Play
Sinopsis de la película
Basado en hechos reales, cuenta la historia de unos niños negros de entre 12 y 14 años, hijos de inmigrantes, que robaban a otros muchachos con intimidación, utilizando a su favor el racismo y los prejuicios sociales.
Detalles de la película
- Titulo Original: Play
- Año: 2011
- Duración: 118
Opciones de descarga disponibles
Si quieres puedes descargar una copia la película en formato 4K y HD. Seguidamente te detallamos un listado de opciones de descarga directa activas:
Opinión de la crítica
Película
6.7
94 valoraciones en total
Como una mezcla imposible del cine de Jacques Tati y el de realismo social con sabor europeo (Dardenne, Mungiu), Ruben Östlund se reafirma con Play como uno de esos directores inconformistas que intentan renovarse e ir más lejos en cada película. Su irregular Gitarrmongot tenía ideas y conceptos que fueron llevados más allá con Involuntary que casi funcionaba como un ejercicio de voyeurismo extremo que creaba esa incomodidad a la que hacía referencia su título. En Play recoge una idea de la que parte su cortometraje Incident by a Bank , que viene a ser mantener el plano el mayor tiempo posible y mover la cámara con suaves travellings sin cortar la secuencia, dejando que todo pase dentro de cámara buscando cierta sensación de narración orgánica, sin abusar del montaje ni distraer la atención.
Muy de Tati esto último pues sus planos largos y sostenidos nos obligan a estar pendientes de cada sitio de la pantalla para saber por dónde va a suceder la acción. Así, su primer plano, en un centro comercial, inicia sin mostrar a un protagonista fijo hasta que centra su mirada en un par de niños. Unos minutos más tarde ya sabemos qué va a suceder pero la cámara sólo se ha movido ligeramente y ha dado al espectador la información necesaria para crear el contexto. Basada en un caso real de unos robos cometidos en Suecia (algo que aparentemente es bastante común por allí, aunque el tipo de violencia que aquí se ve existe en todas partes), el film dura sus buenas dos horas y apenas se nota. El ritmo que Östlund imprime a cada secuencia está perfectamente calculado para que el tedio no se convierta en un personaje extra y que toda la atención se centre sobre lo sucedido. Por el camino, una crítica social bien reflejada (pero sin subtrayados innecesarios) y la sensación de que se ha visto algo diferente a lo habitual. Buen cine, de apariencia fría pero en el que se entra sin problema. Pocas veces una cámara tan inmóvil ha mostrado tanto haciendo uso de herramientas tan básicas como los zooms (out e in), el fuera de campo y los suaves deslizamientos laterales.
Basada en hechos reales, PLAY cuenta la historia de una pandilla de niños negros y pobres, que se sirven de los prejuicios sobre ellos para robar a niños blancos acomodados.
Partiendo de ese planteamiento, el director juega con los escrúpulos del público para aflorar nuestras miserias y hacernos pensar en la facilidad que tenemos para intercambiar nuestros roles sociales. La imagen estigmatizada del hombre negro a la hora de crear un sentimiento de amenaza, la conducta de los adultos blancos maltratando por su bien a niños inmigrantes, ya de por si doblemente vulnerables, nos genera una reflexión sobre: la pobreza, el miedo, la segregación, el odio y nuestras normas de convivencia. Ruben Östlund deja al espectador el posicionamiento moral hacia lo que sucede en pantalla.
Con su característico estilo distante de planos largos y fijos, te hace sentir un espectador curioso en todas las escenas, amplificando nuestra atención para observar todo lo que sucede en el plano, y relacionar a los personajes dentro del cuadro.
En definitiva una descripción de una sociedad de clases, en este caso la sueca, pero que podría ser cualquier otra, de unos suecos contra otros que intercambian los papeles. Quién roba a quien?, quién amenaza a quien?, quién extorsiona?, quién agrede?, quién mete miedo?… En definitiva, como ya he comentado antes, un permanente cambio de roles.
Una película muy particular por la forma en que está filmada y por los recursos que utiliza, a base de planos fijos y escenas en una sola toma. Sin embargo estos elementos por sí mismos no la vuelven algo extraordinario. Sí, por el contrario el tema que maneja y la forma de mostrarlo, con momentos bastante realistas, muy bien logrados aunque sin demasiado impacto dramático ni mucha profundidad en sí mismos. Al final se conocen algunos detalles que ayudan a acomodar ciertas piezas y comprender el fondo social así como el mensaje que la película encierra, sin caer en el moralismo. Del lado negativo hay varias escenas quizá demasiado alargadas y otras, tal vez innecesarias considerando que hay aspectos de la historia bastante secundarios que no ameritaban dedicárseles tanto tiempo. En general recomendable con un poco de paciencia por su inicio muy paulatino.
Quizás el ritmo de la película pueda desconcertar un poco al inicio, hasta que uno se acostumbra a los tiempos de Östlund (los tiempos de él no son los de otros realizadores). La cámara fija en un ámbito o paisaje estático, con los protagonistas entrando o saliendo de escena son una constante, para dejar paso a instantes de vacío. No es ociosa esta aparente lentitud. Va encrespando el climax de lo que en definitiva a ser la desembocadura del final.
Retrata la sociedad tradicional sueca, inflexiblemente respetuosa del orden, la ley y el respeto a los conciudadanos, cuando va advirtiendo en la actualidad que extraños a su medio (para el caso los inmigrantes) no lo hacen, y entonces queda inerme y desconcertada. No hay reacción ante los avallasamientos, el delito y hasta la humillación personal ante lo desconocido, lo no inculcado. Por eso creo que el director ha puesto el dedo en la llaga en un asunto tan sensible como la invasión migratoria en los países donde reina el estado de bienestar . Éste se ve alterado y conmovido con respuestas de resentimiento y violencia por quienes no pueden acceder al sistema. Como contrapartida entonces, se mueven libremente ante la insólita indiferencia o el temor de una sociedad que hasta esas injustas incursiones se manejaba conforme a su propia y sólida conciencia y desconoce cuándo y como articular la defensa de sus bienes y derechos. No es un filme racista. Es un retrato de lo que está ocurriendo en la realidad de los países centrales europeos. Cada espectador debe sacar sus propias conclusiones y tomar partido por quienes intentan reaccionar bajo el posible repudio de otros ciudadanos que sostienen principios teóricos contrarios a la propia existencia de su forma de vida o por quienes son presuntamente vulnerables. En este desconcierto, hasta las autoridades que debieran restablecer el orden y la paz social llegan a adoptar actitudes injustas para sus propios coterráneos. Sólido film que mueve a la meditación y luego al debate.
Menuda basuraza de película. Viendo las anteriores reseñas tengo la sensación de que no tengo ni idea de lo que es buen cine, porque a esta película del alabadísimo Ruben Ostlund sólo puedo calificarla de atentado fílmico. Aburrida, lentísima… Ese cine llamado indie donde lo importante es situar la cámara cubriendo el plano más raro posible y alejado de la acción para que el espectador se convierta en un voyeur (ya vessss), donde los diálogos son pura tortura (si es que hay diálogos, claro)…
Un tostón del que sólo quedará para los anales, y nunca mejor dicho, una escena que podría firmarla el Almodóvar de los 80 o el actual (y perdidísimo) Julio Médem (en Caótica Ana pudimos disfrutar de una secuencia similar). La comento en la zona de spoiler.