Padre nuestro (Sangre de mi sangre)
Sinopsis de la película
Huyendo de un pasado criminal, Juan, un chico mexicano, decide meterse en un camión que transporta inmigrantes ilegales de México hasta Brooklyn, Nueva York, donde conoce a Pedro, que está buscando a su acaudalado padre.
Detalles de la película
- Titulo Original: Padre nuestro (Sangre de mi sangre)
- Año: 2007
- Duración: 105
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes descargar una copia la película en formato HD y 4K. A continuación te mostramos un listado de fuentes de descarga directa disponibles:
Opinión de la crítica
Película
6.7
69 valoraciones en total
Viernes 29 de febrero, 7:00 pm. Cinemex Plaza Insurgentes. Sangre de mi sangre cuenta la historia de dos inmigrantes mexicanos a los Estados Unidos, haciéndolo con diferentes mensajes que se emiten minuto a minuto a lo largo de su duración. En efecto se marca trata de las relaciones en la familia y la ambigüedad moral como lo marcan en la sinopsis, pero también aborda asertivamente la situación del hispano en el vecino país y el desenvolvimiento que tiene en lugares habitados por hispanos. Como es sabido la discriminación racial es el primer problema a enfrentar del inmigrante, lo terrible es afrontarla contra nativos, compatriotas y otros hispanoamericanos presentes en el lugar, dispuestos a sacar ventaja de los desfavorecidos.
Sangre de mi sangre es la confrontación del citadino contra el provinciano, el primero de mente ágil y falto de escrúpulos, mientras que el segundo es en exceso confiado e ingenuo y con desventajas para una mejor oportunidad, donde el español no es importante y si los cincuenta dólares para pasar el día. Esa es la yuxtaposición que hace el director de dos chavos ilegales mexicanos, con diferente ideología y que son presas de su ignorancia.
En el norte se suele estereotipar al mexicano como ignorante y conformista, ya que precisamente la gente menos preparada emigra del campo nacional para ir a desempeñar el trabajo más duro en Estados Unidos, con la visión de ganar dólares y supuestamente tener un mejor nivel de vida. Sin embargo esta es una película que toma la realidad y señala el hecho de que se puede ganar bien, pero no implica el poder vivir con lujos o comodidad, muy presentes en el llamado sueño americano, un país con mucho trabajo, pero sin la seguridad necesaria que respalde a quienes llevan a cabo la labor, donde caminar libremente por la calle no garantiza la estancia en dicho lugar, donde los fines de semana la distracción sea en un bar, se converse de situaciones sexuales, triviales y soeces o incluso donde para bailar con alguien se deba pagar, donde el crecimiento intelectual se vuelve escaso o nulo.
Pero en Sangre de mi sangre no solo hace una crítica del mexicano foráneo, también retoma la solidaridad que nos caracteriza y como las relaciones filiales pueden cambiar decisiones que parecieran inamovibles.
Buena opera prima de Christopher Zalla, filme que intriga a los pocos minutos y que mantiene alerta, ante el robo de una identidad y donde todo parece ser más difícil de lo que ya es.
La intervención de todos los actores es muy apegada a lo requerido, pero me hubiese gustado ver caras nuevas, Ochoa y Hernández son repetitivos y están cayendo en el estereotipo de personajes con lenguaje soez y marginados.
Desde el Festival de Cine de San Sebastián 2007:
Se ha hecho esperar, pero ha llegado. La gran película entre las participantes este año ha esperado hasta el último día para aparecer, como muchas veces sucede. Pero para alivio de los que pensábamos que pudiera no llegar, aquí está por fin. Se titula Padre nuestro, (no es una traducción, es así en el original), y nos cuenta muy bien una historia muy concreta sobre dos jóvenes emigrantes mexicanos en Brooklyn, el famoso barrio neoyorkino en el que uno busca a su padre y el otro se hace pasar por su compañero.
A su estupenda narración y escritura, hay que añadir una muy buena dirección de actores por parte de su autor, Christopher Zalla, que ha afirmado en rueda de prensa que hay algo de esos dos jóvenes y la relación con el padre, salvando los ambientes y circunstancias, en él y su propio progenitor.
No se puede saber qué le habrá parecido al jurado, pero Padre nuestro es la mejor película de las presentadas a concurso y debería figurar en lo más alto del palmarés oficial. Pero uno ya está muy escarmentado de los fallos (significativa expresión, jejeje) de los jurados festivaleros. El presidente del jurado, eso sí, conoce muy bien esa zona…
Película que refleja sin artificios la odisea a la que se enfrentan los inmigrantes al llegar a un país extraño donde todo resulta hostil, donde no existe un verdadero apoyo, no interesado, que ayude a sobreponerse del trauma que genera el perder todo que lo atrás has dejado o te han obligado a abandonar.
Película que habla sobre la necesidad, sobre la crueldad que supone sobrevivir en un entorno nada hospitalario, de la penuria que han de padecer los que nada tienen, de la adversidad que todo aquel que abandone su hogar ha de enfrentarse.
