No debes estar aquí

5 comentarios en «No debes estar aquí»

1. Que horror de película por favor, Pero esto que es ¿una broma? cuando salgamos del cine saldrán las cámaras y el tio con el ramo de flores o que?. Soy consumidor del cine español pero esto no hay quien se lo trague, se te anuda en el estómago y hay que potar. Definitivamente la prometedora carrera de Tristán Ulloa va en descenso de una manera desorbitada. Resumiendo una muy mala copia de mas de mil cámaras velas por tu seguridad . A mi el Jacobo Rispa este me da miedo: Primero este engendro de película, luego Sin tetas no hay paraíso ¿a que nueva tortura nos someterá este hombre? ¿pero nosotros que te hemos hecho?. Estos actores deben estar todos muertos de hambre y con mono de cámara, si no no se explica porque aceptaron esos horripilantes y descabellados personajes, yo estudio interpretación y no hubiese aceptado eso ni jarto de vino. Por favor no la veáis, utilizar ese tiempo en sacaros un moco que será mejor provecho.

2. Y así es, el titulo de esta crítica lo dice todo. No debes estar aquí es todo lo que debe hacerse para que algo salga mal. En primer lugar lo malo no debe copiarse. Ya con los americanos tenemos bastantes películas que tienen la misma temática, ¿para que insistir?. Segundo, el guión es un desastre, lagunas por montones, diálogos incoherentes, carentes de sentido y situaciones que rozan el absurdo.

   Las actuaciones son derechamente malas, ninguno se salva y eso que había algunos actores que les tenía fe. Los personajes dan pena, no hay un desarrollo y cada cual es más freak que el otro, sus acciones dentro del film no utilizan el sentido común, y pecan de ingenuos, imbéciles y subnormales a lo largo de toda la película. Las escenas de muerte son para morirse de la risa y la crítica a las relaciones por chat está exagerada al infinito y adornada con morbo y bastante perversión…no digo que esas cosas no pasen, pero ¿es necesario ser tan explícito?…al fin y al cabo ver como dos personas se masturban a través de una webcam no aporta nada al argumento central de la película.

   En definitiva, una cinta para el olvido, prefiero quedarme con la buena impresión que tengo del cine español y no con esto que para mi al menos es un insulto a las personas que erróneamente creen que con No debes estar aquí verán algo digno del cine de suspenso.

3. Una vez más nuestro cine patrio apuesta por convocar a gente joven a las salas con una nueva propuesta de terror adolescente. El tiro les salio mal y la película paso bastante desapercibida por la cartelera.

   Bastante inferior que El Arte de morir o Más de 1000 cámaras velan por tu seguridad , la cinta resulta un tanto risoria: una panda de jóvenes viendo que se aburren se dedican a quedar con desconocidos vía Internet, porque un tal Iblis (persona que no han visto en la vida) les convoca y les propone una especie de pruebas que molan más que el juego de la oca. Las pruebas consisten en hacer cualquier folletada en la que estes a punto de palmarla, porque esto se supone que te da un subidón y te lo pasas bomba e incluso cuando sales airoso de un jueguecito, repites para ver si en el siguiente la espichas. Todavía me pregunto porque se asombran tanto cuando alguno la palma…no se supone que juegan a eso? lo raro es que todos salgan vivos…

   Así, de oca en oca la película se va desarrollando sin mucho que contar, por supueto no espereis una resolución brillante del argumento ni ateis cabos.

   La parte más positiva de la cinta, es el retrato que hace de los frikis que se pasean por los chat, almas solitarias a las que aburre su vida y cuya pinta no tiene desperdicio, dispuestos a cualquier barrabasada por matar su tiempo libre….nunca mejor dicho. El tema de internet, que tanto juego está dando en películas de intriga, moderniza la cinta y la hace más atractiva para los jóvenes, único público que disfrutará con las peripecias de estos cibernáutas. Por supuesto no busqueis nada de terror, probablemente si esta película fuese americana le exigiría mucho más, pero si algo de entretenimiento y, por qué no decirlo, diversión ante lo descabellado de la propuesta.

