Pérdida de la sensación
Sinopsis de la película
Un joven ingeniero inventa a unos inagotables robots gigantes para reemplazar a la frágil humanidad en los trabajos de alto volumen en inacabables líneas de montaje, y pronto descubre que su invención llama poderosamente la atención de la industria militar.
Detalles de la película
- Titulo Original: Gibel sensatsii
- Año: 1935
- Duración: 85
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Opinión de la crítica
Película
6.1
37 valoraciones en total
Uno de varios hermanos, con el esfuerzo común, se titula de ingeniero. Lo que podría entenderse como su tesis de grado es la creación de un robot para aliviar el trabajo en la fábrica donde está su hermano. Pero el invento termina creando problemas puesto que desplaza obreros, divide al sindicato y el primer comprador masivo del invento es el ministerio de guerra, para enfrentar a los huelguistas.
Interesante obra de ciencia ficción, cuyo inesperado desenlace se puede ver como toda una guía de acción de la clase obrera hoy, en particular cuando se empieza a volver problema insoslayable el creciente número de obreros desplazados por las máquinas pero sin posibilidades de que las nuevas empresas, que fabrican robots, sean capaces de absorberlos a todos.
Buen ejemplo del cine de los años 1930 en cuanto a innovadoras técnicas de manejo del Séptimo Arte.
Magistral obra del cine soviético de ciencia ficción!. La lucha de clases mostrada con excepcional ingenio cinematográfico , el dificil acto de descifrar la complejidad de las relaciones de producción, con todo el aparato de dominación que sostiene la desigualdad y la injusticia laboral y social, no se desentienden de una articulación narrativa clara que no pierde el deleite artístico como uno de los objetivos centrales del film. La travesía del metraje tampoco pierde de vista formas de control psíquico y moldes culturales programados para cercenar la conciencia de clase, así, se ofrece a la vista del espectador formas presentes en el capitalismo para garantizar la neutralización de la clase obrera seduciendo a los sujetos en lucha con dádivas de poder, reconocimiento y ascenso social o con las cumbres del éxito científico-técnico e intelectual. El arribismo, la lumperburguesía, la traición incluso a los seres amados del protagonista, tal como sus borracheras de poder, y remordimientos y pugnas morales interiores terminan por derruír su singularidad, la que termina aplastada no tando por su invención genial, sino por las cadenas de alienación que produce su venta a los poderosos. Con no menos acierto, esta ficción revela verdades del gran capital que de observarse en la actualidad contribuirían a un mejor entendimiento de las dinámicas de las crisis sucesivas del capitalismo: la industria militar nunca ha entrado en crisis . La industria de la guerra y de la muerte es el sostén que asegura la dominancia eficaz del modo de producción. La supresión de la clase obrera, el racismo, el aprovechamiento político de las migraciones, la ciencia al servicio de la destrucción , la maquinización de los afectos , la coptación de ánimos rebeldes y absorción y explotación de la inteligencia, la clase media intelectual al servicio de la misma bajo pretextos diseñados para inflar de falacias políticas la burbuja ideológica que atrapa a aquellos denominados neutrales , como la teoría de la conciliación de clases de nuestro protagonista, el acomodamiento subjetivo al sistema ( y aquí vemos la magnitud inhumana de semejante significante, el cual no sólo es un cliché de izquierdistas), en suma, todo lo anterior, articulado con tanto tacto como audacia en la película de los RUR, de la robótica del capitalismo, delimita las formas descarnadas del fascismo mismo. Sin prescindir de un montaje excelso, pese a la escasez de medios técnicos, el director Aleksandr Andriyevsky , con la agudeza de su lúcido y a la vez excéntrico estilo artístico, logra posicionar su carácter visionario como un acontecimiento histórico de especial vigencia en tiempos neoliberales postmodernizados . A la realidad hay que imaginarla para poder actuar sobre ella, y el acto imaginativo materializado en esta obra de arte, que obra a su vez como documento político exento de las obligaciones institucionales de propaganda, es revolucionario per sé. Muchos detalles se escapan a la vista de quien esto escribe, en parte porque es una película que invita seriamente a pensar, a volver a la dialéctica, de tal forma que en cada corte de esta cinta con ritmo frenético algunas veces, con atinadas pausas para la reflexión en otras secuencias, obra quizás como un intermezzo para el acto sentipensante . Volveré a verla quién sabe cuántas veces, porque alienta a seguir comprendiendo la automatización de la sociedad y cultura que ha venido cayendo en fosas de masas humanoides. Por último, y como llano divertimento, comento que no puedo dejar atrás un monto de asombro por alguna casualidad lingüística: el director lleva como apellido una raíz que define al hombre: Andri-yevsky, la coincidencia se presenta en la contradicción de su obra: una maestra película sobre la robotización del sistema: buena oposición, el hombre contra la maquinaria del gran capital, contra la gran máquina de aplastamiento obrero, social y cultural que es el fascismo. Perdida de Sensación: cinta de ciencia-ficción-realidad revolucionaria en forma, trama y sustancia!
Podría merecer la pena por la parodia surrealista que nos intenta ofrecer del mundo capitalista occidental. Pero su falta de inteligencia y su exceso de torpeza la matan. Con situaciones y actuaciones muy forzadas no deja de repetirnos un mensaje marxista muy superficial, llegando a rozar la caricatura, y predecible sin intentar profundizar en nada más. Han pasado muy mal los años para esta obra pareciendo mucho más arcaica que el resto de las películas de su época. Recomendable sólo para aquellos que quieren verlo todo de la ciencia ficción, incluyendo los despropósitos.