Popieluszko. La libertad está en nosotros
Sinopsis de la película
El sacerdote católico Jerzy Popieluszko fue beatificado en 2010 por el Papa Benedicto XVI. El padre Popieluzko fue torturado y asesinado por la policía por apoyar al sindicato obrero Solidaridad , que se había rebelado contra el régimen comunista polaco. Convertido en un mártir, su coraje y su fe arrastraron a muchos compatriotas que arriesgaron su vida en defensa de la libertad y la dignidad humana. Para reprimir el movimiento, el gobierno polaco contó con la colaboración de los servicios de inteligencia soviéticos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Popieluszko. Wolnosc jest w nas aka
- Año: 2009
- Duración: 108
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Opinión de la crítica
Película
6
36 valoraciones en total
La película responde a los cánones del cine europeo de denuncia: reflexivo, intenso, sin concesiones al sentimentalimo… Cuenta la historia -real- de Jerzy Popieluszko, asesinado a manos de la policía polaca de Jarulzeski, por haber abusado de su libertad de conciencia. Es decir, por defender la verdad y la libertad. Bien ambientada e interpretada, vale la pena revisitar esos años de la Polonia constreñida por el comunismo. A pesar de contarnos hechos dolorosos, sales del cine -al menos a mi me pasó en el preestreno- animado. Una película necesaria, y más en estos tiempos, porque la libertad va por dentro .
Por defender la verdad, por intentar liberar a su pueblo del yugo de la mentira, por frenar la explotación y violencia contra los trabajadores y sus familias, por luchar por la dignidad del ser humano… Por todo eso y por ser beato, por ser siervo de Dios y propagar su amor en Polonia, Jerzy Popieluszko fue asesinado, muerto y arrojado a las aguas del Vístula tras ser martirizado brutalmente por tres oficiales de la policía comunista.
Fue, sin duda, el más odiado y querido a un tiempo. El más amado por un pueblo que nunca temió expresar su religiosidad y se sintió orgulloso de ser católico. El más odiado por un Partido Socialista que nunca comprendió, dada la debilidad física del padre Jerzy, el origen de sus fuerzas, pues tampoco entendió que su poder de convocatoria y su carisma procedían del aliento de esperanza y Gracia que el Espíritu Santo le infundió.
Popieluszko es una película que, pese a las faltas técnicas que se le puedan achacar, cumple perfectamente con el reflejo manifiesto que se halla presente en cada acto del beato: la intención de hacernos partícipes de la Verdad, de convertirnos en apóstoles de Cristo. Un largometraje de plena actualidad, no solo por su analogía presente con Cuba o China, sino porque el peor enemigo de la autenticidad que podremos hallar, ahora y siempre, no es el Estado opresor ni la coacción política, sino nuestro propio miedo. Superarlo es nuestra meta como hijos de Dios, y sacrificarnos por Él y por la patria es, en palabras de Popieluszko, el mayor orgullo de un católico.
El tema es interesante pero no me convence como lo cuentan.
Falla la interpretación, no consigue trasladarnos y ponernos en situación real y resulta confusa.
No destaca tampoco la fotografía , ni ningún otro aspecto. No merece la pena.
Pensé que iba a ser una película sin gancho, que una dirección polaca iba a dejarme frío, pero me he equivocado.
Una película humilde, sin escenas llamativas por su poderío, pero que consigue meterte de lleno en la sociedad polaca del momento, un contenido que hace disfrutar y sufrir con cada escena, compartir la carga que Popieluszko lleva con tantísima humildad.
Y lo mejor de todo, que es una historia real, lo que hace que la película se viva con una intensidad que a nadie podrá dejar indiferente.
Documento hagiográfico sobre el sacerdote polaco cuyas homilías en favor de los derechos de libertad del pueblo polaco en los 80 entroncaron con las movilizaciones del sindicato Solidaridad y le convirtieron en persona non grata para un régimen comunista dictatorial y represivo que acabó asesinándole.
Todo ello contado con cierta tosquedad en tono documental, sobre todo en la primera parte de la cinta, que amontona situaciones confusas subrayadas por escenas reales de la época. Es en su segundo periodo donde la actuación esforzada y solvente de Adam Woronovicz confiere algo de lustre a un personaje del que se nos cuenta poco más de lo necesario hasta su triste final.
Película que posee el beneplácito de la iglesia católica que recientemente beatificó a Popieluszco y que uno acaba con la sensación de que le utilizó como peón circunstancial en la lucha de Juan Pablo II, anticomunista de pro como el propio protagonista, sin arroparle lo suficiente ante una muerte anunciada y beneficiándose a la postre de su martirio. Desgraciadamente esta misma iglesia no fue ni mucho menos solidaria contra otros regímenes autoritarios (Chile, Argentina o la propia España) de diferente signo político e igual o peor comportamiento criminal.
Como recordatorio de lo que se coció en plena Europa antes de la caída definitiva del muro puede aportar cierto interés.