cual si en lugar de estar supertristes hubiesen pillado una cepa gorda de la gripe A.
– La escuela del dolor para actores y actrices negros: dominan la técnica conocida como paquidermo elegante . El actor/actriz negro aplastado por los sinsabores del pornodrama caminará con suma lentitud, como agobiado por un peso invisible (quizás rememorando de forma inconsciente kármicos fardos de algodón) pero sus ojos rebosarán -paradójicamente- una digna y altiva mansedumbre, al estilo Morgan Freeman cuando hace de pobre hombre. Las víctimas permanecen inexpresivas, salvo por la citada mirada digna y los victimarios siempre, siempre, gesticulan en lo que parece ser lenguaje de sordos variante Bronx.
Los directores, como se ve, lo tienen todo de su parte. Su cometido (el de Lee Daniels en este caso) es poner la cámara.
La crítica americana recibe el material y repiten como loros amaestrados la aterradora palabra inspiradora . Que en realidad es un eufemismo, porque Precious no inspira gran cosa, pero aspira a muchos premios.
Precious es la película independiente que cada año consigue un gran reconocimiento gracias a los críticos a los que ha robado el corazón, en especial a los críticos de Norteamérica, donde no pocos le han colocado las clásicas cuatro estrellas, y que incluso adquiere ni más ni menos que una nominación al Oscar a Mejor película, como ya pasó con Juno o Pequeña Miss Sunshine. Pero, ¿es Precious una película lo suficientemente buena como para tal reconocimiento?
Precious se cuela en la vida suburbial de Nueva York, en el Harlem, mostrando la dificultad de vivir por esos barrios decentemente. Los críos no van a la escuela, y muchas son las familias que necesitan acudir a servicios sociales para mantenerse. Un lugar, en definitiva, no muy adecuado para crecer si tienes unos sueños muy ambiciosos, como los de Precious. Sueños con los que fantasea y donde se refugia mientras intenta ignorar el infierno que le rodea, que le ha tocado vivir.
El principal punto fuerte de la película, y lo más aplaudido, reside en sus intérpretes: Gabourey Sidibe hace de Precious un personaje muy creíble, como si hubiera vivido su aterradora vida en sus propias carnes, y eso para un debut es un gran trabajo que le ha otorgado no pocas nominaciones a importantes premios, entre ellos el ansiado premio de la Academia. A pesar de ello, la interpretación más lograda de la película no se encuentra en su protagonista, sino en su secundaria, MoNique, que interpreta a una madre horrible, que no solo se limita a maltratar a su hija tanto física como psicológicamente, sino que cuando necesita aprovecharse de ella, lo hace. Todo un ser despreciable e hipócrita. De esta película, MoNique será lo que pasará a la Historia, pues se ha convertido entre elogios, nominaciones, y triunfos, en una de las mejores secundarias del año.
Sin embargo Precious tiene una historia que podríamos considerar trillada, y que es la principal causa de que le aparezcan detractores. Desgraciadamente no podemos negar que la historia del deseo de salir de los infiernos no es la primera que nos llega. Pero Precious está llevada con cierta frescura, y el poseer dos interpretaciones muy destacables juega a su favor para convertirse en una película correcta, que aunque flojee en varias ocasiones logra en otras mantener su fuerza. Quizá no es la joya que ven unos, pero tampoco es el desastre que ven otros.
¿Se pueden encontrar diferencias entre Precious y un telefilme de sobremesa al uso? Lee Daniels, en su segunda y última cinta nos ofrece un recital dramático tan exagerado como pretencioso. Esos excesos que plagan el metraje de Precious la convierten en un manido drama donde poco importa el desenlace. Resulta bastante difícil de digerir ciertas escenas y aun sin haber hecho la digestión de las mismas, nos vomitan más penas hasta que la compasión del espectador se convierte en incredulidad.
