Objetivo: Londres
Sinopsis de la película
Tras el fallecimiento del primer ministro británico en extrañas circunstancias, todos los líderes mundiales se reúnen para su funeral. Pero existen planes para que el acto, que cuenta con la mayor seguridad del planeta, sea una oportunidad para acabar con los mandatarios y sembrar el caos en todo el mundo. El presidente de los Estados Unidos y sus colaboradores del Servicio Secreto son los únicos capaces de evitar la tragedia.
Detalles de la película
- Titulo Original: London Has Fallen
- Año: 2016
- Duración: 99
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Opinión de la crítica
Película
4.8
70 valoraciones en total
No es frecuente, pero a veces ocurre. Una película que sabes que es mala, que no te tomas en serio y que te ríes cada vez más alto con cada escena que precede, pero que a lo tonto sigues mirando, te entretiene, cuando quieres darte cuenta ya ha acabado e incluso te lo has pasado aún más en grande que en la primera entrega (la cual sí que se tomaba en serio a sí misma).
El guión es un compendio de frases y chistes oscuros, fachas y de mal gusto, pero que soltados en boca de Gerard Butler e incluso Aaron Eckhart tienen mucha gracia. Es un libreto prototipo Air Force One : cero lógica, mucho entretenimiento, aún más acción. Y si le saliese mal la jugada también se le reconocería. Pero lo más irónico es que le sale bien. Si ya la película no se toma en serio a sí misma, explícitamente, ¿para qué me la voy a tomar en serio yo?
Los efectos especiales lucen baratos, pero cumplen en la acción, así como el montaje y la dirección que otorga dinamismo y espectacularidad (tiene un par de planos secuencia inesperados, e inusuales en este tipo de cine, que sin dudas engrandecen aún más una socarrona escena de acción hasta el punto de convertirla en improbable ejercicio de estilo).
Las interpretaciones se toman tan en serio a sí mismas como el guión de la película, o sea: cero. Pero el carisma de los actores principales ya hace a la película avanzar. Butler abraza los chistes y el sarcasmo con gusto, logrando llegar al punto de convencernos.
Habrá quien apedree a los que la pongan más de un 3 y comprendo a quienes la odian o no les gusta. Esto es cine basura de pura cepa, sin lógica, de usar y tirar. Pero se pasa tan rápido, posee más energía que otras entregas de acción que van de listas (y luego quedan peor paradas incluso, por tomarse también tan en serio o abarcar más de lo que pueden) y te lo pasas tan bien viéndola que hay que ser justos con ella. Es para lo que es. Y siendo lo que es cumple de sobras. Para mí, es incluso superior a la primera.
Estoy hasta los mismisimos de que películas concebidas para el simple entretenimiento, sin buscar la excelencia ni mucho menos la perfección, sean criticadas por ser simplonas. Y yo que pensaba que el séptimo arte estaba para entretener, pasar un rato agradable, desconectando del día a día, de la vida cotidiana y rutinaria. Será que no todo el mundo lo ve así. Una lástima.
Señores y señoras fans del maravilloso mundo del cine, no os voy a engañar, la película es previsible y patriótica (menos que su antecesora). Pero: Aburre? No. Da lo que promete (combates cuerpo a cuerpo, disparos, explosiones y adrenalina)? Sí. Es que acaso eso no basta? Parece que no. Señores y señoras, el cine está para entretener y esta película lo hace. Es suficiente.
En fin, viva el cine y aquellos que lo saben disfrutar.
P.D.: Del mismo estilo que la primera, el mismo tipo de violencia. Calcada pero cambiando el lugar. Sin mucho más que destacar. Pero id a verla, vale la pena si os considerais fans de los blockbusters y cine de acción.
Soy un gran enamorado del cine de acción, esto me ha llevado a verla antes incluso de su estreno en cines en España, el resultado es que me ha decepcionado mucho. Lo único rescatable son un puñado de escenas de acción filmadas con estética de videojuego, y que dura media hora menos que su predecesora. Lo peor es todo lo demás. Desde las escenas de acción de inferior categoría a las de su antecesora, donde se notaba la mano en la dirección de Fuqua ( Training day the equalizer ) que contrastan con las que filma un don nadie llamado Babak Najafi, pasando por las mediocres actuaciones, donde hasta Morgan Freeman está de pena, menos mal que apenas recita media docena de frases, y terminando por el mensaje ideológico mezquino, cobarde y deleznable que trasmite la película durante sus 80 minutos y que hará las delicias de Donald Trump y sus seguidores.
Resulta que unos cientos de terroristas musulmanes se han infiltrado en Londres llegando como refugiados sirios con el objetivo de capturar al presidente yankee y ejecutarlo delante de las cámaras. Ahora paso a spoiler para que veas la cantidad de tonterías que contiene la película.