Con todo, el mensaje más claro que de este film se puede barruntar, es la posibilidad de sobrevivir a pesar de tener en contra el ruin destino, la posibilidad de salir casi incólume de la pesadumbre de un futuro oscuro.
Película realista donde las haya, no escatima esfuerzos a la hora de retratar las míseras condiciones de unas personas que huyen de la desesperanza, viéndose obligados a mentir, timar, robar o incluso matar, si ello fuera necesario, y les reportara una mínima expectativa del futuro que se les ha negado por el único pecado de haber nacido en un lugar de el que dios no se ha acordado.
Película recomendable para todo aquel que considere que el fin justifica los medios, para todo aquel que crea en un mundo darwiniano en la que la única ley imperante es la del más fuerte, para todo aquel que estime que el mundo es propicio para el más ladino, para todo aquel que reconozca que la virtud resida en la capacidad de adapatarse en un ambiente hostil, articulando para ello un film desbordante de personas acostumbradas a la estólida supervivencia, acomodadas en un mundo viciado en el que el débil se ve abocado a la más humillante de las derrotas.
Anda que últimamente estoy de un generoso puntuando… porque esta peli está bien, si entiendes lo que dicen, claro, pues en mi caso los sonidos que llegaban a mi cerebro, con el volumen a tope, eran como susurros:
– sdmsd dsmoer fed fed vila güei
– mija mijasfe no mames sibíllclnima baya
– ¡pendejo!
Y si están en el metro o en la calle, ni se les oye. Así que no me creo que la película sea norteamericana. Y si lo es, se hizo con menos presupuesto que una de serie Z.
Me ha parecido interesante tal vez porque las conversaciones me las inventaba yo a mi gusto, como cuando ves el telediario en el canal marroquí, que mola mazo, y te hipnotiza. Shaharama.. hazza ambalaza , ahora están hablando del partido de la selección, le comento a mi parienta.
Y nada, que hay un hijoputa y un hijo de puta. El segundo es el bueno. También hay una semi homeless, semi chiricagua, semi yonky, puta entera, muy poco creible, la verdad, o muy mala actriz, que todo puede ser, y un señor mayor que es sin duda lo mejor de la peli. Luego mucha denuncia social, mucho callejón sucio, mucho panchito y poco más. De cine, poco. Como historia, un poco vista ya. Como entretenimiento, ni fu ni fa. Para reflexionar sobre la emigración, pues tampoco es gran cosa. Por lo menos no cae en el recurso facilón de humillar el racismo, que merece el castigo, por supuesto, y haberlo, haylo, allá y acá, desde luego, pero mucho más hipócrita y escondido (y por tanto más peligroso) que lo que suele mostrar el cine. Sirva como ejemplo, y de paso como denuncia, el que subyace en esta crítica, por si usted no se hubiere percatado.
La miseria del submundo del emigrante en Nueva York: el desafío de mostrar la dureza de la supervivencia sin paliativos, con una iluminación muy peculiar, no exactamente tenebrosa, sino más bien de un realismo poético perfectamente ensamblado con el todo, el guión, la realización, la música, el vestuaro y las impresionantes interpretaciones: los tres protagonistas y la chica secundaria dignos de los mayores premios de interpretación.
Creí que se trataba de un thriller entre hispanos y me encontré con un sólido melodrama policiaco que, como cualquier obra realmente buena, crece a buen rimo, con suspense notable y una cierta amargura al constatar que a la hora de sobrevivir no hay paños calientes ni templanza de gaitas, aunque en determinado momento a alguno todo se le desbarranque por el viejo afán humano de dar para recibir amor.
Muy grata sorpresa. Una excelente historia sobre emigrantes mexicanos en USA, sin piedad, implacable en la mirada sobre unos y otros y no le tiembla el pulso para mostrar a un imperio harto miserable, ruinoso, repugnante. Realizado por un debutante rubio nacido en un pueblo de un país africano. Más merito tiene la cosa.
Jesús Ochoa es un primerísimo actor en México, de cine y teatro. Yo lo he visto pocas veces y siempre me ha gustado mucho. Esta es la primera vez que le encuentro haciendo un papel protagónico: de Oscar. Los muchachos Hernández y Espíndola, dos trabajos escalofriantes en sus extremos de criminalidad e inocencia. Paola Mendoza te desarma con cuatro miradas. Todos tienen ocasiones para expresar emociones sin palabras.
La película empieza muy arriba, mostrando unas piernas huyendo y acaba mostrando un cuerpo escapando. El recorrido intriga y emociona hasta el estallido de un gran final que te deja dolido y pensando: en pocos minutos se logra una resolución dramática lograda con mucho talento, en pocos minutos se nos entrega un final orgánico con la historia pero tremendamente fuerte. Emocionalmente fuerte debido a que se prefiere ocultar la violencia expresa: todo un hallazgo en el cine actual, a menudo exageradamente evidente.
La película tiene muchas escenas de muy buenas a excelentes, pero de elegir una, la secuencia del bar, esa reunión alegre de hombres que beben a la salida del trabajo y uno de ellos observa la capacidad de simpatía y seducción de un joven… familiar. Es una obra maestra.