Pray Away: Reza y dejarás de ser gay

Un comentario en «Pray Away: Reza y dejarás de ser gay»

1. Pray Away (título con el añadido en España de Reza y dejarás de ser gay, estúpida rima que no he puesto en el título de la crítica porque aún me queda algo de sentido común… vaya tela los genios detrás de esto…) es una película documental de Netflix sobre el programa ex-gay, el cual consistía en un grupo de cristianos (homosexuales reconvertidos) que se dedicaban a asesorar e intentar reconvertir a homosexuales que no se sentían aceptados por la sociedad y por sus familias. Obviamente, estamos ante un asunto que es oro puro, siendo una premisa tan necesaria como imprescindible, y que puede ayudar a mucha gente.
   
   Lamentablemente, asistimos a un documental soporífero (el hecho de que el sobrevalorado Ryan Murphy sea productor no auguraba nada bueno), que dura más de lo necesario, y con unos responsables perezosos (se limitan a entrevistar y punto) e incapaces de hacerlo accesible a todo tipo de público, logrando que la experiencia no sea demasiado recomendable, a pesar del tema que aborda.
   
   Es una pena que hayan desaprovechado una oportunidad así de forma semejante, siendo un tema fascinante y digno de debate que se queda a medio gas y jamás demuestra valentía. No me extraña que no se esté hablando del documental, no solamente porque la plataforma no haya invertido ni un dólar en la promoción (como suele hacer con la mayoría de sus producciones, y más con las que no le interesan), sino porque es una producción que sólo destaca por su premisa y por su conclusión, siendo el resto bastante prescindible.
   
   Como ya he indicado, técnicamente no hay ni un mérito en su hora y media de duración, la cual se hace eterna. Y es que considero que le habrían venido genial algunos recortes (hay momentos que no aportan demasiado), con tal de hacer un producto más ligero y accesible, ya que estoy seguro de que muchos de los espectadores que se vean atraídos por el punto de partida, abandonarán el barco antes de tiempo. No puedes abordar un tema tan trascendental y hacerlo con una desgana semejante. Sobra decir que todos sus responsables tienen puesto el piloto automático (hasta me creería que se trata de un trabajo de encargo).
   
   Por otro lado, los responsables del documental pecan de cobardía, no mojándose en ningún momento y sin cargar las tintas (¿quizás por miedo a represalias?), dejando todo el peso (por no llamarlo marrón) a los entrevistados, los cuales nos explican la situación de la organización Exodus y los problemas que ha acarreado a tantas personas que sólo buscaban la felicidad y encontraron otra cosa bien distinta. La directora se conforma con encender la cámara, capturar los testimonios y nada más, siendo un trabajo superficial que sentencia la propuesta, al no ir más allá. Estoy totalmente a favor de que se deje a los espectadores sacar sus propias conclusiones y reflexiones, pero aquí asistimos a la pereza más absoluta, en una producción carente de garra y alma, cuando se necesitaba corazón y rabia ante tal injusticia.
   
   Cierto es que en los últimos minutos hay un par de momentos muy emotivos, dando una gran lección por parte de los entrevistados, pero se llega muy tarde a este punto, siendo imposible recomendar un documental en el que solamente funciona el final, siendo más ambiguo de lo que debería ser, y transmitiendo frialdad en casi todo su recorrido. Un tema como el que nos ocupa merecía un esmero superior, siendo lamentable que la plataforma no haya puesto más interés y que sus responsables se hayan conformado con lo mínimo, cuando estoy seguro de que manos más expertas sacarían petróleo de un asunto tan importante como el que nos ocupa. Un decepcionante documental que acaba quedándose en tierra de nadie. Una lástima, las víctimas y el colectivo merecían más.
   
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