Operación Palace (TV)
Sinopsis de la película
Análisis del momento histórico que tuvo en vilo a todos los españoles el 23 de febrero de 1981. Incluye el testimonio de algunos de los protagonistas cuando el teniente coronel Antonio Tejero asaltó el Congreso de los Diputados.
Detalles de la película
- Titulo Original: 23F: Operación Palace (TV)
- Año: 2014
- Duración: 60
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Opinión de la crítica
Película
6.9
97 valoraciones en total
Y el más inteligente es quien reconoce su ignorancia.
Empezamos por la forma. Lo ha hecho perfecto, bien trabajado, bien documentado y con un aspecto interesante. El anzuelo está preparado.
El contenido. Dejando de lado el tema 23-F, es un mensaje tan claro como doloroso.
No te creas nada de nadie ya que todo el mundo tiene alguien que le paga. El ejemplo más claro y mucho menos hiriente es los diarios deportivos. El mismo día ves como determinado equipo es ensalzado y en la prensa contraria denostado.
Un ejercicio de honestidad con piel de gamberro que es normal que moleste a ciertas personas. Pero la verdad, la única y verdadera verdad es que los que hablan antes de tiempo se han pillado los dedos.
Terminar reconociendo la verdad sobre este documental es el broche final, justo antes de anotar que España es un gran ejemplo de transparencia.
A falta de veinte minutos para el final del documental dije en casa en voz alta (lo vi en directo): esto es falso .
¿Qué reconocí en el documental para ser tan tajante? Reconocí un patrón ya visto antes en el falso documental sobre como Kubrick rodó la llegada del hombre a la Luna. Era todo igual pero no deja de ser interesante por todo el debate que abre sobre la manipulación de los medios y/o como sugestionables llegamos a ser y como nos creemos cualquier cosa que se vista con cierta atisbo de seriedad. Lo que podría haber sido una conmoción entera para un país solo fue al final una broma que a muchos dejó un sabor amargo (o por sentirse engañado o por sentirse idiota por haber sido engañado).
Évole juega con lo que la gente cree saber y lo que le gustaría saber. Juega con todo eso y lo único que hace es crear una narración plausible en la que alimenta al espectador con una verdad que cree conocer de antemano y por eso mismo, la creen (excepcional el momento en el que dicen que Garci estaba presente en el 23F y enseñan una foto en la que le identifican aunque es imposible reconocer a nadie en la foto: pero el espectador no se inmuta, no pestañea y ya se llega a creer lo que sus propios ojos le dicen que eso no es cierto, es Garci aunque no lo reconozco pero me dicen que lo es y lo es ).
Valiente, pero no innovador (ya se había hecho antes), no le resta meritos al documental y ayuda a crear un debate interesantísimo que va más allá del 23F.
Cuando lo vi anunciado, tuve muchas ganas de verlo. LLegó la noche del estreno y, conseguí aterrizar al principio del documental. Lo vi enterito. A medida que iba desarrollándose, NO me podía creer lo que estaba oyendo y NO podía creer que eso fuera cierto. Cuando llegó el final, lo único que quería hacer era gritar y…, mejor no lo digo.
Luego comprendí que fue un ejercicio brutal muy reflexivo que debe ser estudiado por estudiantes de periodismo.
Este documental, gracias a la sencillez de su tema y a la naturalidad de los entrevistados, consigue que pienses que todo puede ser posible.
Miradlo y,…, me contáis.
No tuve la oportunidad de ver en directo el documental de Évole, por lo tanto mi sorpresa es menor y he jugado con la ventaja, que no tuvieron los espectadores que lo vieron en vivo, de disfrutar de la genial puesta en escena de este maravilloso ¿disparate? Que sin duda ha hecho historia en la televisión guste o no guste a algunos.
Y pongo lo de disparate entre interrogaciones pues mucha gente cree que el tema no es tan inverosímil. Y lo cree así ya que han pasado 33 años y aún no sabemos qué pasó realmente en aquel nefasto día. Documentos clasificados que no han visto la luz después de tanto tiempo, ocultación total de lo que realmente pasó a la opinión pública, secretismos de todo tipo, autores del asalto que nunca nos han contado la verdad etc.etc.etc.
