Peligros de juventud
Sinopsis de la película
El mecánico de coches Dan Brady (Mickey Rooney) no tiene dinero suficiente para una cita de altura con la camarera Vera (Jeanne Cagney), cuyo mayor deseo es tener un abrigo de visón. Así que decide pedir prestados 20 dólares a su jefe. A partir de ese momento, sólo conseguirá complicarse cada vez más la vida.
Detalles de la película
- Titulo Original: Quicksand aka
- Año: 1950
- Duración: 79
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Opinión de la crítica
Película
6
96 valoraciones en total
No le pueden ir peor las cosas a un muchacho que se sale un día un poco de lo cotidiano. Claro que el protagonista, tal vez por exigencias del guión o tal vez por la forma de pensar y de actuar en aquellos tiempos, parece que tiene pocas luces.
Tratar de arreglar algo le supone ir estropeándolo más. Tenemos a un jefe del negocio artero y sinvergüenza, a una rubia ambiciosa también con menos luces que un barco de contrabando, a una casera opresiva, cotilla como ninguna… La policía como te menees se pone a disparar a diestro y siniestro ¿Dónde va ese pobre muchacho?
El film tiene buen ritmo, los personajes están bien dibujados, es entretenida y en momentos hasta te ríes asombrado de la pesadilla que vive el pobre chaval.
Resulta bastante descorazonador que el ocasionalmente talentoso Irving Pichel -actor, productor y director, víctima de la caza de brujas del senador Joseph McArthy- se viera obligado a rodar esta indigna y a ratos sonrojante película basada en un guión simple como una señal de tráfico que nos presenta, para nuestro pasmo y, a veces, horror, las andanzas de un auténtico metepatas de campeonato quien, tras invitar a una arpía a tomar una copa, acaba por meterse en una inacabable ristra de líos y delitos con la misma facilidad con la que uno se zampa una bolsa de palomitas, lo que pondrá a prueba cualquier viso de cordura y verosimilitud y, de paso, nos arrojará ineludiblemente en los brazos del bostezo más atroz. A pesar de los esfuerzos más que dignos de Mickey Rooney -que parecía querer abandonar sus papeles de jovenzuelo un poco tontorrón- por engancharnos en la trama de este moderno Cándido volteriano o el tan manido papel de Peter Lorre mil veces interpretado poor el actor alemán, las interpretaciones no pasan de la medianía en una película sin gracia, inteligencia ni el menor interés. Rememoremos pues, con mayor afecto, otras obras más encomiables de Pichel y que merecerán un buen repaso por parte del honrado y piadoso espectador y así, a bote pronto, citaremos Hudson’s bay (1941), And now tomorrow (1944) o Tomorrow is forever (1946)