Pablo, el apóstol de Cristo
Sinopsis de la película
Esta es la historia de dos hombres. Lucas, quien, como amigo y médico, arriesga su vida al entrar a Roma para visitar a Pablo, que está preso en la celda más oscura y sombría de la prisión del Emperador Nerón, decidido a terminar con los cristianos. Antes de que se promulgue la sentencia de muerte de Pablo, Lucas decide escribir otro libro, uno que detalla los comienzos de El Camino y el nacimiento de lo que se conocerá después como la iglesia. Atado en cadenas, la lucha de Pablo es interna. Ha sobrevivido lo inimaginable: flagelaciones, naufragios, hambre, lapidación, sed y frío, pero mientras espera su cita con la muerte, es perseguido por las sombras de sus acciones del pasado. Solo en la oscuridad, se pregunta si es el fin de su labor… y si tiene la fuerza para terminar la carrera. Dos hombres luchan contra un Emperador obsesionado y la debilidad del espíritu humano para vivir el Evangelio de Jesucristo y difundir su mensaje al mundo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Paul, Apostle of Christ
- Año: 2018
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
5.8
48 valoraciones en total
La película es estéticamente notable y los personajes con una muy buena interpretación y adaptación del texto bíblico.
Esta es la típica película que despierta la animadversión de cierto sector de la sociedad progre y burgués muy común entre los cinéfilos.
Las críticas de los críticos oficiales de los panfletos periodísticos hablan de maniqueismo por presentar a los romanos como malvados imperialistas, pero deberían tener en cuenta que en estas películas hay un rigor que se basa en los textos en los que están basadas, en este caso la Bíblia y los Evangelios, pero no, hay que sacar pegas y prejuicios . Esta gente nunca hablará del maniqueísmo panfletario de las películas sobre la Segunda Guerra Mundial o sobre propaganda rebozada con aspecto de cine.
Pablo, el apóstol de Cristo tiene muchos y variados defectos y limitaciones, y seguramente podrían añadirse aún más a los que yo sea capaz de desgranar en esta breve reseña (argumento simple y previsible, guión reiterativo y poco original, pobreza de medios o de imaginación, sensación de dejá vu, falta de ritmo, …). Desde luego, no es ni mucho menos la mejor película que uno se podía imaginar sobre Saulo de Tarso.
Es verdad que puede decirse que pocas películas de contenido cristiano alcanzan la excelencia -como arte cinematográfico-, sin traicionar la esencia del mensaje religioso (sólo recuerdo ahora a Thérèse de Alain Cavalier, y La Pasión de Mel Gibson), quizá eso demuestre lo difícil que resulta conciliar con un mínimo de dignidad ambas cosas.
Se comprende que los más críticos aprecien en esta película exceso de sentimentalismo (si bien, en otras no religiosas eso -el sentimiento- no se suele tomar tan a pecho) y maniqueísmo, realmente tales atributos recuerdan muy mucho al cine religioso del Hollywood de los 50 y 60, con lo cual se ve que por parte del director A. Hyatt se sigue bastante aquella escuela (sin ir más lejos, Ben-Hur- aunque para muchos, no para mí, ésta sea una película más de aventuras que religiosa, y en gran parte ahí radicó su éxito-).
Abreviando: Que Pablo, … presenta bastantes, muchas, sombras. Lo que no quiere decir que no proyecte alguna luz. Ocurre que, aunque oscurecida por la torpeza humana, al menos esa Luz, que es realmente lo más válido y auténtico, a mi parecer se consigue mostrar en algunos momentos en los ojos y palabras de los protagonistas, sobre todo, en las escenas en la celda, y se vislumbra igualmente -como esperanza- en las escenas casi finales. Sólo por apreciar y disfrutar de un reflejo de esa luz, ya pienso que no perdí la tarde yendo al cine.
Andrew Hyatt ya dirigió en 2015 Llena de gracia ( Full of Grace ), película centrada en los últimos días de María, la madre de Jesús y del apóstol Pedro, en la que se efectuaba un discurso teológico sobre los orígenes del cristianismo y el rumbo que debía llevar el mensaje apostólico y su difusión.
En Pablo, el apóstol de Cristo nos ofrece un tratamiento similar, pero desde la perspectiva de Pablo, el llamado constructor del cristianismo y principal difusor de la nueva fe y de su apertura a toda la humanidad.
La narración se centra en los últimos días de Pablo en la prisión mamertina de Roma, en la que al final sería ejecutado y nos cuenta como transmite su legado a su discípulo Lucas, que acabaría redactando uno de los cuatro evangelios canónicos.