Por lo tanto la gente se sentó en la butaca de su casa y observó con estupor un falso documental totalmente alucinada, las redes sociales se incendiaron con miles de tuets llenos de burradas que luego al saberse la verdad corrieron a borrar, políticos que reconocen se echaron las manos a la cabeza asustados, ósea una auténtica conmoción social.
Visto en frio, como yo lo he visto, la verdad es que pasas una hora estupenda, yo me partía de risa, ya que me parecía tremendamente realista, los personajes que desfilan en el documental hablando lo hacen realmente bien, y la trama engancha cantidad, una genialidad absoluta.
Como siempre hoy salían los indignadillos de turno, algunos políticos a los que admiro y comparto sus ideas, diciendo que no se debe jugar así con una historia tan negra e importante, que si Évole había cruzado una línea que no se debe traspasar y mil tontadas más.
Y entonces me ha venido a la cabeza lo que siempre he dicho en Filmaffinity: ¡Que poco humor tiene la gente! ¡Que en serio nos tomamos las cosas! El cine es ficción, un entretenimiento y el falso documental de Évole es lo mismo, así que no nos tomemos las cosas fuera de contexto y celebremos tener en este país un equipo de televisión capaz de hacer que se sienten frente a la caja tonta a más de cinco millones de personas que pasaron del acojone absoluto a la más amplia sonrisa en tan solo 60 minutos
¡Viva el espectáculo!
¿Qué es la famosa Operación Palace? ¿Era necesario algo así? ¿Tomadura de pelo o un documental para tomar en serio? Nos podríamos hacer mil y una pregunta sobre este (falso) documental que se ha convertido en uno de los eventos televisivos más seguidos de los últimos años, en concreto la emisión -no deportiva- más seguida de la historia de LaSexta, por no hablar del furor que creó a su alrededor en las redes sociales. Pero la pregunta esencial debe centrarse en algo en concreto, debe hacernos pensar en cuál es el fin perseguido por Jordi Évole al hacer algo así, al soltar una de las mayores mentiras -y de las mejor elaboradas- que hayamos podido ver en la televisión.
Aun conociendo el final de este documento, no he dudado en verlo. ¿Por qué? Simple y llanamente, por creer que algo así es necesario. No es una idea nueva, pero sí poco explotada (algo que espero que siga siendo así). Hace años descubrí el más que comentado falso documental Operación Luna, el tema me atraía y no sabía nada al respecto. Mi sorpresa aumentaba a cada instante sobre un tema que siempre me había llamado la atención, no creí todo lo que decían, pero sí buena parte. Lo mejor llegó al final, donde se citaba algo parecido a: ¿Creíste todo lo que te contamos? Ellos podrían haber hecho lo mismo . Un final similar ha sido el utilizado por el equipo de Salvados para darle un giro monumental a los anteriores 50 minutos de documentos inventados e hilados de manera inverosímil, consiguiendo mayor credibilidad gracias a los sorprendentes testimonios de algunos testigos presenciales.
Dictando una historia inventada sobre un hecho tan crudo y real, Operación Palace se disfraza para más tarde destaparse como un documental sobre los propios medios de comunicación y su peligrosa credibilidad. El poder de los medios masivos es enorme y más peligroso de lo que nos podamos imaginar. Por eso alabo este atrevimiento del -ahora más que nunca- Follonero de LaSexta. Todos mis elogios son pocos por conseguir centrar la atención sobre una elaborada mentira cuando lo que en realidad pretende es un ejercicio de reflexión. Conseguido con creces en mi opinión. Repito, algo así era necesario en nuestra televisión, cada vez más rancia y abarrotada de basura que juega con la confianza que el público deposita en ella. Hace tiempo que perdí la fe en la televisión y dejé de verla, pero cosas así pueden restaurar un periodismo de calidad.
Esto es una crítica directa a los medios de comunicación, pero también al público. No creas todo lo que te dicen, contrasta información, observa atentamente los puntos que se oponen y se capaz de eliminar la paja de la abundante información vacía con la que te bombardean. Jordi Évole había conseguido la confianza de un país en su trabajo y por eso crear algo así le ha sido posible. Me alegro de que lo haya hecho y de que haya sido con uno de los períodos más espinosos y enigmáticos de nuestra democracia, el golpe de Estado que la puso en peligro hace más de tres décadas.
Jordi, gracias por restaurar la fe en el periodismo jugándosela a un país entero.
CarlosDL – https://odiseaenelcine.blogspot.com/