Pasolini, un delito italiano
Sinopsis de la película
La película se centra en la investigación y circunstancias que rodearon el brutal asesinato del cineasta, poeta, escritor e intelectual Pier Paolo Pasolini. Entre las causas del homicidio se barajaron no sólo la condición de homosexual del director, sino también el hecho de que éste, reconocido comunista, fuera muy crítico con algunos políticos italianos de la época. La historia comienza con la detención del Pelosi , un joven chapero de 17 años al que se acusa del asesinato del cineasta. Toda la investigación sobre el crimen se centra en la pregunta: ¿Pudo el Pelosi matar a Pasolini solo?
Detalles de la película
- Titulo Original: Pasolini, un delitto italiano
- Año: 1995
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
7
58 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Adriana Asti
- Andrea Occhipinti
- Antonello Fassari
- Antonio Petrocelli
- Biagio Pelligra
- Carlo DeFilippi
- Claudio Amendola
- Claudio Bigagli
- Ennio Coltorti
- Enzo Marcelli
- Francesco Siciliano
- Giulio Scarpati
- Ivano Marescotti
- Krum De Nicola
- Massimo De Francovich
- Nicoletta Braschi
- Rosa Pianeta
- Toni Bertorelli
- Umberto Orsini
- Victor Cavallo
Hay algo que se respira desde el primer minuto en este excelente docu-drama: Inteligencia. No sólo por la figura que trata, sino por la forma de desarrollar la historia y de dejar las conclusiones al espectador, es decir, suponer que este también es inteligente. Algo que siempre se agradece y que resulta una constante en este fabuloso director que es Giordana.
La ópera prima del director gira entorno a uno de sus referentes, un personaje imprescindible para comprender la historia de Italia de los últimos 50 años. Nacido en Bolonia, ciudad predominantemente comunista y cuna de grandes médicos (Malpighi, Morgagni, Galvani), Pasolini diseccionó con tremenda lucidez los males que hoy nos gobiernan: el consumismo desaforado, la manipulación mediática y censora de la TV, la corrupción y el chantaje de los gobernantes… Fue un intelectual comprometido con sus ideas marxistas pero no por ello dejó de criticar al PCI o de elogiar a políticos de otros partidos como Aldo Moro.
Amante de los excesos, su obra está sin embargo plagada de una melancólica poesía, como un grito de socorro hacia un país moribundo, algo que se aprecia en películas como Accattone. Sus Escritos Corsarios (Ed. del Oriente y Mediterráneo. 2009) poseen paralelismos con las relaciones que establece Roberto Saviano entre mafia y esferas de poder en Gomorra. También Saviano tiene una diana sobre su cabeza.
La película gira entorno a la reconstrucción de los hechos del asesinato y pone de relieve las incongruencias y la manipulación interesada de las pruebas para ocultar los verdaderos motivos por los que fue asesinado Pasolini: revelar los trapos sucios del poder.
Ya lo dijo Rousseau: La inteligencia es peligrosa porque mina la veneración, la ciencia es destructora porque elimina la fe, la razón, mala porque opone la prudencia a la intuición moral. Tantos intereses creados no pueden permitirse la existencia de una voz que los descubra.
Una obra excepcional para acercarse a uno de los últimos hombres renacentistas.
Personajes como Pier Paolo Pasolini son de los que nacen dos o tres cada siglo. Escritor, poeta, articulista, cineasta, intelectual. Pero también comunista, subversivo, homosexual y amante de lo prohibido y de lo excéntrico. Vivió en una Italia, en un mundo, donde sus ideas y propósitos eran vistos con recelo, mucho recelo. Sobre todo cuando comenzó a señalar políticos importantes, juzgándolos y condenándolos desde su columna del Corriere. Desde aquel mismo momento Pasolini puso una diana sobre su cabeza: democristianos, mafiosos, conservadores, fascistas…todos veían en el boloñés un elemento molesto, que incordiaba. Si a esto sumamos lo barato que estaba en ese país eliminar a gente, por muy importante que fuera, al final ocurrió lo que tenía que ocurrir: un asesinato en circunstancias aún todavía confusas y que con el paso de los años se ha convertido en otro capítulo negro más en la historia italiana.
Y así, y muy al estilo Stone, Giordana comienza su andadura en el cine con la revisión de este crimen, los motivos que lo rodearon y las posteriores e inútiles investigaciones que lo prosiguieron. Partiendo de la negación de la versión oficial, poco creíble a todas luces, ya saben, la historia del asesino loco y solitario que actúa sin ayuda ninguna (¡ay! pobre Oswald), el film se desarrolla apoyándose en la exposición clara y concisa de los hechos sin ir más allá ni buscar nombres propios o confabulaciones judeomasónicas. Mediante una excelente narración Giordana cuenta de una manera honesta y alejada de manipulaciones el fin de un hombre que ha influido de manera decisiva en su posterior filmografía. También, a modo de homenaje, las reflexiones de Pasolini aparecen continuamente para retratar a un tipo que iba más allá de lo humanamente normal, en todos los aspectos. Con un título acertadísimo, de los más que recuerdo, esta película se hará imprescindible para todos aquellos que quieran conocer no solo como fue el final de Pasolini sino como fueron los comienzos de Giordana, un cineasta que no desmerece en absoluto a sus referentes del pasado.
La inteligencia nunca tendrá peso, nunca, para el juicio de esta opinión pública. Ni siquiera sobre la sangre de los campos de concentración, obtendrás de una de las millones de almas de nuestra nación un juicio limpio, rebosante de indignación. Toda idea es irreal e irreal toda pasión, para este pueblo separado durante siglos, cuya leve sabiduría le sirve para vivir, pero que nunca le ha liberado. Mostrar mi rostro y mi fragilidad, o alzar mi única y pueril voz, ya no tiene sentido. La cobardía nos ha acostumbrado a ver morir a los otros del modo más atroz, con una extraña indiferencia. Me muero y eso también y eso hace daño P.P.P.