No Matarás
Sinopsis de la película
Dani, un buen chico que durante los últimos años de su vida se ha dedicado exclusivamente a cuidar de su padre enfermo, decide retomar su vida tras la muerte de éste. Justo cuando ha decidido emprender un largo viaje, conoce a Mila, una chica tan inquietante y sensual como inestable, que convertirá esa noche en una auténtica pesadilla. Las consecuencias de este encuentro llevarán a Dani hasta tal extremo que se planteará cosas que jamás habría podido imaginar.
Detalles de la película
- Titulo Original: No Matarás
- Año: 2020
- Duración: 92
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Opinión de la crítica
Película
6.1
27 valoraciones en total
Esta película del amigo Mario Houses, nuestro Tom Cruise patrio, parece ser el estreno principal de la semana, sea para bien o para mal, así están las cosas. He ido a verla con la vaga esperanza y a la vez temor de que fuera un remake de la obra maestra homónima de Kieslowski, pero no. Así no podemos ver a Houses cagándose encima mientras le ahorcan, sea para bien o para mal. De todas formas, hace un trabajo convincente y se pega unas buenas carreras, el sueldo se lo ha ganado.
Sobre el argumento, poco se puede añadir al titular de Marca en una reciente entrevista a Houses: En la vida real no haría lo que hace Dani en la película . No sabemos si se refiere a la primera escena donde está jugando una partida de ajedrez y solo ha movido peones o al resto de película. En cualquier caso me congratula que haga esta aclaración.
Lo más interesante de la película es la dirección, con ese estilo de planos secuencia largos en primerísima persona, cogotero y de fondo borroso, que siempre que se usa os meto el rollo que si los hermanos Dardenne que si El hijo de Saúl . Y ciertamente es bastante dardenniano también el tema este de los dilemas morales y cristianos como el de si matar o no matar. Quizás si los Dardenne realizaran una película bajo los efectos de la cocaína les saldría algo parecido a esta.
Digo lo anterior sin ánimo de desmerecer porque la película es entretenida y va de menos a más. Es curioso ver esa transformación de personaje apocado y pardillo (aunque con el prieto y esculpido físico de Houses) a bestia acorralada que huye hacia adelante. No busquemos más explicación que el entorno violento que nos rodea, y es que la agresividad, amigos, es contagiosa. Por ejemplo, mientras veía la película el de atrás estaba dando los clásicos golpecitos en la butaca y si hubiera estado viendo una de Tarkovsky pues pelillos a la mar, pero viendo esta, con toda su adrenalina y trepidancia, me han dado ganas de girarme y clavarle un bolígrafo en la yugular. Por suerte al no tener ningún bolígrafo a mano la cosa ha quedado en nada.
Gustará a: gente que pronuncia app como a-pe-pé , vecinos de Poblenou, Mike Tyson
No gustará a: Moisés, cultivadores de marihuana, gente que se lleva el bebé al botellón
Como ya comenté en la review de la película anterior del director catalán, parece ser que el cine español se ha especializado en los thrillers, entonces comentaba que los había de alto nivel incluso comparándolos con cine más allá de nuestras fronteras, pero que por el contrario también los había de menos acertados, especialmente por culpa del guion y definía a El Pacto como un thriller al cincuenta por ciento. Pues bien, se puede decir con palabras mayúsculas que David Victori ha alcanzado un nivel de thriller superior con una formula basada en una sola noche de estrés sin vuelta atrás en un asfixiante formato de cuatro tercios que prácticamente te secuestrará en la butaca del cine.
Dani es un joven de buen corazón que ha sacrificado los últimos años de su vida para cuidar a su padre terminal. Llegado por fin su descanso, Dani decide salir a cenar lo que le hará conocer sin querer a Mila, un auténtico torbellino de mujer que le llevará hacía un camino sin retorno donde la lucha por la supervivencia se volverá su objetivo principal.
Como podéis imaginar por la frase inicial, esta no es una película para corazones sensibles, el guión escrito a tres manos por Jordi Vallejo, Clara Viola y el propio director junto a la frenética música propuesta con gran precisión y acierto por Adrian Foulkes y Federico Jusid parecen tener como objetivo principal el ritmo, rápido y directo, en una historia que cuando arranca ya no se detiene hasta el final y que incluso cuando parece que te va a dar tregua para poder coger aire, vuelve a acelerar para dejarte sin aliento, es tanta la magnificencia que se le da a la acción que ocurre el mismo efecto que con las películas de acción buenas, no hay quien se pare a plantearse la veracidad de los hechos que estamos presenciando, un estrés que permite tapar todas aquellas astillas que en un film con otro ritmo no se podrían pasar por alto ni de cerca.
Claro está que no sería posible tal detalle de presión en pantalla si los intérpretes no estuvieran a la altura, y en este caso cabe decir que Mario Casas demuestra un gran control y una evolución continuada recuperando grandes momentos como los que ha tenido en algunos films anteriores, soportando el foco sobre su persona los poco más de noventa minutos de metraje. Pero para referirnos al elenco hay que aplaudir a la sorpresa de la película, bravo por los encargados del casting y a quien haya tenido el valor de dar la responsabilidad a una joven y desconocida Milena Smit, que más allá de protagonizar un videoclip de Els Catarres y de aparecer en unos pocos cortos no se le ha había podido ver antes en pantalla, pero que no ha sido un problema para comerse literalmente el plano, para girarle completamente el mundo al protagonista y para angustiar al espectador de manera más que creíble. Una fuerza en si mismo que cuesta saber que tiene de real y que de personaje.
