Paraísos artificiales (C)
Sinopsis de la película
Pablo ha consumido distintos tipos de drogas a lo largo de su vida. Desde el pegamento y los porros del comienzo, hasta la heroína. Sus placenteras emociones contrastan con los efectos fisiológicos que sufre.
Detalles de la película
- Titulo Original: Paraísos artificiales (S)
- Año: 1997
- Duración: 17
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Opinión de la crítica
Película
6.2
99 valoraciones en total
Interesante corto de Achero Mañas que cuenta las distintas experiencias de Pablo con las drogas a lo largo de su vida. Empezando por el pegamento, la marihuana, el LSD y finalmente con la heroína, lo que él denomina sus paraísos.
Muy acertada la forma de mostrar los efectos de la droga de una forma realista y cercana, sin payasadas, incluso bastante divertida en el caso de la maria, ¿Quién no se ha fumado un buen cañón con los colegas y se ha hartado a reír? En la parte de los ácidos también se lo han currado, la música encaja como un guante con la cara y los movimientos de Pablo….¡yo creo que iba puesto de verdad!, olvidemos la parte de la paja, ahí se les va un poco la hoya.
Por otro lado, el corto esta subvencionado por el ministerio de cultura y por eso, tal vez, antes de mostrar cada uno de los paraísos nos aparece una lista de los efectos perjudiciales de cada sustancia, cosa que personalmente me molesto bastante ya que no aporta nada al concepto del corto y da la impresión de estar asistiendo a un sermón panfletario.
Tampoco me acabo de gustar la pretenciosidad, la transcendencia que se pretende dar al corto ¿era necesario mostrar las caras de pasmados de los viejos junto a la piscina una y otra vez? Yo creo que no, una verdadera cagada para darle una buena colleja a Mañas. No menos pretencioso es ese final a lo Jesucristo García, pero en esta ocasión no acaba de quedar mal del todo.
Lo que más me ha gustado es la forma de describir la personalidad de una chaval que no tiene problemas sociales ni de identidad de ningún tipo, no es el tipo de persona que se droga porque no sabe hacer otra cosa, simplemente le gusta la droga y no tiene ningún miedo a la muerte, no necesita ayuda ni consejos, él ha nacido para vivir en paraísos artificiales, él es feliz drogándose y terminará sus dias drogándose, lo tiene asumido, es lo más cercano a la felicidad que ha podido encontrar. Una filosofía de vida de autodestrucción oscura y extraña, pero respetable.
Me gustaba el olor del pegamento cuando se metía por mi nariz,
el sabor y la pasividad del jachis,
las imágenes y los estados del LSD,
y la paz soñadora de la heroína
….antes de palmarla me gustaría sentir la aguja penetrando mi vena.
Nos viene a decir el bueno de Achero Mañas que las drogas no son las culpables sino que son los efectos los que enganchan a la gente. Aquí, a Pablo, lo que le gusta es estar mareado, colocado, fuera de lugar. Lo experimentó desde niño y lo fue consiguiendo a medida que se fue haciendo mayor.
Eso si, para que no te sientas culpable mientras compadeces al protagonista, el director te va poniendo, uno a uno, todos los efectos secundarios de cada una de las drogas. Por si te da por experimentarlo, él ya te ha avisado de antemano.
Sobra.
Como sobran las imágenes de unos ancianos que no inciden en la historia y como incide ese final en el que el tipo se siente crucificado por la sociedad cuando realmente ha sido él mismo quien quiso clavar su cruz desde el primer momento.