El hijo de Kong
Sinopsis de la película
Tras el desastroso final de su anterior aventura, Carl Denham monta otra expedición y parte de nuevo desde Nueva York para regresar a la isla de Kong. Allí descubre a su hijo, un gorila blanco que simpatizará con los exploradores.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Son of Kong
- Año: 1933
- Duración: 70
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Opinión de la crítica
Película
5
71 valoraciones en total
Sin duda esta película haría disfrutar a los afortunados niños de los años treinta que tuvieran la suerte de verla.
Hoy en día no es una película pesada, pero tampoco genial.
Una serie de situaciones ridículas llegan a hacer plantearse los géneros de la obra.
Realizada por Ernest Schoedsack, es ideada, escrita y rodada con urgencias para aprovechar el tirón inmediato del éxito de la película original. Filmada en los RKO Studios (Culver City, CA), es una obra de serie B. Producida por E. Schoedsack, se estrena el 22-XII-1933.
La acción comienza en 1933 y se distribuye entre NYC, el carguero S.S. Venture y la Isla Calavera. Narra la historia del aventurero y productor de espectáculos circenses, Carl Denham (Armstrong), arruinado y perseguido por los acreedores a causa del fracaso de la exhibición pública de King Kong en NYC y de los daños causados por éste. Cronológicamente, la acción dramática comienza poco después de los hechos que marcan el final de King Kong (1933).
El film combina los géneros de aventuras, acción, cine fantástico, horror y comedia. A diferencia de lo que ocurre en la película original, el comportamiento de Denham se inspira en sentimientos humanitarios, de lealtad y compasión. No se explican las causas del cambio. Se hace uso de efectos especiales, recursos técnicos ( rear projection …) y trucos visuales, similares a los de la obra original, si bien se presentan menos elaborados y no son tan espectaculares. Se utilizan los mismos decorados, que se consumirían en la secuencia del incendio de Lo que el viento se llevó (1939). El guión evita los trazos de erotismo y violencia del original, al objeto de que la cinta obtuviera la calificación de apta para todos los públicos, necesaria dado que su público objetivo era el adolescente y juvenil.
El punto culminante de tensión y emoción se alcanza cuando el joven Kong se enfrenta en lucha cuerpo a cuerpo con terribles monstruos y fieras salvajes. El estilo de la lucha de Kong se inspira, como el de las luchas de King Kong, en la lucha libre grecorromana, que practicaban Schoedsack y su compañero en la dirección de King Kong (1933), Merian C. Cooper.
En nuestra opinión, la película es una obra entretenida y de cierto interés, pese a no alzancar los niveles de emoción de la cinta original. Secuela de King Kong (1933), le siguen otras ( Konga 1961, King Kong contra Godzilla 1963, Queen Kong 1967, etc.). En 2005 se rueda un remake del título original a cargo de Peter Jackson.
Después de la exitosa e imprescindible King Kong Ernest B. Schoedsack dirigió una secuela bastante prescindible y olvidable aunque curiosa.
Esta vez el gafe de Carl Denham (Robert Armstrong) regresa a la isla calavera para descubrir al hijo de Kong, un crecidito copito de nieve. Y digo gafe porque al igual que Angela Lansbury en Se ha escrito un crimen este hombre es capaz de llevar el caos y la destrucción por donde pasa.
El problema principal viene en alargar en exceso la llegada a la isla calavera. 30 minutos para un filme de 70 conociendo previamente el espectador lo que se van a encontrar.
No faltan las peleas con otros bichos y en realizar una desatinada película de aventuras. Con valores sobre la amistad incluidos.
Ha quedado mucho más desfasada que King Kong . El filme original era cutre, mágico y entrañable al mismo tiempo. El hijo de Kong es una simple y ridícula caricatura carente de emoción. Aunque eso sí muy superior a King Kong vive (1986), carne desfasada de videoclubs en los ochenta y bodrio mayúsculo con macro absurda operación de corazón incluida.
Ya en los años treinta se creía en las secuelas. Y uno de los primeros en recibir fue King Kong, la enorme criatura simiesca creada por Ernest B. Schoedshack y Merian C. Cooper, objeto de múltiples revisiones de todo tipo de las que cabe caracterizar las de John Guillermin en 1976 y 1986 o la espectacular incursión que realizó Peter Jackson en 2005.
The Son of Kong nos sitúa unos días después de la catástrofe propiciada por King Kong en Nueva York después de su presentación ante el mundo civilizado y su consecuente huida y caza. El representante Carl Denham (Robert Armstrong) está arruinado y los litigios judiciales le llueven a cántaros. Pero la posibilidad de embarcar de nuevo a la isla de Kong en busca de un tesoro le llevará de paso a los mares del Océano Índico donde conocerá a Helene (Helen Mack) una aspirante a cantante que actúa para los nativos y volverá a ponerse en contacto con algunos miembros de la primera expedición a la isla. Su objetivo ahora es dar con un tesoro guardado.
Cuando las secuelas no estaban en los años treinta muy de moda, el artificiero Ernest B. Schoedsack ( que antes de co-realizar con Merian C. Cooper el primer King Kong se encargó de rodar magistralmente El Malvado Zaroff (The Most Dangerous Game, 1933)) hizo esta continuación algo más modesto y con un gorila que nos recuerda más a Copito de Nieve que al gigantesco y alterado simio reprimido sexualmente por una ardiente Fay Wray en su cinta predecesora.
Comienza bastante bien, continuando directamente los hecho de la película original, y poco a poco va creando una historia interesante, que deriva en una película de aventuras con toque cómico.
El hijo de King Kong es el ¨personaje cómico¨ de la película, hasta casi dar vergüenza ajena en ocasiones, recordando bastante al hijo de Godzilla, que es del mismo palo. La parte final es bastante épica, con un final muy digno.