Noche de miedo 2

5 comentarios en «Noche de miedo 2»

1. Noche de miedo 2 nos revelaba algo aterrador si eras protagonista de una cinta de terror en los ochenta: en los campus americanos la niebla llega hasta en los pasillos interiores. Pero también algo terrible para los protagonistas de la anterior entrega: la venganza familiar hace que una troupe de vampiros se instale en el mismo edificio de Peter Vincent con fines perversos.

   Cuando la vi en el cine me encantó el vampiro de color (y con colores) en patines como modelo a seguir. Tenía menos conversación que Álex González en X-Men pero molaba por eso de ir en patines y ser vampiro… pero pensándolo bien, ¿¡quién quiere unos patines cuando es vampiro!? En sí, define lo que es esta inferior secuela: simple pose. La película se pierde en las perfomances de Regine Dandridge como si fuera un alargado clip de terror para la MTV.

   El plan de la villana no estaba mal: convertir a Charley, el verdugo de su milenario hermano fallecido por insolación, para torturarlo toda una eternidad. También quitar a Peter Vincent su programa para ser la nueva diva catódica y hablar con propiedad del tema (que ella perfectamente controla), claro. Y lo que invitaba a ser una cinta de terror psicológico y cambio de roles frente a la anterior se convierte en un culebrón con mucha niebla de hincar el diente: el vampiro ahora tiene vagina, el convertido pito y la heroína tetas (Amanda Bearse entiendo que estaba ocupada con Matrimonio con hijos y relegó su rol a un nuevo personaje, y encima modelo -Traci Lind, más pose y pasarela).

   Que la película incluya un psicólogo, se hable de locura, traumas e incluso un psiquiátrico no implica que haya mucha psicológica: el protagonista superó su trauma mediante la negación aunque es innegable que Noche de miedo 2 bordea constantemente el ridículo y tiene sus momentos coléricos, como esa partida de bolos de vampiros. Parece más una cinta de aventuras con fashion-monstruos adictos a la cultura pop-ular. Lo mejor, en esto casos y tal y como hace Peter Vincent, es reivindicar su profesión ante una amenaza mayor. Es una pena que nunca se lo plantease el director, que acabó trabajando con Jon Bon Jovi haciendo de un pseudo-Van Helsing.

2. Menos original evidentemente, esta segunda entrega de la noche de miedo, cumple los mismos requisitos que su antecesora, simplicidad y a la vez efectividad. Es decir, consigue su objetivo: entretener.
   
   Eso sí, es bastante más gore y menos inocentona que la entrañable primera parte, con lo cual ya no es tan apta para públicos más jóvenes.
   
   A pesar del cambio en la dirección, Wallace no falló, y el inicio es realmente bueno, si bien el final está menos currado que en la peli que inició la saga.

3. Como suele ocurrir en este tipo de películas, hay cosas que acaban por no cuadrar y si te pones a pensar, sacas bastantes agujeros en el guión. Pero esta película, al igual que la primera parte, es enormemente divertida y entretenida. Quizás no tan bien dirigida como Tom Holland, mucho menos light la primera, y con mayor tensión sexual, violencia y gore la segunda, pero con los mismos ingredientes tan magníficos, como son esa mezcla terror-comedia, ese suspense mezclado con escenas de tránsito, y esos divertidísimos personajes e inesperados, como en este caso, el vampiro-lobo torpe, el cachas comebichos, o el loco que ayuda a Peter Vincent.

   En definitiva, si quieres pasar una hora y media de diversión, esta es tu película, al igual que la primera parte, imprescindible para poder entender esta segunda.

   Mención especial a una preciosa Traci Lind y a una muy sexy Julie Carmen.

4. Tommy Lee Wallace recoge el testigo de Tom Holland para dar continuidad a una primera parte sobresaliente.

   Nunca entendí por qué se vapuleó tanto el trabajo de Wallace… Ésta cinta contaba con menor presupuesto que su primera parte, partía con la desventaja de que la primera ya era un clásico y encima no contaríamos con la estrella del filme anterior: Jerry Dunddrige, (magnificamente interpretado por Chris Sharandon)

   Estéticamente ahonda aun más en el aire gótico y pseudovictoriano, pero en vez de ser un vecindario del american dream-way-of-life se trata de un campus universitario, donde extrañamente comienzan a sucederse desapariciones y asesinatos.

   La película falla al no ofrecer más que lo mismo que la primera parte, por tanto, se hace algo predecible. Tampoco ayuda, como ya he dicho, la ausencia de Chris Sharandon. a pesar de que Julie Carmen no lo hace mal, pero su papel es un tanto anodino por un guión, que teniendo seis manos en su elaboración, no logra aportar nada nuevo.

   Eso sí, lo que aporta son grandes dosis de momentos efectistas, la ambientación neblinosamente gótica y una Traci Lind que descubrió lo poco o nada que tenía que dar en el cine, más allá de ser el rostro bonito del nerd de turno, (también trabajó en la psicotrónica Curso 1999 ) y aquí es nada creíble su relación con Charlie… Por no decir que la química entre ambos actores es nula, no se tragan…

   Los momentos de comedia son pobres y de brocha gorda: el psiquiatra y el hombre lobo son un despropósito.

   Pero como película y secuela, cumplen. No aburre y no está nada mal. Lo que pasa es que se esperaba muchísimo más de ella.

5. Tres años después del tremendo éxito de taquilla y público de esa comedia de terror que fue Noche de Miedo, llegó la inevitable secuela.

   Lo que en principio parece más de lo mismo (F/X, puesta en escena, fotografía, incluso los dos actores principales, estilo y género) da como resultado final una cinta muy diferente, ya que el resultado es muy inferior.

   Tommy Lee Walace es uno de los alumnos aventajados de John Carpenter, y sin embargo su obra es muy inferior… reducida a secuelas (Halloween III, Noche de Miedo 2) y a adaptaciones televisivas (It). Sin ser un mal director, esta vez no consigue dar ese toque de mundo normal en el que podrían vivir los vampiros que desprendía la primera parte.

   Esta vez se decantan por una tribu vampira sofisticada llena de todo tipo de monstruos que actúan en secreto pero a la vista de todo el mundo.

   El pobre William Ragsdale se vuelve a pasar la película con aire de tonto, y Rody McDowall vuelve a ser lo mejor de la función con un Peter Vincent tan cobarde y mezquino como heroico. Y Julie Carmen, a pesar de ser una gran actriz, no llega a las cotas de carisma que desprendía Chris Sarandon en la original.

   Aunque no está mal, es una secuela más que decepcionante que terminó con la franquicia demasiado pronto. Quizás por esa sensación que tiene Noche de Miedo 2 de ser demasiado deudora de la primera parte, y que nunca termina de despegar.

   Eso si, mención especial para Traci Lin… ¿qué fue de ella? Tenía talento.