Piel de serpiente
Sinopsis de la película
Adaptación de La caída de Orfeo , drama de Tennessee Williams. Valentine Snakeskin Xavier (Marlon Brando) es un músico de Nueva Orleáns que lleva una vida errante y muy irregular que le crea frecuentes problemas con la ley, razón por la cual se ve obligado a cambiar de ciudad continuamente. Durante un viaje, se detiene en Two Rivers, cerca del Mississippi. Allí consigue trabajo en la tienda de Lady Torrance (Anna Magnani), una mujer madura de origen italiano que se convierte en su amante. Al mismo tiempo, conoce a Carol Cutrere (Joanne Woodward), una joven alcohólica que se siente atraída hacia él.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Fugitive Kind
- Año: 1960
- Duración: 119
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Opinión de la crítica
6.7
37 valoraciones en total
Marlon Brando es uno de esos actores de los que se suele decir: nadie como él podía haber interpretado a…
¿Quién se imagina otro Kurtz (Apocalypse Now), otro Kowalski (Un tranvía llamado deseo), otro don Vito (El padrino) u otro Paul (El último tango en París)?
En ‘Piel de serpiente’, encarna a un chico malo con ganas de enmendarse. Sólo Brando puede moverse de ese modo y resultar magnético y creíble.
El primer plano de la cinta dura cinco minutos y medio y lo sostiene Brando a base de carisma, voz y gesto, mientras un juez le da la réplica fuera de cuadro. Cuando el juez menciona por primera vez su sobrenombre –piel de serpiente–, Brando echa la mano a la cazadora y se la ajusta en el hombro. El juez quiere saber si está borracho. Pero no, tan sólo está cansado. Da la impresión de que está harto de ser un tipo irresistible. Habla de su trabajo, su guitarra, sus sanas intenciones de cambiar.
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Anna Magnani no es bonita, ni esbelta, ni despampanante. Solamente es una actriz extraordinaria.
La primera vez que aparece casi es una sombra. Se baja del coche después de su marido, que es quien, en principio, centra la atención. Pero antes de cortar el plano, cuando el marido ha desaparecido tras la puerta, ella se detiene –un leve instante– y la cámara la aguarda. Luego, dentro de la tienda, vuelve a suceder lo mismo. Ella se mantiene siempre en cuadro. Entonces, irrumpe un primer plano de su rostro. Su mirada… dice más que cualquier línea de diálogo.
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Pero la luz no acaba de cuajar. La fotografía, a cargo del solvente Boris Kaufman, es precisa, sí, pero visible, muy visible en las escenas de la noche.
Con o sin motivo, siento que Lumet pide a Kaufman luz artificial.
La luz existe para ver, pero no ha de ser el objeto mismo de la vista. Sólo se puede verdaderamente ver si hay luz y no la vemos. La luz es, ante todo, transparencia.
Con la presencia y fotogenia cinematográfica de dos gigantes como Anna Magnani y Marlon Brando, la iluminación no debería ser protagonista.
Ellos se bastan. Dotan de vida a su romance casi inverosímil. Por ellos hay que ver ‘Piel de Serpiente’. No por Lumet, ni por Kaufman, ni por Tennesse Williams, ni, por supuesto, por la sobrevalorada Joanne Woodward.
Por Marlon y Magnani.
Cuarto largometraje de Sydney Lumet (Filadelfia, 1924). El guión, de Tennessee Williams y Meade Roberts, adapta la obra de teatro Orpheus descending (1957), de Tennessee Williams, reelaboración de su anterior Battle of Angels (1940). Se rueda en escenarios exteriores de Milton (NY) y en estudio (NY). Gana la concha de plata (Lumet) y el premio Zulueta (Woodward, actriz de reparto) del Festival de San Sebastián. Producido por Martin Jurow y Richard Shepherd para United Artists, se proyecta por primera vez en público en sesión de preestreno el 1-XII-1959 (EEUU).
La acción dramática tiene lugar en New Orleans (prólogo) y en la pequeña localidad de Two Rivers (Mississippi), a lo largo de unas cuatro semanas. Valentine Piel de serpiente Xavier (Brando), de 30 años, ha abandonado New Orleans y su vida desordenada de animador de un club nocturno. Se instala en una tranquila y apartada localidad, donde se relaciona con Lady Turrance (Magnani), esposa del propietario del almacén general del lugar, con Carol Cutrere (Woodward), una muchacha de vida alegre, y con Vee Talbott (Stapleton), esposa del sheriff (Armstrong). Valentine, o Val, es apuesto, inconformista, cae bien a las mujeres, tiene un pasado oscuro y es aficionado a la guitarra. Ella es sensual, frágil y necesita sentirse apreciada y amada. Jabe M. Turrance (Jory), su marido, está gravemente enfermo y es autoritario y opresivo. Carol, de unos 19 años, es rubia, guapa, atractiva e inexperta. El sheriff es celoso y vengativo.
El film suma drama, romance y crítica social. En el marco de una comunidad pequeña y cerrada del profundo sur, desarrolla una historia de pasiones que tienden a desbordarse al topar con los prejuicios y la intransigencia de las gentes del lugar. Se producen situaciones de gran dramatismo, que permiten el lucimiento de actores y actrices. Los personajes se enfrentan por pasiones de amor, odio, celos, rencor, rabia contenida durante años, envidia y venganza, prejuicios machistas, misóginos y racistas, enfermedades físicas y psíquicas (histeria, psicopatías, sadismo…), adicciones (alcoholismo…), y por el socorrido recurso al uso de la violencia.
