Operación Masacre
Sinopsis de la película
Basada en la novela testimonio escrita por Rodolfo Walsh, Operación Masacre (1957). En 1956 fracasa un contra-golpe militar a la dictadura autodenominada Revolución Libertadora, y en un terreno descampado de José León Suárez, provincia de Buenos Aires, son asesinados varios civiles sospechados de formar parte del alzamiento. Sin embargo siete personas logran sobrevir a la matanza y contar la historia.
Detalles de la película
- Titulo Original: Operación Masacre
- Año: 1973
- Duración: 115
Opciones de descarga disponibles
Si deseas puedes descargarte una copia de esta película en formato 4K y HD. Seguidamente te mostramos un listado de fuentes de descarga activas:
Opinión de la crítica
Película
6.8
73 valoraciones en total
Fiel adaptación del libro homónimo que escribiera Rodolfo Walsh, excelente escritor argentino, quien colaboró en la redacción de los diálogos, y que contó además con la participación de uno de los auténticos protagonistas del suceso, Julio Troxler, sobreviviente de la masacre.
Una de las particularidades de este filme es que todo en él, y alrededor de él, guarda relación con la clandestinidad. Así, gran parte de los personajes de la película son militantes peronistas clandestinos (aunque no todos), y lo son a la fuerza, en el contexto de la represiva dictadura militar entonces (1956) implantada en Argentina, que los persigue. Clandestina será también su detención, pues tendrá lugar antes de que se sepa nada del fallido intento de revolución pro-peronista encabezado por el general Valle, clandestina será su sentencia a muerte, pues se basará en una mentira: en el incumplimiento de la ley marcial por parte de los detenidos (no podía condenárseles por tal motivo, ya que su reunión había sido previa a la declaración de la ley marcial). Clandestina fue la ejecución, amparada en la oscuridad de la madrugada invernal y en el aislamiento de un basurero, clandestinos fueron los supervivientes, que tuvieron que escapar del país u ocultarse, clandestino fue el acontecimiento en sí, acallado por las autoridades, y clandestina fue la investigación de Walsh, que hubo de adoptar una identidad falsa durante el transcurso de la misma. Y por si todo esto no bastase, la película se rodó clandestinamente, entre 1970 y 1972, durante otra dictadura militar, razón por la cual, hasta la caída de la misma, su exhibición fue, igualmente, clandestina.
La película es deudora de la estructura y el estilo del libro de Walsh, que fue pionero de lo que luego se llamó nuevo periodismo (cuyo origen se atribuyó exclusivamente a Capote, con su célebre A sangre Fría –también excelentemente llevada al cine- que es, en realidad, posterior a la obra de Walsh). De ahí que a la exposición del contexto sociopolítico se sume una visión dramática, literaria, de los personajes involucrados en el acontecimiento que se muestra. El guión, del propio Walsh y del director, incorporó además, haciendo las veces de narrador, el testimonio y las reflexiones de Troxler –que se interpreta a sí mismo-, cuya voz en off nos introduce en la época, ilustrada a través de imágenes y vídeos de archivo, reforzando así el carácter de documento de la película. También son sus reflexiones personales –claramente posicionadas en la izquierda peronista- las que, acompañadas nuevamente de material de archivo, cierran el filme. Entre medias encontramos la parte dramatizada, en la que se presentan los personajes, se narran los hechos y se llega a través de los mismos a unas evidencias, progresión idéntica a la que se encuentra en el libro.
La ya mencionada clandestinidad de la realización explica la modestia formal de la misma, si bien esta limitación (la modestia de medios no ha de ser siempre un problema) es compensada por la buena labor del reparto, muy comprometido con el filme y su mensaje y que arriesgó bastante participando en el mismo. Yo destacaría, no obstante, todo el fragmento previo al fusilamiento, en el que sucesivos primeros planos de los rostros de los presos en el furgón aportan dramatismo y angustia, culminando todo ello en la secuencia de la ejecución, de notable crudeza.
A todo lo dicho cabe añadir que la película viene a ser –aunque inconscientemente- una premonición, en efecto, la barbarie y violencia mostradas en ella se verán ampliadas unos pocos años más tarde, cuando una nueva junta militar tome el poder, en 1976. También entonces comenzaron a proliferar los muertos clandestinos. Uno de ellos fue Rodolfo Walsh.