Porno y helado (Serie de TV)
Sinopsis de la película
8 episodios. Pablo (Martin Piroyansky) y Ramón (Nachito Saralegui), son dos treintañeros perdedores que junto a Ceci (Sofia Morandi), una joven estafadora, fingen tener una banda de rock. La mentira se saldrá de control hasta hacerse realidad, pero los obstáculos en el camino pondrán en peligro su proyecto. Finalmente se darán cuenta que su amistad es lo más importante.
Detalles de la película
- Titulo Original: Porno y helado
- Año: 2022
- Duración: 30
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Opinión de la crítica
Película
7
45 valoraciones en total
Pues es muy divertida. Hay que sobreponerse un poco a la primera impresión pero luego tiene momentos de partirse.
No conocía a ninguno de los actores. Al parecer algunos no eran profesionales y en mi opinión lo bordan. Especialmente la chica que hace de Ceci, que creo que es influencer, pero que visto lo visto a lo mejor cambia de rubro. La cámara se enamora de su cara cada vez que aparece.
Piroyansky tiene que ser un personaje. Seguramente en un casting hubiera quedado penúltimo, pero ser el guionista y director es lo que tiene, que te puedes asignar el personaje principal. Le agradezco que pese a ser el prota no haya dulcificado al personaje y lo muestre como un hijo de la gran [mujer que enseña las tetas en una rotonda]. Podemos decir que se trata pues de una serie de autor.
El otro coprotagonista también bien. Un pelín por debajo para mi gusto pero es que el personaje pide ese estilo ingenuo.
Sumario
Moderna e ingeniosa comedia de y por Martín Piroyansky que despliega una multitud de situaciones y personajes, muchas veces con un registro paródico y siempre con un timing perfecto.
Reseña
Pablo (Martín Piroyansky) y Ramón (Ignacio Nachito Saralegui) son dos amigos treintañeros y solteros que se reúnen todos los viernes a ver películas porno y tomar helado. Pero al ir a un bar de taxistas se vinculan con Cecilia (Sofía Morandi), una estafadora de poca monta que ve la ocasión de formar con ellos una banda de rock para regentearla y lucrar con ello. El detalle es que los dos amigos no son músicos…
Este es el disparador de lo que en general podría definirse como una comedia de enredos, pero es mucho más que eso. Martín Piroyansky escribe, dirige y coprotagoniza una comedia moderna y muy porteña que capta a la perfección muchos elementos generacionales del millenialismo de Buenos Aires (aunque rodada en Montevideo y Punta del Este).
El tono va de lo naive a lo perverso, en función de las situaciones y la multitud de personajes que van desfilando, con figuras del under y no tanto en papeles pequeños y hasta cameos. Es preciso nombrar, entre muchos otros, a Susana Giménez encarnando a la despótica y millonaria esposa de un candidato a presidente (un personaje seguramente bastante parecido a ella) que disfruta (y padece) un curioso y gracioso fetichismo sexual y a Jimena Anganuzzi en un personaje absurdamente alejado de su physique du rol.
Abundan los momentos paródicos (es mejor no adelantar los tópicos y géneros) en una sucesión de capítulos breves muy bien guionados que son pura felicidad y que ostentan momentos de un humor muy ingenioso. Y como estamos hablando de una falsa banda que en definitiva termina tocando, desfilarán algunos temas musicales originales que será muy difícil sacarse de la cabeza como parte una gran musicalización en general.
La factura técnica es impecable: la serie, con sus colores vivos, es también una fiesta para los ojos y su timing es perfecto. Los tres protagonistas están muy bien: Pablo y Cecilia van revelando sus matices no exentos de miserias, aunque acaso el hallazgo de la serie sea el casi imperturbable y entrañable Ramón de Ignacio Saralegui.
Porno y Helado es de esas series que también se disfruta cuando se la vuelve a ver y acaso tenga destino de culto.
https://impresionescinefilas.wordpress.com/2022/03/24/porno-y-helado-porn-and-ice-cream/
Martín Piroyansky se ha convertido en uno de los referentes cómicos de las ultimas décadas. Si bien más reconocido por su faceta de actor, su faceta como director y creador de comedias ha ido en crecimiento constante.
En esta ocasión, eleva un poco mas la vara con una comedia que encuentra en el trio protagónico una química muy interesante. Los 3 actores principales (Martin, Ignacio Saralegui y Sofía Morandi) están muy bien y se conectan de manera correcta. En otras palabras, hay química.
Los primeros dos capítulos quizás sean los mas flojos, pero la historia va in-crescendo hasta llegar a formar una serie cómica muy interesante y con varios puntos altos. A nivel argumental, hay muchos baches que parecen tener un sentido paradójico dentro de la comida sin sentido. No es una historia muy rebuscada. En ese aspecto, quizás baje un par de puntos. Mientras que los elementos de humor son interesantes, y si bien en algunos tramos se cae en puntos comunes, la obra cumple.
Merece segunda temporada.