¿Por qué existe esta película? Una película cuyos autores saben desde el principio que va a ser vapuleada por el sector crítico más formal y, que como se ve, así ha sido pues no hay nadie que se atreva a valorarla ni siquiera como entretenida, sale a la luz por un par de razones posibles.
La primera podría ser que los autores saben que hay un determinado público que consume acción, que da por bueno todo, que no entra en valoraciones políticas, metafóricas o de sensibilidad, y que muestra facilidad para reír cuando el héroe le vuela la cabeza de un disparo al hijo puta terrorista tras haberlo cosido a puñaladas, y como colofón añade un comentario que demuestra su rudeza absoluta y que es más bestia que los bestias de asesinos.
-¿Era necesario eso?
-No.
Pero que le den por culo, ¿verdad? Algunos, que tenemos la cabeza llena de problemas ajenos a nuestra voluntad, necesitamos cierta dosis de evasión para que la cabeza se despeje y así volver a retomar la vida desde cero. Y es que Objetivo Londres es de las que te reinicia el cerebro, termina y sales del cine como nuevo, sereno y dispuesto a centrarte en la realidad y continuar con tu lucha diaria.
Esto no quiere decir que estos autores tachen a ese público de característico como poseedor de neuronas tipo elemental sin capacidad de clasificar o distinguir, al contrario, se le valora y se le estima, es más, se le cuida. Los autores saben que es un público muy estimable y valedero. Por eso hablan claro y no se cortan, y lo que menos pretenden es engañar o soltar mensajes subliminales, por ejemplo durante el intercambio de frases entre gobierno USA y el terrorista, éste dice: Todos somos iguales: uno vende armas y los Estados también. El guion está así y no añade más. Se calla hasta el mismísimo Morgan Freeman. Los autores saben que su público es capaz de discernir de sobra y que tiene su opinión, que ésta puede ser cualquiera y que la respeta, que a lo mejor lo dicho suena verdadero, y esta forma de presentar una realidad, sin tapujos, no es la que emplean los que se dedican siempre a insultar a los que no les gusta lo que ven o a los que no piensan como ellos.
La otra opción de la existencia de este film puede ser un mensaje, no amenazante ni nada parecido, sino como una leyenda sobre esta guerra que han trasladado a Occidente los terroristas. Y es que ante este cambio de escenario, los americanos quieren dejar claro que podrán seguir atentando contra ellos y contra el mundo democrático, pero que Dentro de mil años, seguiremos aquí. No es por tanto aleccionadora en ningún sentido, lo contrario que esos críticos detractores que sabiendo lo que hay de antemano, aprovechan para quejarse de lo mal que les parecen como están las cosas en el mundo, como si Aaron Eckhart fuera el culpable de que la película sea una fantasmada, que es sólo un actor que aunque esté muy metido en su papel, es inocente del todo, que no es el presidente USA yendo por las calles de Londres con el colega pegando tiros.
Aparte de estas consideraciones obligadas para ver con tranquilidad el film y no fantasear sobre el presidente USA y su colega, diremos que Fuqua dejó las directrices marcadas para esta continuación y que se ha trabajado a pies juntillas sobre la de Objetivo: La Casa Blanca. ¿Veremos la misma película? ¿Es un corta pega? Pues no lo es. Es una continuación.
Para todo lo que quiere abarcar el film de destrucción masiva, hay que decir que con poco se ha conseguido bastante. En absoluto es chapucera, las secuencias se aprovechan al máximo para sacar todo el provecho y eso supone aceptar por demás muchas incógnitas que se podrían discutir. Resulta algo simple todo lo relacionado con los mandos directivos policiales, el enfrentamiento policial es algo impensable, pero se acepta sin más y es que de entrada, el hecho de que la cúpula mundial del G8 vaya a saltar por los aires ya te predispone a cualquier cosa. Las calles se quedan desiertas para la acción y los acontecimientos se acomodan para que nuestros héroes Gerard Butler y un eficaz AaronEckhart,como presidente idóneo, sigan su camino hacia la salvación y hacia la libertad. Yo la apruebo porque el presidente me ha convencido con una frase muy tierna: No hay que criticar, lo que hay que hacer es animar. No me sirve mucho, pero me gusta.
Poco hechas, gracias. Aquí el clásico y en ocasiones irritante sabías a lo que venías se hace carne porque no puede haber un ser humano que vea London has fallen y desconozca el percal. Y el percal es Gerald Butler soltando impávido hostias como panes y punchlines a partes iguales. Y ya está: fingir airado que se iba a ver una de Shakespeare es ridículo. ¿Es buen cine?: probablemente no. ¿Es disfrutón?: mucho. Este tipo de entretenimiento tiene momentos muy concretos en la vida del cinéfilo, y a mí me resultó completamente satisfactoria la furia homicida del agente Mike Banning, capaz de masacrar una legión de musulmanes para proteger al líder del mundo libre. ¿Volveré a ver este delirante viaje por un Londres en llamas?: probablemente no, pero que me quiten lo zurrado.