Obra 67
Sinopsis de la película
Después de pasar 20 años en la cárcel, el célebre ladrón de chalets Juan el Candela , sale en libertad y se reúne con su hijo Juan el Chispa y su amigo Cristo. Mientras que el Candela intenta adaptarse al nuevo mundo con el que se encuentra, su hijo planea conseguir dinero para cumplir su sueño musical, utilizando a su padre como referencia.
Detalles de la película
- Titulo Original: Obra 67 (#LittleSecretFilm)
- Año: 2013
- Duración: 108
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Opinión de la crítica
Película
6.3
86 valoraciones en total
Dice el refrán que uno siempre recoge lo que siembra. En lo que atañe al cine, hay quienes aseguran que en España tenemos el cine que nos merecemos, por la tenue calidad global lograda por nuestras películas. Las continuas cortapisas gubernamentales impuestas en los últimos años a la industria del cine en nuestro país han dado como resultado el que la perenne crisis en la que vive instalado el Cine Español desde sus orígenes se haya agudizado de un tiempo a esta parte. Cada vez resulta más difícil obtener la financiación necesaria para llevar a cabo un proyecto y, para más inri, mucha de la producción que llega a estrenarse no logra satisfacer cien por cien las expectativas depositadas en ella. Claro que, también, la escasez de oportunidades ha hecho posible el que los cineastas se vean obligados a agudizar el ingenio y tirar de talento para llevar a buen puerto sus películas. El manifiesto #littlesecretfilm es un buen ejemplo de esto. Perteneciente al ámbito marginal de nuestra industria o, simplemente, low cost, este proyecto audiovisual ha visto en las adversidades actuales los beneficios necesarios para hacer cine. Y, aunque no todas las películas adscritas al movimiento alcanzan la redondez, resulta al menos loable la iniciativa.
Sobre todo, porque lo que habitualmente es tenido como obstáculo en la elaboración de un filme, se convierte en una admirable virtud en la que está llamada a ser la obra representativa del #littlesecretfilm, Obra 67, de David Sáinz, la primera (hasta el momento) en traspasar su círculo vital establecido, con exhibición gratuita en Internet, estrenándose también en salas cinematográficas. No es para menos, porque su director, manifestando una admirable capacidad para sortear las vicisitudes inherentes a un rodaje en tiempo (muy) limitado y de presupuesto y equipo ínfimos, ha logrado dar forma a una de las películas más sorprendentes y brutalmente fascinantes de nuestra cinematografía. Porque Obra 67 brilla muy especialmente por su evidente naturaleza de obra libre, permitiéndose hasta el lujo de no limitarse a ser reflejo de un sólo género, jugando a ser al mismo tiempo una comedia de verborrea desfasada y de extrarradio y un puntual e incisivo drama con olor a denuncia social, y virando por completo a mitad de metraje para tomar los hábitos de un thriller con sabor a comedia negra que acabará desembocando en un angustioso cuento de terror.
No vamos a nombrar aquí los múltiples referentes cinematográficos a los que alude de forma bien visible Obra 67 a lo largo de todo su recorrido, como tampoco vamos a negar que esta ópera prima acuse deficiencias propias de un debut, agravadas por las limitaciones presentes en su creación, siendo la más notable una cierta descompensación de ritmo en el desarrollo de la parte final, beneficiada por la ausencia inhóspita del saludable sentido del humor protagonista de buena parte del metraje. Supone una falta leve dentro de un filme que, a pesar de la diversidad tonal que contiene, termina demostrando una insospechada unidad de conjunto, salvaguardada por la excelente dirección de Sáinz, que sabe acomodar la técnica a una eficaz intuición, obteniendo una película verdaderamente compacta, de andamiaje preciso y elaborado que jamás llega a percibirse dada la fresca soltura y espontaneidad que respira su puesta en escena, con hallazgos visuales y de planificación dignos de elogio (la escena de la discoteca, el plano final). He aquí uno de los grandes aciertos de Obra 67, que partiendo de una palpable precariedad a todos los niveles, sabe sacar partido a sus restricciones y transformarlas en aciertos en pleno, dando como resultado una película de vibrante personalidad, transmitida desde una noqueante sencillez.
