Nocturno
Sinopsis de la película
La policía investiga la muerte del compositor Keith Vincent. Todo parece indicar que se trata de un suicidio y el caso se cierra. Sin embargo, el agente Joe Warne no cree la versión oficial y decide seguir investigando por su cuenta. Para ello, interroga a las diez mujeres que formaron parte de la vida de Vincent, pues todas tenían motivos para matarlo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Nocturne
- Año: 1946
- Duración: 87
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Opinión de la crítica
Película
6.1
44 valoraciones en total
He visto hace poco este film negro , producido durante la apoteosis del cine negro clásico de Hollywood, y muy valorado por especialistas en cine norteamericano como Noël Simsolo y la pareja compuesta por Bertrand Tavernier y Jean-Pierre Coursodon. Yo destacaría sobre todo la secuencia inicial, con una cámara que nos hace bajar, a los espectadores, desde el cielo nocturno hasta la casa de un compositor mujeriego, y el ambiente misterioso, casi onírico, de algunos momentos, también nocturnos.
George Raft y la guapa Lynn Bari son aquí algo así como el Humphrey Bogart y la Lauren Bacall del pobre, y realmente es curioso ver a Raft en el papel de un detective de la Policía de Los Ángeles, y que encima vive con una anciana madre aficionada a la criminología. La trama es enrevesada, como mandan los cánones. Lo más sorprendente del film es, posiblemente, el detalle del pianista (interpretado por el futuro director Joseph Pevney) arrastrado por el club, con su piano, sin levantarse del mismo, de una mesa a otra, por un hombre forzudo.
Cuando uno se toma el interés de bucear en el amplio y aún poco conocido mundo de la serie B, descubre que en él abundan las películas de calidad, algunas verdaderamente excelentes, y bastantes más que por lo menos resultan correctas y entretenidas, demostrando un nivel medio bastante superior al que hoy en día encontramos, sobre todo si nos centramos en los géneros por excelencia de la serie B, como son el terror, la ciencia ficción o el negro. En efecto, resulta algo sonrojante comprobar con qué pocos medios se lograba cuajar buenas películas y cuántos derroches se emplean hoy tan sólo para alcanzar cierta espectacularidad, frecuentemente vacía de interés y carente de calidad narrativa.
El presente filme, que no considero de los mejores de la serie B en su género (el negro, en el que abundan títulos B soberbios, algunos mejores que clásicos muy reconocidos), es sin embargo un buen ejemplo de todo lo anteriormente apuntado. Así, cuenta con buenas interpretaciones, sobre todo de los secundarios, casi siempre los personajes más atractivos de estas historias, el guión tiene unos diálogos que hoy jamás encontraríamos en una película barata , y una lógica narrativa que pese a su predecibilidad, para sí la querrían muchos guionistas actuales. En cuanto a la realización no es nada espectacular pero sí tiene momentos elegantes, matiz importante que el cine actual debería tener más presente, ciertamente cada uno puede entender la elegancia a su manera, pero para mí, la cualidad fundamental del cine clásico estriba en la capacidad de sus realizadores para transmitir y narrar partiendo de soluciones visuales simples y universales, capacidad que aquí logra Marin en un par de ocasiones.
Por lo demás, el argumento se desarrolla conforme a los cánones del género, con un suicido que no es tal, un policía que se empeña en demostrarlo (George Raft, en una de las pocas ocasiones en las que no hizo de gángster), un amplio ramillete de sospechosas y sospechosos, y una trama llena de vericuetos y falsas pistas. Quizá lo más llamativo sea el contrapunto humorístico introducido por la madre del policía, personaje que será muy empleado por Hitchcock en sus películas con similar intención.
Aunque todo resulta un tanto previsible y mecánico, la película tiene calidad, y el director demuestra su pericia en algunas secuencias, como la de apertura, con un plano de Los Ángeles seguido de la aproximación de la cámara al interior de una casa, en la que seguidamente se desarrollará el crimen, todos los planos son elegantes y últiles para la narración, pues con gran economía de medios aportan mucha información sobre el carácter frívolo y mujeriego de la víctima. A destacar también el buen uso de los encadenados, sobre todo en la presentación de la principal sospechosa, y la iluminación de alguna secuencia, como la que se desarrolla en el estudio fotográfico.
Ritmo ágil, bastantes sospechosas, entre ellas alguna morena que se besa con el policía que lleva el caso, madre del policía que juega a ser policía casera y que no le importaría que su hijo policía se casase con una asesina siempre que ella fuera buena chica , policía testarudo al que separan del caso, escena larga cuando este va al estudio fotográfico en la que pase verdadero miedo, en resumen es serie B, dura 87 minutos de nada, y no tiene gran fama, pero ver esta película me dio placer y al mismo tiempo miedo. Quiero decir que lo tiene todo. De ahí mi nota.
Cine negro de serie B, con George Raft en el papel de poli cabezón. La cosa no empieza mal y pronto nos vemos metidos en una intriga liosa a lo Philip Marlow. Pero el problema no es que la trama sea compleja, es que el guion es un absoluto disparate, con más agujeros que un queso de gruyere y con unas situaciones forzadísimas que rozan lo ridículo. Si sumamos a eso que las actuaciones no es que sean tampoco para morirse, estamos ante una película bastante floja y eso que los amantes del cine negro somos poco exigentes con él. Se puede ver, pero hay que tener amplias tragaderas.
A una película de serie B por su bajo presupuesto se le debe mayor reconocimiento si el objetivo se ha logrado: Economía de medios y máximo rendimiento, corresponde: Mayor reconocimiento. Y en Nocturno todo ha salido bien.
La serie B en el cine negro es un estilo, es una marca, es un vicio, es como el que colecciona objetos de época, los mima, los vive y en seguida quiere otro, no es nada más que eso y este Nocturno tiene lo que hay que tener: su poli duro, el muerto, los sospechosos y su mujer misteriosa con derroche de glamur y frases ocurrentes como la de: ¿Por qué no coges tu patinete y te largas? Un pianista muerto con muchas fotos de mujeres. Los pianistas en el cine negro tienen mucha trayectoria.
El poli duro no cambia el gesto porque no hay quien se lo cambie. Y el espectador debe responder con generosidad ante este estilo. Aquí hablan de buenos detalles técnicos y luego se guardan los puntos como el que está en la barra de un tugurio, se toma su whisky y se ahorra la propina. Algunos no somos así y de ahí nuestra nota agradecida.
Nocturno es noche y el cine negro es noche, como la ciudad. Un muerto y a partir de ahí, a incordiar a todo cristo. Si uno responde mal, al agua. En este Nocturno hay un muerto para empezar y George Raft se encabezona, se rebela porque no está de acuerdo. Y estamos con él. Intriga y tensión que va en aumento porque el asunto se complica. George, te debo una.