Otaku no Video
Sinopsis de la película
2 episodios. Película formada por dos OVAs de 50 minutos cada una. En Otaku no Video 1982, Kubo, un chico normal que practica deporte y tiene novia, se encuentra un día con Tanaka, un amigo de instituto. Éste y sus amigos acaban introduciéndole en la cultura otaku. Debido a su nueva afición, Kubo pasa cada vez menos tiempo con su novia, hasta que ésta le deja. Es entonces cuando decide, no ya convertirse en otaku, sino en el otaku de los otakus, el Otaking ( otaku king , rey de los otakus), rango que intentará alcanzar a lo largo de More Otaku no Video. Entre los aspectos que desarrolla la película se encuentra el cosplay, la creación de maquetas, la creación de una serie de animación e incluso la creación de un parque de atracciones para uso y disfrute de los otakus. Todo para convertirse en el otaking.
Detalles de la película
- Titulo Original: Otaku no Video (Otaku no Video 1982 / More Otaku no Video 1985)
- Año: 1991
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
6.6
36 valoraciones en total
Los dos capitulos son una parodia de la cultura otaku desde los ochenta hasta 1991 (año de producción). El problema de ver parodias es que si no entiende de lo parodiado no captas la mitad de la parodia. Por suerte algo sé.
La obra consiste en dos partes en las que se intercalan anime e imagen de acción real: la primera parte muestra el desarrollo de la cultura otaku y de su etapa de garaje mientras que la segunda se centra más en su etapa más comercial, la que nos ha llegado ahora y la más conocida. En la primera se nos muestra a un grupo de otakus, que no dejan de ser los clásicos frikis de toda la vida pero del otro lado del mundo, y a uno que no lo es pero se convierte, siendo ejemplo de lo atrayente de esta subcultura que más que una subcultura parece una secta. En la segunda se nos muestra como dan el salto al juego económico, con sus más y sus menos, y un desenlace fantasioso. Simple.
Lo didáctico de la película es que se nos muestra de manera cómica la evolución (macrocosmos diacrónico histórico) de la cultura otaku y de toda la industria vinculada en ese período de tiempo. De manera igualmente cómica y algo estereotipada los rasgos de los otakus, sus vicios y sus virtudes, el ser otaku a nivel microsociológico (microcosmos sincrónico intrahistórico). Esto se nos presenta de dos formas: con el falso documental que está grabado como tal, con acción real, caras censuradas, voz modificada y una serie de preguntas y respuestas más los planos fijos tan típicos de los documentales, son en estas escenas en las que se hace la mala crítica de los otakus, poniendo a los entrevistados como personas avergonzadas de su condición de otaku pese a su vida normal, como pervertidos, marginados, con nula vida social y/o sexual y como fanáticos que son capaces de llegar a la delincuencia por su causa. La contraparte, de animación, nos muestra a través de la historia de Kubo y su pandilla lo bueno de ser otaku, como la solidaridad orgánica que impera y coadyuva a la cohesión del grupo, el interés común por varios temas, la valoración multidisciplinar y holística de varias esferas culturales y la constancia en el seguir formándose como otaku.
En lo que respecta a la película en el campo de la formalidad, es algo convencional que no innova pero maneja bien los recursos preestablecidos y consigue un buen resultado. Pero el hecho de criticar y parodiar un algo concreto desde un producto destinado a ser consumido por ese algo concreto (en este caso, anime para los fans del anime) le aporta un gran valor añadido. Esta crítica no se hace solo desde el mensaje explícito sino que también desde lo implícito, pues las partes de animación usan en su narrativa gran cantidad de tropos y clichés característicos del anime que cualquiera sabrá reconocer.
Con una historia contada desde el punto de vista objetivo de lo que es la subcultura nacida de la afición a los mangas y animes, se introduce a modo de documental entrevistas de particulares que expresan su vergüenza a igual que alegría, de como formó (o forma) parte de sus vidas cotidianas. Algunas curiosidades sobre la industria o secretos de su alto consumismo, no porque sea verdad sino porque resultan al final un poco hilarantes. Entretiene porque es una sátira creíble y si no sabes nada de anime es seguro el entretenimiento.