Otoño tardío (Fin de otoño)
Sinopsis de la película
Tras la muerte de Miwa, sus mejores amigos deciden hacerse cargo del futuro de su viuda Akiko y de su hija Ayako. Todos creen que la mejor solución es casar a la joven, pero ésta rechaza uno tras otro a todos los candidatos que le presentan, así que deciden casar primero a la viuda.
Detalles de la película
- Titulo Original: Akibiyori aka
- Año: 1960
- Duración: 130
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Opinión de la crítica
Película
7.7
39 valoraciones en total
Siete años antes, en sus cuentos de Tokio, Ozu nos muestra una sociedad japonesa cambiante donde los roles se van modificando y que dan paso a situaciones no conocidas previamente por la sociedad nipona. Siete años después, muchas cosas han cambiado en el Tokio del director pero otras como la fidelidad a un estilo de vida que desaparece, permanecen en el objetivo del maestro. Una vez más los juegos familiares y la fuerza del grupo para dar sentido y cohesión a una sociedad que aún recuerda la guerra como algo cercano.
Ozu vuelve a indagar en las relaciones humanas con sencillez y lirismo. En este caso, la relación principal es la de madre – hija y gira alrededor de la resistencia de la hija a casarse para evitar la soledad de su madre.
Se trata de una buena película que disfruta de las características definitorias del maestro japonés: hondura, cotidianeidad, dosis sutiles de humor y ese encanto especial que tiene su cine, todo ello con sus habituales planos fijos. El único problema en mi opinión es que tiene demasiados puntos en común con Primavera tardía , realizada diez años antes.
Aquella, era tan perfecta a su modo que hace todas las comparaciones odiosas y eso que en Otoño tardío encontramos novedades como los personajes de los tres amigos celestinos y no faltan los aciertos, pero el dúo formado por Setsuko Hara (que hacía de hija) y Chishu Ryu (el padre) en Primavera tardía es insuperable.
Otoño Tardío es un filme que nos muestra la relación de madre e hija. La hija está en edad de casarse, y uno de los amigos del difunto padre está decidido a encontrarle un pretendiente. Una vez más Ozu analiza las brechas generaciones del Japón, con el matrimonio como tópico. Este filme tiene ciertos paralelismos con otro filme de Ozu: Primavera Tardía. Mientras que Primavera Tardía se nos muestra la perspectiva masculina, en este se nos muestra la femenina. Está narrada de manera directa, en donde cada detalle importa. Ozu fue un maestro de los detalles. Un filme de gran hermosura que hay contemplar. Setsuko Hara ilumina la pantalla con su sonrisa y expresiva marida. Filme destacado dentro de la filmografía de este director.
Ozu vuelve a hablar del matrimonio, mejor dicho de la negativa al matrimonio. En cada ocasión Ozu añade algo, algo que hace de cada película un estudio sobre las anteriores, unas ligeras variaciones que mejoran o amplifican su obra. En Otoño tardío ese cambio es la muerte de la figura paterna, el grandísimo Chisu Ryu, ahora la hija busca huir del matrimonio para no dejar sola a su madre.
Eso le da un gran interés a esta película, ya que la figura que ahora cobra importancia no es la del padre cómo venía siendo habitual, sino la de la madre (Setsuko Hara).
Visualmente la película es impresionante, en la obra en color de Ozu se superó lo que parecía imposible, la belleza de esos ambientes de su cine en blanco y negro.
En lo demás no hace falta decir demasiado, ya se sabe, todos los actores están perfectos, todos los personajes son magníficos, los planos, el ritmo y la cadencia del cine de Ozu en todo su esplendor, y como no podía ser de otra manera, otra película más absolutamente maravillosa.
[Personalmente cuando empecé con el cine de Ozu tuve algún que otro desencuentro. Con el tiempo, y gracias también a otros encuentros positivos (y al crucial descubrimiento del cine de Mikio Naruse), he llegado a apreciar muy sinceramente a Ozu, tanto que llegados a una película tardía en su filmografía, y nada menos que en color, como Otoño tardío , es inevitable meterle mano sin pensarlo. Llegué a escribir: Si todas las de Ozu son así, no quiero más . Evidentemente me retracto, que para eso está el tiempo, que nos lleva de un lado a otro, que nos cambia y recambia…]
Todo lo que vemos en esta película ya se ha visto en otras partes de su filmografía, incluso repetimos actores, la posición de la cámara escondida en un rincón y sin moverse, escasas tomas de exteriores, las mismas conclusiones, el retrato de la sociedad nipona expuesto desde su casa, que se nos abren de par en par, mientras comen, antes de irse a dormir, en el trabajo… Y el largo etcétera de conclusiones positivas: naturalidad, cotidianidad, sencillez… Dicho de otra manera, quien llega por primera vez a Ozu a través de este Otoño tardío posiblemente flipará (para bien o para mal) y el que tiene la suerte de conocerlo, habiéndolo disfrutado más o menos antes, le parecerá una película coherente que va de la mano de muchas otras películas suyas.
En esta ocasión es la hija a la que tenemos que casar, con tres celestinos a cual peor, que de rebote también quieren buscarle marido a la madre viuda. Algo anticuado quizás, aunque a mí me gusta más apreciar que se trata de una fotografía precisa y preciosa del año de su realización. Siempre hay algún detalle con el que quedarse de sus películas, y en este caso quien me ha robado el corazón es la chica del restaurante de sushi. El que la haya visto lo entenderá. Su sonrisa, su decisión y el humor con el que la viste Ozu, me ha parecido una delicia, una verdadera golosina, un regalo.