Naufragio
Sinopsis de la película
Robinsón naufraga frente a las costas del sur de España. Con dificultad, consigue llegar a la orilla y salvar la vida. Es un ser anónimo y un proscrito, como tantos otros miles de inmigrantes subsaharianos. Robinsón consigue trabajo en los invernaderos de la costa de Almería, pero la situación ahí es muy precaria para los inmigrantes y decide adentrarse en el interior de la península. La mente de Robinsón está repleta de voces, espíritus que le confunden y le gobiernan. Para liberarse de ellas tendrá que cumplir una misión: matar a un hombre.
Detalles de la película
- Titulo Original: Naufragio
- Año: 2010
- Duración: 94
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Opinión de la crítica
4.7
52 valoraciones en total
Una basura. Así, sin más. Una paranoia de un inmigrante que cruza el charco no por encontrar una nueva vida, sino por hallar al asesino de su padre y darle el mismo trato que recibió su progenitor. La película es lenta (mucho) y sin apenas diálogo (diría que el guión cabe en un solo folio y cuando dicen algo es soez, burdo y banal). Nos encontramos en una visión psicotrópica de este africano que va guiado por los espíritus (aunque según el enfoque dado por el realizador diría que es guiado por la marihuana y el cannabis) cruzando España vagando y tratando con gente (bueno, es un decir porque si la película tiene poco diálogo ya, el protagonista no se si dice 15 ó 20 frases en toda la cinta). Y para rematar algo muy típico del cine patrio: la cara amarga, cruel y desalentadora de nuestro país y la forma como es presentada. No perdaís el tiempo viendo esto .
Aguilera se le ve buenas intenciones con esta película. Y visualmente es una maravilla. Pero se equivoca en el contexto al mostrarnos a un tipo que supuestamente oye voces para matar a un hombre en un ser casi sin alma no me llego en ningún momento. La historia tiene calidez pero no emociona al espectador mas exigente y deja todo como ya se verá… Tiene momentos buenos pero lo malo es que la pesadez de la historia no deja aflorar esos buenos momentos y no consigue en ningún momento emocionarme con la historia y los personajes.
Una vida mejor, El havre y Naufragio
Por último, de esta trilogía de lo que denomino cine sin papeles me vi Naufragio, películai del realizador español Pedro Aguilera, dibujante, publicista y metido en el cine con dos pelis a estas alturas, con más de 300 seguidores en linkedin y una página personal en facebook donde os podéis informar de sus cosas.
La película tiene vudú, homosexualidad, plásticos de invernadero almeriense y mucho simbolismo que a veces te pierde.
Nos enseña que todos tenemos una misión en la vida y hay que cumplirla, al menos, eso hace el personaje principal que acaba, como un Robinson Crussoe actual viviendo y adaptando su vida ancestral en perdidas dehesas españolas.
Lenta, muy lenta, extraña con escenas muy raras como la del caracol y como el personaje central, estuve mucho rato esperando una señal para entender si terminaría pronto, pero al final coño me atrapó.
El detalle: La quema del dinero, todo estaba ya decidido.
Lo dicho, una trilogía de la inmigración que nos ayuda a no olvidar ciertas cosas a un país que vuelve a ser emigrante. ¿O no?
Binomios
Difícil película, no por su complejidad, sino por los distintos binomios de los que está compuesta, donde a veces suman y otras restan. Evidentemente su realizador no buscaba sumar espectadores a su obra tras La influencia, lo que restará taquilla allá donde se exhiba, sino realizar una visión muy particular, y en este caso creo que excluyente, sobre la inmigración llena de simbolismos entre culturales y esotéricos.
Todo naufragio necesita de un naufrago que nos cuente su historia, si no estaríamos ante el telediario y los desastres del día a día. Nuestro naufrago son 2 en 1, es Robinson Crusoe y es Viernes. Vive la crudeza de la inmigración refugiándose en una especie de vudú que debe llevarle a cumplir una misión, la cual más que ser la misión del personaje, parece ser un ajuste de cuentas del director con la obra de Daniel Defoe. Nada que objetar, cada autor es libre de hacer lo que le venga en gana con su obra, al igual que el espectador de criticarla para bien o para mal. Con esto, no evita mostrarnos casi de un modo documental todo aquello que ya creemos conocer sobre los inmigrantes ilegales ( ¿ cómo se puede ser ilegal por el mero hecho de estar en un lugar distinto al de tu procedencia ?, ¡ que mundo ! ). Nos muestra el trabajo sureño de los invernaderos almerienses bajo un calor que incendia la pantalla ( simbólicas transiciones ) para pasar al norte de las fábricas explosivas. Realiza apuntes sobre la economía sumergida bajo el beneplácito de todo el sistema, unos por poder, otros por mirar para otro lado, y otros por necesidad.
Sin embargo, todo este realismo, está marcado por la cultura propia de Robinsón, una cultura envuelta de una magia entre mística y espiritista que le hace entrar en un trance con toques epilépticos. Vamos, una especie de chamán. Y es aquí donde quizá el director muestra su mensaje más discutible. Entiendo que el inmigrante no debe perder su cultura y con ella enriquecernos, y viceversa, pero es que la cultura particular que se nos muestra es tan ancestral y casi de magia negra, que me inclino a rechazarla al estar basada en creencias y simbolismos, convirtiendo a nuestro personaje más en un zombie que en una persona real ( tal vez homenajeando al clásico Yo anduve con un zombie de Jacques Tourneur ). Y digo me inclino porque es un plano al que recurre continuamente, no sabiendo muy bien si con ello quiere sugerirnos que el futuro se dirige hacia el naufragio.
Otro binomio con el que nos encontramos es el estilo, a caballo entre el clasicismo y la experimentación, que en ningún momento me desagrada y creo el conjunto es bastante equilibrado consiguiendo momentos de gran belleza y virtuosismo apoyados en un buen trabajo sonoro.
Sigue en spoiler por demasiado larga
Uno tiene la sensación de que Aguilera ha hecho la película que quería hacer. Y esto no es facil. Cine de autor cuyas claves no siempre traspasan la barrera de la propia mente del mismo y sus experiencias personales. Supongo que en la obra de Defoe encontraríamos el reverso de este ser de otro mundo que en su búsqueda interior, como la de todos, naufraga en un mundo occidental cuyas reglas pueden ser tan crueles e incomprensibles como lo fueron para el Robinson de principios del XVIII. Su incomprensible objetivo personal le hace subsistir y adaptarse hasta poder lograrlo. De camino Aguilera hace que nos reconozcamos en ese mundo salvaje lleno de extraños seres que explotan a otros seres sustituyendo la geografía exótica de la selva y los volcanes por esa otra selva plastificada de invernaderos y la fábrica de explosivos. No falta la aldea de nativos, ese pueblo reseco de tierra adentro donde también encuentra Robinson a su particular Viernes. Todo ello acompañado de una estética muy cuidada y una banda sonora que encaja a la perfección. Cumplen los actores en su papel de figuras alegóricas y todo el conjunto queda impregnado de inquietud y misterio. Alejado de los estándares comerciales, Aguilera, si quiere seguir siendo fiel a si mismo tendrá que asumir que su cine será poco y mal distribuido como es el caso. Seguiremos atentos a su obra.