   El reparto, como siempre en el cine español, lleno de rostros televisivos, que esta vez, teniendo en cuanta lo penoso del asunto, realizan unas actuaciones salvables.
   
   La portada no es nada atractiva y se limita a apelotonar cabezas con un tono anaranjado, pero el look de la cinta no es chapucero.

   Lo mejor: Lo que me divierto con el terror teen español.
   
   Lo peor: El malo/a no les da sufienciente caña.

4. Una propuesta que emula el carácter comercial de Hollywood en materia de thrillers de suspense con características propias del terror adolescente, a la que evidentemente se le notan la falta de pulso narrativo y algunas deficiencias en cuanto a la puesta en escena y actuaciones en sí.

   Si bien la cinta es entretenida y atractiva en su premisa y en su temática, hay bastante previsibilidad en su argumento.
   
   La historia es sugerente al principio, porque posee variantes que invitan a la intriga y goza de cierto beneplácito por el truculento aspecto de buscar el goce con situaciones morbosas. Quizá ello sea el elemento más destacable de una cinta que escarba en tópicos mentales moralmente insanos.

   Pero la calidad en sí tanto de la dirección como en las interpretaciones dejan bastante que desear. El director no puede mantener el clima de tensión porque los giros supuestamente inesperados se hacen evidentes al promediar la cinta. El factor sorpresa no funciona como debería y a ello hay que sumarle que las actuaciones muestran poca convicción. Sobre todo del galán argentino Pablo Echarri que evidentemente modela más de lo que actúa. Ni hablar de lo ridículo que suena utilizando modismos españoles.

   La ambientación del filme es correcta, tanto desde los escenarios como desde el acompañamiento musical. Ambos contribuyen a crear atmósferas relativamente emocionantes, pero lamentablemente las pretensiones no pasan más allá de generar algún sustillo repentino y querer sorprender con su desenlace.

   En fin, la propuesta resulta atractiva al desarrollar morbosidad en sus circunstancias e intriga por el mundillo desconocido que surge de relaciones cibernautas, pero la forma en que está desplegada y su calidad artística delatan mucha imprecisión e inefectividad a la hora de un balance general.

5. Tecnicamente no se la podria catalogar como muy mala, porque es verdad que entretiene. Pero en este caso me veo obligado a hacer una seria excepción porque es dolorosamente ridícula. Personajes, (caricaturas esperpénticas, -en el mal sentido de la palabra,-) diálogos (dolor para los oídos), acontecimientos (ridículos y surrealistas) y eso que podríamos denominar montaje o el criterio a la hora de aunar unas secuencias con otras, no dan posibilidad de salvación a una risible propuesta que acaba por causar trastorno en el espectador. La sensación de disparate se incrementa una vez que se tienen las suficientes piezas como para poder echar una mirada desde una vista aerea al conjunto. Las interpretaciones tampoco ayudan, poco inspiradas. El extraño estilo de matizar, diferenciar, o simplemente de narrar es torpe y visualmente estridente. Al tomar contacto los dos factores, el desastre alcanza cotas inusitadas. Pero centremonos en el guión, es de una idiotez palpable. Va de pringados, perfiles absolutamente ridículos que buscan emociones fuertes en las zonas abandonadas de Madrid. El protagonista argentino corre desorientado entre dos mujeres, su novia y su amante. Se implica demasiado en ese juego cuando no tiene necesidad, pues su implicación es debido a terceros. De hecho no se entiende qué fin tiene Iblis al secuestrar a la mujer del argentino, de hecho nada de esta película lo tiene. Personajes que acuden a lugares abandonados bajo amenazas de muerte (cuando si querían permanecer con vida lo lógico hubiera sido no acudir), inconsistentes vaivenes de personajes y presunciones, la amante del argentino comportándose como una psicótica, el demencial final de Iblis… Lo dicho, una sarta de chorradas rebuscadas y escupidas en función de poder montar algo, aunque sea un delirio infumable.