Pablo es un treintañero poco atractivo, no muy afecto al trabajo y sin demasiada suerte con las chicas. Viendo los progresos de un ex compañero de colegio líder de una banda de rock ( o algo por el estilo ) decide tentar suerte en ese promisorio nicho, aún sin tener la más absoluta idea del asunto. En la empresa arrastra al buenazo de su amigo Ramón, quien le lleva el apunte de puro buen amigo que es. Al dúo se agrega una estafadora sin vivienda ni demasiada suerte que oficiará de manager de Los débiles mentales , el nombre del novel grupo. Los tres protagonizan una serie de desventuras en la que irán desfilando situaciones que van desde el hiperrealismo de bares de paredes semiderruidas y limpieza nula, hasta escenas surrealistas como una búsqueda nocturna de músicos marginales por calles solitarias o romances con octogenarias que terminan en muertes súbitas. Si bien todo el relato tiene en claro a donde se dirige ( en definitiva es la historia de una buena amistad), el ritmo y los desenlaces jocosos son desparejos. Hay situaciones resueltas con mucha solvencia y realmente graciosas: la familia altamente disfuncional de Pablo que incluye madre con prisión domiciliaria, los ataques de ingenua pero brutal honestidad de Ramón, la escena de la inspiración musical inducida en un homenaje a All that Jazz donde Fosse consumía hasta talco al compás de Vivaldi. Otras partes no funcionan del todo, como el pobre aporte de una Susana Gimenez deslucida, como una adicta a los negocios de venta de artículos y herramientas para el hogar, una buena idea que, por alguna razón, termina no haciendo gracia. Algunas acotaciones filosas sobre los cantautores de dudosos méritos y sus aplaudidores chupamedias, las canciones improvisadas que terminan convirtiéndose en éxitos, el oportunismo desfachatado de los políticos y algún toque de misterio como la quinceañera que pasa los cuarenta o la confabulación de los taxistas. Un elenco enorme, con muchas caras desconocidas, (calculo que la mayoría son actores uruguayos) acompañan con mucha soltura a un Piroyanski que no solo dirige, actúa, escribe y produce sino que acá canta y hasta toca la guitarra. No es fácil hacer comedia y si tiene el valor agregado de llegar a lugares que a uno le resultan reconocibles se agradece. Así que mi nota, con las reservas que he narrado, es buena.
Describir la nueva comedia Argentina de Roman Piroyanski no es tarea fácil. Por un lado el tono en algunos capítulos es irreverente y desquiciante y llegando al final los chistes dejan de hacer blanco pleno para transformarse en una serie que llega al punto de conmover.
Esta es la primera experiencia creativa de Martín Piroyansky, que acá oficia de director, guíonista, y actor principal, el que ha tenido experiencia en algunos papeles secundarios en otras series y películas nacionales, pero que acá realiza una tarea notable tanto en los diálogos como en la cuestión del humor visual. Figura también en cartelera Susana Giménez, pero lo suyo es solo un cameo extendido, sirviendo más como atracción que como verdadero personaje que tenga peso en la historia (aunque su personaje con un raro fetiche de lugar a una gran cantidad de chistes muy graciosos).
En realidad, Porno y Helado destaca en primer lugar, porque es una serie con la que uno ríe sin parar durante toda su duración. Uno puede perder la cuenta de la cantidad de chistes que se tiran a la pantalla, es que son tantos que siempre se escapan algunos y no todos hacen blanco, pero en un 80% si, por lo que obtenemos una tracalada de risas practicamente constantes. Es que en verdad la serie funciona prácticamente como una sitcom, entre el departamento de Ramón, el bar de mala muerte que está enfrente y un bizarro club nocturno, en donde el creador juega con situaciones, inverosímiles algunas de ellas,generando un clima humorístico de gran vuelo que despierta no solo risas al por mayor sino la simpatía del espectador por estos perdedores.
Pero a ello, se le suma que al dar blanco con el tono de la serie, también los personajes centrales comienzan a agarrar aire para dar lugares a situaciones de profundos sentimientos de amistad. Eso no sería posible, sin embargo, sino por las excelentes interpretaciones que realizan no solo Piroyansky, sino fundamentalmente Sofía Morandi y Nachito Saralegui. Por un lado el creador es un actor que tiene experiencia en series y películas, mientras que los otros dos son influencers que realmente sorprenden realizando interpretaciones notables. Pablo (Piroyansky) es un mitómano que casi siempre actúa de manera incorrecta y se arrepiente de ello, Morandi es una estafadora que vive en una habitación mediocre pateando al dueño por el alquiler, e hiper amante de la plata, aunque por otro lado su trasfondo familiar si tiene algo triste que nos hace emocionar cuando toma la decisión correcta. Pero sin embargo el que lleva el peso de la serie, llevándose todos los aplausos es Nacho Saralegui, un ingenuo e infantil treintiañero que tiene un buen trabajo, pero que en su inmensa ingenuidad, todo le termina saliendo bien, no solo despertando las mejores risas de la serie con su sinceridad y moralismo pasmosos, sino que también termina conmoviendo cuando actúa en defensa de sus amigos.
En mi opinión PORNO Y HELADO es una serie más que recomendable. Por un lado es una secuencia de situaciones inverosímiles, delirantes y descabelladas, que no solo se vuelven adictivas y te hacen verla en un solo tirón, sino que despiertan en el espectador una increíble cantidad de risas prácticamente durante todo su metraje. Con interpretaciones que dan en el blanco con el tono cómico, también es un disparate que deja su mensaje sobre las amistad y las buenas acciones. No me equivoco si digo que es la serie Argentina con la que más me haya reído en la última década y no estoy exagerando.