El marco rígido de una sociedad anclada en el pasado, afectada por la pulsación de contravalores como la intolerancia, la intransigencia y el dogmatismo, y sin hábitos de solución civilizada de conflictos, amplía la fuerza del drama y lo eleva a extremos que llevan la zozobra al ánimo del espectador. La presencia oculta de las amenazas y su origen impersonal contribuyen a incrementar la tensión dramática. Pese a la intensidad de la obra y a su notable calidad, ésta no alcanza los niveles de fascinación y seducción de Un tranvía llamado deseo (Kazan, 1951), La gata sobre el tejado de zinc (Brooks, 1958), ¿Quién teme a Virginia Woolf? (Nichols, 1966) y otros dramas teatrales llevados al cine en los años 50 y 60 del siglo pasado. Con todo, se trata de un film entretenido, interesante y absorbente.
Piel de serpiente es la adaptación de la obra teatral de Tennessee Williams La caída de Orfeo, dirigida por el incombustible Sidney Lumet, y protagonizada por un trío de actores realmente excepcional…Brando, Magnani, y Woodward. La obra contiene los elementos propios del mundo de su autor, odio, celos, misoginia, ninfomanía, racismo, y enfermedad.
Ambientada en el profundo sur, asistimos a una representación de un drama humano de enorme tensión pasional, que te engancha desde el primer fotograma, merced a unas actuaciones brillantes, y a un guión plagado de diálogos lacerantes, secos, duros, pero de gran credibilidad, que acaban confiriendo una obra compleja de gran soltura narrativa y con una tremenda carga psicológica.
Marlon Brando esta colosal (dentro de su histrionismo) dando vida a Val Xabier un músico sureño y vagabundo con un pasado oscuro y que va siempre acompañado de una vieja guitarra y una chupa de piel de serpiente.
Anna Magnani, es lady una mujer de origen italiano ya entrada en años que vive con un marido enfermo y del cuál no esta enamorada.
Joanne Woodward se mete en la piel de una ninfomana alcohólica que vaga por el pueblo provocando y alterando la convivencia ciudadana.
Sin duda una película de gran calado sobre la condición humana más misera y cruel. Los instintos más bajos están fielmente retratados en unos personajes esclavos de sus pasiones y su pasado. Todos ellos parecen maquillados de un baño de tristeza de la que nunca podrán desprenderse.
Nueva adaptación de una novela de Tennesse Williams, en este caso Piel de serpiente (The fugitive kind), en donde, Lumet muestra el desgarro con la que la vida trata a las personas, cegándolas con el rencor y el odio.
Es un film sobre perdedores, sobre personas martirizadas por su pasado, que se aislan en la soledad para combatir todos sus temores e inseguridades.
Los tres pesonajes principales (Brando, Magnani y Woodward) son seres atormentados, que buscan el apoyo mutuamente para poder ver un poco de luz al final del túnel, finalmente esa sociedad sureña, tradicional, anclada en el patriarcado tan bien retratatada en sus novelas por Williams consigue devorar a los protagonistas de la forma más cruel.
Cuando sale de la cárcel, el entertainer Val Snakeskin Xavier, decide irse con su guitarra hacia Two Rivers, Mississippi, donde la esposa del temible sheriff Talbot, le ofrece la oportunidad de trabajar en la tienda de calzado de Lady Torrance, quien no tarda en acogerlo con la promesa de que no se le ocurra sobrepasar la línea de su relación laboral. Snakeskin lleva una chaqueta fabricada con piel de serpiente que revela su lado salvaje (auténtico), libre y amante de la naturaleza, y Lady Torrance lleva siempre vestidos oscuros que delatan el frío que ahora lleva en su corazón.
Se inicia así una relación entre dos seres muy dispares, que quizás sean capaces de despertar, el uno en el otro, los cálidos sentimientos que cada uno guarda pugnando por fluir. Pero la felicidad no es un regalo sencillo de la vida, y por particulares circunstancias, para algunas personas las cosas son más difíciles que para otras. Así, Xavier se siente asediado por la desadaptada Carole Cutrere quien lo anhela como compañía, y Lady aún carga con el peso de un marido enfermo y tosco que le hace la vida imposible. Y como si esto no fuera bastante, el entorno social es deplorable y peligroso, teniendo que convivir con intolerantes verdugos que, cada tanto, se complacen dando palizas o linchando a los hombres que viven con la maldición de haber nacido con la piel oscura.
Con un guión escrito por el mismo Tennessee Williams, basado en su obra teatral Orpheus descending, el director Sidney Lumet, logra una apreciable recreación de este drama con aroma a tragedia, donde Williams deja plasmado el pútrido olor que para él emanaba de la sociedad norteamericana que le tocó padecer. Y lo hace dignificando una vez más a la mujer, mostrándola como víctima de un machismo ramplón, pero haciendo acopio de una dignidad que la lleva a luchar con fortaleza y perseverancia contra toda detracción.
Razones como estas, son las que una vez más explican el olvido (léase rechazo) en que la crítica tuvo a PIEL DE SERPIENTE. ¡Y claro! Es un filme que deja el corazón herido, despierta sentimientos de repugnancia contra el radicalismo de ciertos sectores de la sociedad, y demuestra que la especie masculina no juega limpio con las féminas, a las cuales abusa y maltrata sin que se vislumbre siquiera una fecha de significativa reducción de tan asidua infamia.
Marlon Brando y Anna Magnani, tras sus respectivos éxitos en Un tranvía llamado deseo y en La Rosa tatuada, vuelven a ser considerados por sugerencia de Williams, para protagonizar con ímpetu y consagración, un drama difícil de olvidar porque hace memoria de uno de los más largos y atroces períodos históricos por los que haya pasado la sociedad norteamericana.
Título para Latinoamérica: EL HOMBRE EN LA PIEL DE VÍBORA