Ong Bak: El guerrero Muay Thai
Sinopsis de la película
Ong Bak es una estatua legendaria de Buda que se halla en el templo de Nong Para-du, en la Tailandia rural. Los aldeanos creen que los poderes mágicos de Ong Bak les protegen de todo mal. Un despiadado gánster roba la cabeza del buda dejando al pueblo totalmente desprotegido. Sus habitantes buscarán a un guerrero para recuperar el buda y enfrentarse a la banda de gánsters, encontrando a Ting, un huérfano criado en el templo, y alumno de Pra Kru, un amable monje, experto en el ancestral arte del Muay Thai: Las Nueve Armas Corporales .
Detalles de la película
- Titulo Original: Ong Bak: Muay Thai Warrior aka
- Año: 2003
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
5.9
61 valoraciones en total
Comparativamente, si se pone Ong bak al lado de cualquier película con un mínimo de meollo, no hay nada que hacer, es que no se sostiene ni cinco minutos. Pero como no se trata de eso, sino de cine de artes marciales, que casi ni es cine, sino espectáculo de circo, el invento no está mal. En realidad, excusas argumentales aparte, de lo que trata la peli es de las mil maneras que tiene un ser humano de arrearle una buena hostia a otro sin que quede feo y eso hay que reconocer que al protagonista se le da de perlas. Entre coreografía y coreografía, a cada cual más perfecta y gimnástica, hay como una desmayada trama que no importa para nada, podrías poner la película sin volumen y te lo pasarías igual de bien viéndola.
Como se puede deducir, tienen que gustarte las películas de artes marciales, si no te resultará una cutrada de mucho cuidado.
Bueno vi al fin esta peli, tenía muchas ganas y bueno me ha impresionado la cantidad de cosas que podemos aprender de los tailandeses, pues la verdad pegando son maquinotes como pocos.
El muy preparado Tony Jaa tiene una cosa que nadie tiene porque en el mundo solamente se reparte con brazos y piernas, y Tony Jaa reparte con el cuerpo entero. Luego hay gente que solamente sabe repartir con los brazos… esas películas son lo puto peor.
El arte de las nueve armas corporales o Muaithay es el arte de pegar con todo el cuerpo. Hay pocas películas dedicadas a ello por dos motivos que son: que no les interesa a los gobiernos que los que no son tailandeses sepan que hay gente mejor entrenada que ellos, y también porque los tailandeses son pobres y no tienen dinero para hacer pelis.
Espectacular banda sonora y bueno, la peli muy dramática porque el malo va en silla de ruedas.
—EdOrTa—
Ong Bak: El guerrero del Muay Thai . Si no eres practicante o aficionado a las artes marciales, ésta no es tu película. Argumento típico, personajes plásticos esclavos de la trama, guión más que mediocre aunque con leves toques de humor, etc.
El filme en sí es una sucesión de excusas para conducir al sobresaliente Tony Jaa a hacer muestra de su dominio del Muay Thai. Y qué bien lo hace. Las peleas son preciosas en su coreografía e impacto visual y no hacen uso de cables ni efectos especiales, lo cual es de agradecer. Sólo una de ellas es pobre por estar claramente en cámara rápida, pero es breve.
Thai Boxing en estado puro.
El guión prácticamente no existe, las actuaciones son de puñetera pena y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Pero no es eso lo que se debe valorar en una película de acción de éste tipo, sino la acción en sí misma. Y de esa aquí la hay, y de la buena, desde el principio al final. Las coreografías son asombrosas y el señor Jaa demuestra una agilidad y una flexibilidad sólo al alcance de muy pocos gimnastas, en unas escenas que superan, y en mucho, todo lo que se había visto hasta ahora en técnicas de repartir mamporros. Altamente recomendable para amantes del cine de acción pura y dura, y para aficionados a las coreografías de lucha.
Ópera prima del tailandés Prachya Pinkaew, coautor del guión. Rodada en Tailandia, se presentó en el Festival de Sitges, donde obtuvo una mención especial al premio Orient Express-Casa Ásia.
La acción tiene lugar en Tailandia en términos de presente (2002/03). Narra la historia del joven Ting (Tony Jaa), huérfano, formado en el templo de la aldea natal, Nong Pradu, próxima a Birmania. Su educación corrió a cargo del monje Pra Kru, especialista en el arte del Muay Thai (las ocho armas corporales), arte marcial tailandés de más de un milenio de antigüedad. Un nativo de la aldea, ausente desde hace años, asalta junto con sus cómplices el templo y corta la cabeza de la estatua de Buda conocida con el nombre de Ong-Bak. Se la llevan con el propósito de conseguir el favor del gángster Khom Tuan. Ante la pérdida de lo que consideran la fuente de su bienestar, los aldeanos buscan un guerrero voluntario que asuma el reto de recuperar el tesoro robado. Eligen a Ting, que viaja a Bangkok, donde se une a George (Petchtai Wongkamlao) y a una aventurera amiga suya, Muay Lek (Pumwaree Yodkamol). La película ofrece varias secuencias memorables. Una banda de gángsters persigue a Tony y George a través de un mercado callejero de Bangkok. Tony y George se ven envueltos en una pelea en una gasolinera abandonada, donde Tony con los pantalones en llamas propina varias patadas a sus oponentes. La persecución en tuk-tuks , los peculiares taxis de 3 ruedas de Bangkok, con deslizamientos, colisiones y caídas. La película se deleita mostrando la autenticidad y la singularidad del boxeo o lucha Muay Thai, con tomas de algunas escenas desde diversos ángulos a la vez.
La música, de factura tailandesa, está presente en todas las escenas de lucha. La fotografía hace uso de una paleta de color en la que predominan los marrones, ocres y cremas. Con frecuencia envuelve la imagen en una ligera bruma. Algunas secuencias se repiten desde distintas perspectivas, al objeto de mostrar la espectacularidad y autenticidad de los golpes. Destaca la calidad de las coreografías. El guión es de una gran sencillez. Sirve de marco en el que se desarrollan las escenas de lucha Muay Thai, cuya presentación y exaltación constituyen el objetivo del film. La interpretación del protagonista es excelente y a tono con los años de preparación y entrenamiento que asumió. Las escenas de lucha se rodaron sin ningún tipo de efecto especial: los golpes son auténticos y en los saltos no se usan cables de apoyo. La dirección corre a cargo de un profesional que, cuando era adolescente, quedó fascinado de la película Born To Fight . Desde entonces su sueño fue realizar una película sobre las artes marciales tailandesas.
Película apadrinada por Luc Besson. Es de gran interés para los aficionados a las obras de artes marciales. Libre de esteticismos innecesarios, traspira verismo y autenticidad.