La fotografía viene firmada por Elías M. Félix que junto al diseño de producción y arte al cargo de Balter Gallart logran un aspecto con pinceladas de neo-noir que le vienen francamente bien a este thriller que por momentos quiere ser sucio, así como la dirección de David Victori que juega con la oscuridad de una manera muy inteligente para reflejar la lucha del hombre por la supervivencia en el límite de lo que está bien o está mal. Además de regalarnos grandes escenas como la del encuentro más tórrido entre protagonistas de gran contenido erótico, más por la magistral dirección y coreografía de la sensualidad que por lo que realmente llegamos a ver o el broche final en forma de primer plano para dejar el final abierto.
Si con todo lo dicho todavía no te he convencido no deberías ver el film, pero estarías dejando atrás uno de los mejores thrillers del año.
https://www.terrorweekend.com/2020/10/no-mataras-review.html
Con un ritmo endiablado seguimos angustiados al protagonista durante los 90 minutos que dura el film, todo un problema que cada vez se enreda más, y que lo único importante es poder salir airoso de un gravísimo doble crimen en el que se ha metido tontamente.
Dani, es una buena persona que trabaja en una agencia de viajes y que durante los últimos años de su vida se ha dedicado a cuidar de su padre enfermo. Su hermana abogada decide regalarle un viaje alrededor del mundo tras la muerte de su padre. La noche antes de partir conoce en un bar a Mila, una chica alocada y muy sensual con la que se va a dar una vuelta, lo que Dani no sabe es que esas próximas horas se convertirán en una auténtica pesadilla.
La anterior película de David Victori El Pacto no me gusto nada, así que cuando entre en el cine iba con cierto recelo. Tras el comienzo en formato 4×3, plano cogote y cámara al hombre con tembleques me esperaba lo peor, pero mi gran sorpresa es que la historia se va cociendo a fuego lento hasta que se convierte en un impactante thriller de suspense que te deja pegado en la butaca.
También tengo que alabar el trabajo de los tres protagonistas principales tanto el de Mario Casas que ofrece un buen registro y se nota que va mejorando mucho como actor. La bilbaína Elisabeth Larena que interpreta a la hermana y sobre todo a Milena Smit que esta soberbia, todo un descubrimiento.
Toda una pesadilla en la que veremos la transformación de un hombre tranquilo en una fiera acorralada.
Destino Arrakis.com
Alguien que está acostumbrada a los últimos papeles de Mario Casas, no le sorprenderá su mejora como actor ni saber que su papel de joven con aire de malote que atrae a las niñas ha quedado atrás. Su mejoría es innegable, la verdad que tanto en El practicante como en este papel ha sabido hacernos olvidar su cara bonita para dejarnos su lado lleno de locura.
La película no es brillante. Hay un momento donde parece que puede ir a más y se desmorona. Sin embargo, la propuesta me parece interesante. La película, sobre todo la primera media hora, te atrapa y sientes la angustia.
Por otro lado, el uso de la cámara puede resultar angustioso e insoportable para muchos pero para mí es lo que consigue crear esa atmósfera de inquietud en el espectador. Otro de los posibles defectos que se puede acusar es la música y en este aspecto, por mucho que me guste la banda sonora de la película, en muchas escenas no existía un vínculo entre escena y canción. Por decirlo de una manera menos fina, las canciones no pegaban ni con cola.
Para afrontar el visionado de No matarás hay que pactar previamente con la cantidad de resoplidos que puede arrancar el protagonista debido a su conducta. El ataque de nervios que llega a provocar tomando una mala decisión detrás de otra es inevitable, algo que recuerda bastante a los problemas de verosimilitud que presentaba el anterior título de Victori, El pacto.
La cinta arranca presentando a Dani, el prototipo de chico bueno que se deja convencer para ayudar a todo el mundo y, además, no tiene ningún vicio. Acaba de perder a su padre, al que ha estado cuidando durante meses, y su hermana le ha regalado un viaje para dar la vuelta al mundo. Pero en lugar de seguirlo a través de un recorrido por diferentes países, el público acaba inmerso con Dani en una noche asfixiante, enmarcada en habitaciones oscuras donde priman los neones y la música a todo trapo.
Todo eso es a causa de una mujer, Mila, que desde el inicio ya se presiente como una amenaza muy oscura, desequilibrada y sexual. A partir del encuentro –demasiado casual– empiezan a evidenciarse los fallos de guion, que obligan a la audiencia a dar varios saltos de fe.
En primer lugar, con la actitud del chico que, tras tontear con la primera tentación, cae irremediablemente en todas las siguientes. Llega un punto en el que las situaciones enrevesadas –y excesivas– en las que se encuentra pierden credibilidad. Y en segundo lugar, hay circunstancias prácticamente imposibles (el salto del edificio, la irrupción en el hospital…), en las que uno se ve forzado a dejarse llevar, como cuando se asume que el protagonista no puede morir por muchas desventuras que sufra. Y, sobre todo, cuando uno piensa que ya no se puede ir a peor… sopresa: en No matarás sí se puede.
No obstante, al margen de la trama, el film tiene una parte técnica elogiable. La escena inicial, pegada a Dani, es una muestra de cómo la fotografía, durante todo el largometraje, ayuda a empatizar con el personaje a la vez que recrea claustrofobia. Además, permite un gran enlace con el clip final. Por otro lado, se mantiene un buen ritmo y hay unos planos secuencia de la huida que son una maravilla.
De todas maneras, esto no consigue disimular la insolvencia del contenido y el espectador acaba pensando que hubiera sido más interesante una vuelta al mundo que el espectáculo de violencia, tensión y erotismo que finalmente se muestra (aviso a navegantes de que la escena de sexo es innecesariamente larga, desagradable y denigrante). Aún así, hay que reconocer que Mario Casas consigue angustiar durante toda la película y su evolución es satisfactoria.
http://www.contraste.info