El otro gran acierto de la función corresponde al ámbito de la interpretación, donde es digno de alabar la valiente capacidad de improvisación de todo el elenco, recayendo sobre ellos la incómoda responsabilidad de sostener y empujar con su alarde interpretativo la intensidad y el tono narrativo de la película. Valga, por ello, un rendido chapeau para todos ellos. Y muy particularmente para ese asesino desquiciado al que da vida con no poco carisma Daniel Mantero, que es capaz de dejar constancia de la locura de su rol sin recurrir a falsos aspavientos o tics, acometiendo el empeño desde un cómodo y radiante entusiasmo. También juega la baza de la brillantez el trabajo de un emocionante Antonio Dechent, transmitiendo con suma honestidad, primero el desconcierto y la incomodidad ante una vida nueva fuera de prisión, y luego la amargura de quien se sabe y se resigna a no ser capaz de tirar para adelante, por no hablar de la honda y tapiada vergüenza que se entrevé al rememorar algunos episodios sucedidos en la cárcel. Sin embargo, Obra 67 pertenece, por derecho propio, a su pareja protagonista, unos espléndidos Álvaro Pérez y Jacinto Bobo, intérpretes a los que sería conveniente no perder la pista desde ahora, debido a la soberbia y heroica interpretación que se marcan aquí, apechugando con una indulgente desenvoltura con unos personajes que transpiran verdad por los cuatro costados y que no pierden su esencia a lo largo del múltiple recorrido por los más diversos registros que efectúan sus actores, irreprochables en todas y cada una de las secuencias, muy especialmente en un largo (9 minutos) y divertidísimo, realmente admirable, plano secuencia. Si es cierto lo que dice el refrán, expreso públicamente el deseo de que toda la cosecha de este 2014 sea del nivel de Obra 67, porque este sí es el cine que nos merecemos.
http://actoressinverguenza.blogspot.com
Es innegable el talento del joven director David Sainz, lo que ha aportado con su webserie Malviviendo es innegable. Pero de una webserie a realizar una película va un trecho, y con este debut supera ampliamente todas mis expectativas, bravo, bravo y bravo.
Para entender un poco más lo que significa Obra 67 hay que decir que está rodada bajo las condiciones del movimiento #litttlesecretfilm que sería el equivalente al tan famoso código Dogma que en su día inventaron Lars von Trier junto a Thomas Vinterberg. Simplemente se limita a realizar una producción siguiendo unas pautas restrictivas impuestas por ellos mismos. En el film que nos ocupa lo más destacable es que se rodó en tan solo trece horas con un equipo minúsculo de tan solo trece personas, entre equipo técnico y artístico, pero sobretodo destacar, sin guión alguno. Saber esto tras ver la película me dejo bastante helado. Sinceramente el trabajo tanto del equipo técnico como artístico es de 10.
La opera prima del canario David Sainz, es toda una muestra de saber hacer y demuestra que en nuestro país, aparte de los cuatro que todo el mundo conoce, hay gente con talento y ganas dispuesta a traernos cine de calidad con o sin medios. Porque amigos, no importa no disponer de grandes presupuestos cuando el talento y el ingenio salen a flote aparecen maravillas como Obra 67.
Es increíble la evolución que sufre la película, que pasa por varias fases bien diferenciadas. Su inicio es digno de una webserie de humor que deja un poco descolocado. Pero casi sin darnos cuenta pasamos a la violenta Secuestrados, de Miguel Ángel Vivas, pero esto es solo para acabar desembocando en la mítica Tesis, de Amenábar. Todo ello con una sutileza y buen hacer pasmosos.
Las actuaciones de Alvaro Pérez y Jacinto Bobo, los protagonistas, son sublimes. ¡Joder! la química que desprenden juntos en la pantalla es sorprendente, y cuando lees que es todo es fruto de la pura improvisación, solo queda sacarse el sombrero ante estos dos señores. Pero mención aparte también para un secundario de lujo como Antonio Dechent, el cual no es precisamente un desconocido en nuestro cine, y que firma un papel tan creíble como increíble.
Seas simpatizante del cine español o no, te guste el thriller, el terror o las películas de amor, el estupendo trabajo coral en todo y cada uno sus aspectos, convierten a Obra 67, en una cinta de visión obligatoria a todo amante del cine en general. Esto es traspasar fronteras, esto es cine de verdad.
http://www.terrorweekend.com/2014/02/obra-67-review.html
Uno de los aspectos más controvertidos a la hora de entrar a valorar una película es el de los giros de guión. ¿Son un recurso loable o una trampa? En muchas ocasiones hemos visto como películas que aparentemente ofrecían poco, se convierten en interesantes a raíz de un cambio radical en el nudo argumental. Otras, en cambio, abusan de esta técnica hasta tal punto que acaban haciendo perder al espectador el sentido de la orientación.
En el caso de Obra 67, dirigida y escrita por David Sáinz y enmarcada en la iniciativa #littlesecretfilm, es casi imposible evitar hacer mención a este giro argumental. Evitando por supuesto cualquier detalle que se pueda considerar spoiler, diremos que durante la primera hora es una comedia bastante ácida, con un evidente parecido a las historias de Alfonso Sánchez sobre el Culebra y el Cabeza de El mundo es nuestro, tanto por la caracterización de los personajes (solterones, pobretones, sin estudios y con el único objetivo de hacer algo de dinero fácil) y tras varios giros de guión se termina convirtiendo en un thriller bastante serio, tanto estética como argumentalmente.