La única diferencia, como decía, con respecto a un telefilme se halla en las interpretaciones. Sólo eso. Mo´nique consigue encarnar un personaje tan aberrante de una manera natural logrando crear ese sentimiento de odio en el espectador. Sus escenas constituyen los momentos cumbres de la cinta. Lo que se recordará de Precious es esa inmensa Mo´nique, que si ninguna sorpresa lo impide, abrazará su estatuilla como mejor actriz de reparto en poco más de un mes. Llega a ser tanto lo que transmite su personaje que el resto del reparto queda en un segundo plano incluida la protagonista de la cinta. La desconocida Gabourey Sidibe no alcanza lo requerido , la sobre actuación a la que está sometida no deja vislumbrar en ella lo que se nos ha vendido. Es muy complicado meterse en la piel de una analfabeta, violada por su padre, con maltratos de todo tipo por parte de su madre, obesa, menospreciada por la calle, con dos hijos de su padre, uno con síndrome de Down, seropositiva …cansa ¿verdad?. Imposible abarcar tanto.
La presencia de la Ana Rosa Quintana americana no sólo está presente en la producción de la cinta, la presentadora tiene el descaro de robar cuatro minutos al guión para promocionarse a pesar de no hacerle falta.
Lo mejor: Mo´nique haciendo historia dando una de las interpretaciones que mas odio puede generar.
Lo peor: lo pretencioso que resulta el guión.
Primero, la introducción:
MADRE ADOLESCENTE: Evie y Cal Spangler son un matrimonio divorciado cuyos hijos viven entre las dos casas, sin definir claramente cuál es su residencia. Tina, de 15 años, decide instalarse definitivamente con su madre, quien cree que recuperará de nuevo a su familia. Pero Tina le guarda una sorpresa a su madre: la chica está embarazada. Tanto Ray, el padre del niño de Tina, como los que creía eran sus amigos del instituto se desentienden del asunto. Es entonces cuando Tina se da cuenta de que está sola y de que sólo cuenta con el apoyo de sus padres.
OTRAS: Dama de honor, Amistades engañosas, crimen pasional, adolescente desaparecida… tranquilos, si hay ejemplos para dar y tomar.
Segundo, la aclaración: ¿Dónde está el misterio? Chan, chan chan… Pues en cómo narices convertir el típico telefilme postcomida de Antena 3 en una película adorada por la crítica internacional, exitosa y plagada de premios.
PRECIOUS: En Harlem, la adolescente Clareece Precious Jones (Gabourey Sidibe), una chica negra, que no sabe leer ni escribir, agobiada por su madre (Mo’Nique), con un gran sobrepeso y embarazada de su segundo hijo, decide apuntarse a una escuela alternativa para intentar encauzar el rumbo de su vida.
En realidad, no es tan difícil:
1.Coges la historia más morbosamente telefilmesca que encuentres y la conviertes en más bestia aún. Por ejemplo, ¿que la peli trata de una adolescente obesa, pobre y embarazada? Pues, hombre, ya que estamos, que su madre sea una maniaca agresiva, su padre un cerdo, su abuela una cobarde de mierda… que la chica salga a la calle y la atropelle un camión y se quede tetrapléjica, que cuando vaya en la silla de ruedas unos chavales del barrio le peguen una paliza y la dejen desfigurada, etc… La clave está en que, cuando termine la peli, el suicidio sea contemplado como la salida más satisfactoria para el espectador y todos sus conocidos, amigos, familiares, etc.
2.Como no puede parecer un telefilme, tienes que hacer algo para arreglarlo. ¿Por ejemplo? Pues mira, una idea, en la trama (ésa que ya has copiado bastante de Matilda, sólo que negra y sin polvos mágicos) puedes meter algo tan original como un homenaje a Mentes Peligrosas, sólo que con una profesora lesbiana, pero negra en vez de blanca, al fin y al cabo, hay que mantener el morbazo de la historia. Y… ¿por qué no? Que parezca que usas recursos originales. No sé… métele ahí 8000 fundidos a negro aunque no vengan a cuento, planos imposibles… Ya sabes, que el montaje resulte por lo menos chocante, la gente debe olvidar que esto es un telefilme.
3.LA MÚSICA, importantísima. Como la peli es de negros, usa música de negros. Da igual que sea horrible, lo que es crucial es que se note que los que cantan son de Harlem, tampoco te comas mucho la cabeza. Y mete ahí la música donde te dé la gana, no sé, donde más rabia te dé. Que sea shocking, you know?
(no hay ningún spoiler, sólo problemas de espacio)