Lucas está solemne y convincentemente encarnado por Jim Caviezel, que interpretó a Jesucristo en la sangrienta La pasión de Cristo de Mel Gibson en 2005.
El film que es posible que no resulte fácil para públicos desconocedores del mensaje mesiánico está repleto de conceptos teológicos expuestos con sencillez y que resumen el aspecto más esencial de la teología cristiana, la necesidad de entender la vida como un acto de amor.
Vibrante obra de Andrew Hyatt, escrita, dirigida y producida por él, que pretende arrojar luz acerca de la escritura del Libro de los Hechos de los Apóstoles por parte del evangelista Lucas acerca de la vida de Pablo, el hombre que abandera el último rescoldo de la fe cristiana en una Roma devastada por la continua persecución a que el tirano Nerón somete a los cristianos.
El reparto es excelente, comenzando por un Jim Caviezel que pone en este personaje toda la pasión y fe que siente abiertamente en su vida real y pública, y James Faulkner, quien deja de lado un tiempo los personajes más sombríos para hacerse cargo de dar la vida a Pablo, que desde su celda nos ofrece todo un mundo contando su vida lleno de miedo, errores, torturas, guerras, dolor, muerte y redención.
En dos horas no solo Hyatt consigue sumergirnos en este casi desconocido mundo de los cristianos de la terrible época neroriana, y de los últimos bastiones de una fe que iba in crescendo, sino que también vemos una historia en el más puro estilo inspirador para estos días de Pascua.
Olivier Martinez es aquel que porta la historia verdaderamente humana, en medio de tantos recuerdos lejanos. La historia con su hija es lo que imprime más valor humano a la película, incluso más que los recuerdos y los en ocasiones largos discursos de Pablo.
Quien soporta todo el peso de la cinta es Jim Caviezel, quien como pez en el agua en su género favorito nos libra del aburrimiento y nos hace reflexionar sobre el mundo de la fe más que con una de sus largas charlas religiosas, con su trabajo una vez más.
La cinta nos muestra todos los tipos de fe y de pérdida de ella que pueden existir de la mano de distintios personajes, que aunque fugaces, hacen un gran trabajo.
Es mucho mejor que María Magdalena todavía.
Terminando de ver Paul, Apostle of Christ (2018) de Andrew Hyatt con Jim Caviezel, James Faulkner, Olivier Martínez, Joanne Whalley-Kilmer, John Lynch, Antonia Campbell-Hughes, entre otros. Drama sobre los últimos días del Apóstol Pablo, una de las personalidades señeras del cristianismo primitivo, quien fuera conocido como un implacable perseguidor de cristianos, antes de su conversión al cristianismo, al tiempo que El Prefecto sigue las directrices del Imperio, y Lucas, el evangelista, a raíz de sus entrevistas en la prisión con Pablo, escribe Los Hechos de Los Apóstoles. El director hace una producción moderna del llamado cine religioso, dirigido obviamente a los creyentes cristianos, y a todo aquel que curiosamente se acerque, y con suerte, provoque un cambio de mentalidad, que a ninguno defraudará, primero porque es un drama de actores, con gran ambientación y fluidez, sin grandes efectos visuales ni escenarios, donde el diálogo, la actuación y las situaciones, por muy conocidas que sean, son edificantes y valiosas, y de esa manera se puede decir que la película da una lección moral simple y redundante, sin sentimentalismos, que no es necesariamente religiosa, y ese es el punto más fuerte de la propuesta, donde los temas principales son EL AMOR, EL PERDÓN y LA REDENCIÓN, conceptos que hoy se necesitan desesperadamente. Y por ello se nos muestra una Roma violenta, cruel y sangrienta, que continuó en La Historia reciente como el Nazismo, o en el peor de los casos, AHORA en nuestra familia, y en el propio vecindario. Con todo, para causar dramatismo e impacto, solo facturo las escenas de alta crueldad como la quema de cristianos como antorchas humanas en las calles, o el asesinato de niños… Es un filme en que cada diálogo debe ser GRITADO, de acatamiento OBLIGATORIO, pues los actores, todos en un gran nivel, especialmente el trío Caviezel, Martínez, y sobre todo Faulkner, grandioso, miran a la cámara en señal de reclamo, que nos hemos apartado de lo más básico, y todos debemos MEJORAR porque donde el pecado prevalece, la gracia abunda más
RECOMENDADA.
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas
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