Lo cierto es que la parte cómica funciona bastante bien, la historia está planteada de manera muy acertada y evoluciona favorablemente en medio de varios diálogos con un punto de gracia vulgar pero eficaz. Aquí se nos presenta a dos jóvenes, Cristo y Juan el Chispa, que van a recoger a la cárcel a Juan el Candela (temible Dechent), padre del segundo y que se ha pasado los últimos veinte años en prisión por cometer centenares de atracos en diferentes chalets del país durante los 80 y principios de los 90. Durante este tramo se toca el tema de la (nula) reinserción social en el caso del expresidiario y de las escasas opciones de futuro para la juventud de hoy en día en el caso de la pareja protagonista. También hay un evidente guiño al proceso de creación de las películas mediante el personaje interpretado por Ricardo Mena, que aporta un carácter paródico sobre los directores de cine.
Sin embargo, pasado el ecuador de Obra 67 llega el mencionado cambio de registro tras un (o dos, según se mire) giro argumental que no satisfará a todo el mundo. Acertado o no, lo que es innegable es que el cambio de género puede resultar demasiado brusco para el espectador, más aún teniendo en cuenta que el carácter cómico desaparece casi por completo. En muchas ocasiones se ha conseguido aunar historias violentas con ramalazos cómicos (la escuela de los Tarantino o Ritchie), pero en este caso es muy complicado soltar siquiera una leve carcajada porque no hay ninguna frase o momento que invite a ello.
Hay que remarcar que en este caso el argumento no es tramposo, revirado o deja lagunas sin resolver. Los pequeños detalles que pudieran dar pie a un agujero en el guión se van resolviendo conforme pasan los minutos. Todo está bien hilado y pasa lo que tiene que pasar, sin deferencias hacia los protagonistas. Además, la escena final deja el típico detalle de muchas películas de intriga, modificando el desenlace que previamente habíamos dado por sentenciado. Todo ello enmarcado bajo una dirección bastante eficiente, sin rezumar espectacularidad pero sin estorbar a la acción.
No se le puede negar a Obra 67 el haber arriesgado con esa radical variación en el argumento. Pero no serán pocos los que crean que hubiera sido mucho mejor el haber mantenido un tono cómico, por sutil y negrísimo que fuese, hasta el final de la obra. El paso de la mordacidad a la seriedad puede echar para atrás a mucha gente incluso en plena película, tanto por resultar inesperado como por la ejecución demasiado brusca. Eso sí, a buen seguro que no dejará a nadie indiferente.
Álvaro Casanova
Crítica para http://www.cinemaldito.com
@CineMaldito
La premisa no es mala, el desarrollo tampoco lo es… el problema nos viene en que lo tenemos que ir sosteniendo en unas deficientes actuaciones de la pareja protagonista, en el horrendo uso de varios planos secuencia en donde estos dos pobres diablos tienen que defenderse bajo un pseudo-guión donde están improvisados los diálogos y preparados los chistes (lo que viene siendo la infantil escuela de decir: -Contamos estos 3 chistes exactamente así y por en medio vamos diciendo como mejor nos salga la idea que había escrita…). Otro problema que lastramos es una mala sonorización y música.
La aparición de Daniel Mantero así como su personaje ayuda a equilibrar algo la balanza de interpretación que llevábamos, ya que cumple un aceptable trabajo así como un interesante rol, lástima que nuestro otro amigo que falta, el personaje actor-director , nos vuelva a llevar la balanza general a la linea de lo deficiente. La presencia de Dechent pasa bastante desapercibida.
La cuestión final que aquí tenemos en que como obra de distribución online, serie web y similar la cosa estaría bien (de hecho si no me equivoco era el concepto inicial dado su presupuesto y los antecedentes de su equipo con otras webseries) lo negativo nos llega en que si se ha llevado a pantalla grande y juzgándola como cine para mi gusto no puede conseguir el aprobado.
Yo no la calificaría de insólita. Creo que el adjetivo correcto sería DESCONCERTANTE.
Los cuarenta primeros minutos resultan absolutamente perfectos. Mientras la veía pensaba que aquello no se podría sostener, y al mismo tiempo deseaba equivocarme. Divertida, diálogos de la calle, interpretaciones ajustadas y absolutamente creíbles. Una delicia.
De repente pega un giro y sin mucho sentido aunque una gran generosidad por parte del espectador, nos encontramos ante un despropósito que intentas justificar, porque a esas alturas ya te has enamorado de sus dos protagonistas…. Y…. Dios…. En fin….
Un 5 por sus comienzos.